Al límite de la verdad

Consigue intranquilizarte, ponerte de los nervios.
No diría que es imprescindible, pero si merece la pena verla.

La idea que subyace es estupenda y nos hace reflexionar: un gran NO a la violencia urbana y cotidiana que se da entre convecinos, conciudadanos, etc..., pero que nunca llega a los titulares (afortunadamente). Pero no por ello esta violencia deja de ser muy dañina para quienes la sufren.

Esta película ilustra de una forma perfecta el así llamado "efecto mariposa", donde el batir de alas de una mariposa en un determinado lugar puede ocasionar un huracán al otro lado del planeta, con el agravante de que el detonante de toda la situación es la intolerancia y la actitud más que reprobable de uno de los jóvenes ejemplares de la sociedad capitalista. Un filme puesto al servicio del mensaje por la tolerancia.

Samuel L Jackson está de miedo en este filme, actúa con mucha convicción, e incluso Affleck logra estar a una altura aceptable, aunque de un tiempo a esta parte este chico no levanta cabeza cinematográficamente hablando.

Una peli entretenida, con un mensaje muy esperanzador y unas interpretaciones buenas. Recomendable.

Al film de Roger Michell(el cual no hace muy buen cine) se le puede acusar de efectivista, raro, postmoderno, inapropiado. Pero al menos te entretiene ver a Affleck intentando actuar ante un Samuel L.Jackson caído en desgracia(por esos tiempos). Pero el film se levanta, y ante un flojo inicio, el filme crece, las pruebas son más brutas y todo mejora( hasta William Hurt aparece). El film sube hasta que el al final llegan al fin más simple, penoso(ejem... hace falta decir más).
Lo mejor:
-El duelo entre los dos actores.
-La lluvia.
Lo peor:
-Los "cameos" de Peet y Pollack, son pésimos.
-El inicio y el final( yo les pondría un 2).
-Ver a Affleck volver a intentar actuar( luego llegaría Daredevil, y con ello el suicidio artístico).
En fin, curiosa pero poco más.

Esta película lanza unas cuántas reflexiones interesantes. ¿Hasta qué punto es posible resultar amoral sin que toda la vida se te vaya por la borda? ¿Es posible mostrarse bueno con unos, tus seres queridos, y malo con otros, los demás, los adversarios? Uno de los personajes, el suegro y jefe de Affleck afirma en un momento dado: "Si el balance al final del día es positivo, está bien." Pero la obra parece sentenciar que tarde o temprano resulta imposible vivir con dos caras, eso de desdoblarse y adquirir dos personalidades, sacando a relucir cada una de ellas en el momento que más convenga. Nuestra personalidad es solo una y la vamos desarrollando y puliendo todos los días y a lo largo de las veinticuatro horas.

Un hecho es que muchas de las dedicatorias que generan riqueza requieren de una conducta amoral y que los que luego no pueden dormir por las noches es porque tienen conciencia.

Roger Michell, un director especializado en películas muy comerciales, vuelve a acertar con Al límite de la verdad.
Dos hombres, en momentos vitales muy diferentes pero, como descubrimos según avanza la acción, en realidad no tan diferentes, se ven envueltos en una serie de venganzas el uno contra el otro, en una suerte de espiral de días de furia como aquel que llevaba a Michael Douglas al abismo o como le ocurría también, con algo más de humor y sarcasmo, al personaje de Ricardo Darín, "Bombita", en Relatos salvajes.
Y precisamente quizá eso es lo que le falta a la película, un poco más de mala baba y de intensidad dramática, pero eso sería otra película, por supuesto. Lo que propone Michell es un eficaz thriller de entretenimiento puro y duro para ver en el cine con unas palomitas, y sin duda consigue ser ese entretenimiento. Además, saca buen partido al antagonismo entre dos actores tan diferentes como Samuel L. Jackson y Ben Affleck.
Notable resultado para una cinta que no tiene nada de malo. Más bien al contrario.

Lo mejor: Lo entretenida que es y lo bien que funciona en sus objetivos.
Lo peor: Quizás le falta algo más de mala leche.