Revenge (Venganza)

Película muy en la línea de Tony Scott que en nuestra pacata actualidad sería impensable, por sus dosis de violencia explícita y escenas de alto voltaje sexual, cuyo mayor atractivo es el trío protagonista, especialmente Quinn y Stowe (Costner estaba aún pre-Bailando con Lobos).

El cine de Scott se caracterizó siempre por su efectismo, sus movimientos de cámara (más mareantes los últimos años), su ambiente recargado (mucho humo y niebla, ventiladores girando lentamente, palomas revoloteando, etc) similar al de su hermano, y su erotismo, que se fue perdiendo con el tiempo. A destacar cuando Costner y Stowe van en el jeep descapotable, Kevin le empieza a meter los dedos por el coño y casi follan antes de aparcar...

Por lo demás, la película no es ninguna maravilla pero se deja ver, aunque sólo sea por el gran Anthony Quinn, Tomas Milian como "guardaespaldas" y una Madeleine Stowe de 31 años que nunca estuvo más guapa, ardiente y deseable.

Siempre apoyado, aunque tras la sombra de su hermano mayor Ridley, el malogrado Tony Scott se ha caracterizado para ingeniárselas prestidigitador de un género como el de la acción al que le ha dotado de medios y adrenilana pura para salir, en algunas ocasiones no muchas, bien parado de un choque frontal contra su carrera. Iniciado con la originalmente vampírica “El Ansia” (The Hunger, 1983) no tuvo en cuenta que el dejarse llevar por una oleada de películas ochenteras muy estilizadas como “Top Gun” (1987) o “Superdetective en Hollywood II” (Beverly Hills Cop II, 1987),“Días de Trueno” (Days of Thunder, 1990) o “Fanático” (The Fan, 1996) acabaría encasillándole como mediocre “de profundis” pese a beneficiarse de un público fiel y unos éxitos taquilleros que sin embargo no casan con algunos de los clásicos de culto como los “Duelistas” (The Duelist, 1977), “Blade Runner” (1982) o “Gladiator” (1999) rodados por su hermano mayor.

“Revenge” es de las películas de Tony que tal vez aflore como una excepción porque por encima de ser un thriller en que las secuencias de acción queden relegadas a un segundo plano, se trata de un drama pasional en que la amistad entre sus protagonistas (los por aquel entonces jóvenes Kevin Costner, Madeleine Stowe frente a la veteranía de un Anthony Quinn todavía en plena forma). Todo por el amor a una mujer en el salvaje, polvoriento e infernal pero a su vez tierno y querido México lindo que ya le hubiera gustado al bueno de Tony que emanara de la virulencia de la mítica “¡Quiero la Cabeza de Alfredo García!” (Bring Me the Head of Alfredo Garcia!, 1974) del inolvidable Sam Peckinpah. Con una espectacular secuencia inicial que nos recuerda a “Top Gun”, un prólogo algo lago que nos presenta a dos extremos opuestos (el invitado Cochran y el anfitrión Tiby Mendez) según las formalidades cuando irrumpe el tercer elemento en discordia (la sensible, delicada y dulce Miryea) y el golpe fatal que supone cuando la violencia hace presencia: dará lugar a la búsqueda del vengador el esquema de “road movie” en busca desesperada de un ajuste de cuentas en un país desconocido y repleto también de vengadores contra terratenientes. Memorable banda sonora firmada por Jack Nitszche.

El cine ya ha adaptado dos de las tres historias que componen la novela "Leyendas de otoño", una de ellas con el título español Leyendas de pasión, y anteriormente la que nos ocupa.

En ambas presenciamos amores desatados y llenos de fogosidad, y en todas ellas las consecuencias resultan cuanto menos dramáticas, siempre con atractivos e irracionales protagonistas, en esta ocasión con un Kevin Costner en su típico papel de tipo duro con buen fondo llevando al límite su talento interpretativo y acompañado del mayor aliciente de la película, una Madeleine Stowe que brilla con luz propia en todos los aspectos posibles.

Elementos que se quedan cortos para desatar una épica en potencia que no acaba de explotar debido a una narración que se precipita pasado el ecuador aunque se contrarresta parcialmente gracias a una realización con empaque.

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Tony Scott adaptó con éxito “Revenge” del escritor Jim Harrison. Pese a ser un romance, Revenge es cruda, salvaje y sin edulcorar, rasgos muy poco frecuentes en este tipo de cine, yendo al corazón de la trama sin rodeos, con una película que subraya que no elegimos de quién nos enamoramos.

Durante todo el metraje se puede apreciar esa estética de videoclip muy propia del director, vista de manera mas notoria en “True Romance”, con guión por cierto de Tarantino.
Una vez más el malogrado Tony Scott (hermano del también cineasta Ridley Scott) consigue meterte en las carnes de los personajes sumergiéndote de lleno en el film y preguntándote que harías en una situación así.

Grandes interpretaciones, destacando al titán Anthony Quinn, un Kevin Costner en su apogeo y una joven Madeleine Stowe que destila belleza y enamora con su inocencia.
Joya noventera del género y un buen ejemplo de cuando una adaptación es fiel a la novela, incluso llegándola a superar.

Sigo en spoiler...

Ay, cómo sufre la pobre Madeleine Stowe en esta película y qué malo "maloso" es Anthony Quinn. Es posible que nos encontremos ante uno de los personajes más desgraciados de la historia del cine. No vamos a hacer spoilers, pero vamos, no le falta un detalle a su película de terror particular.
Dicho esto lo cierto es que Venganza, pese a su notable exageración dramática y su uso y abuso del sentimentalismo, consigue sus dos propósitos: resultar entretenida, y también arrebatadoramente romántica. Es una buena muestra, además, del personal estilo que ya entonces iba perfilando el gran y recordado Tony Scott, y de por qué se convirtió Kevin Costner en una estrella mundial: guapo a rabiar, atractivo, y con ese perfecto aire de buen tipo, que no rehuye la acción y las peleas, pero a la vez es el novio apasionado que cualquiera querría.
Nada del otro mundo, un dramón de tomo y lomo, pero indudablemente eficaz.

Lo mejor: El reparto y su capacidad para ser exactamente lo que el público va buscando en una película así.
Lo peor: Es taaan trágica... Demasiado, quizá. Hasta desagradable, a veces.