Black Mirror: Tu historia completa (TV)

Inglés medio, empezando la treintena, buen nivel académico(ver CV); busca trabajo para mantener su hacendosa casa y su lustrosa fémina.
Este es el punto de partida de este capítulo de Black Mirror en el que ya se introduce la inseguridad del protagonista. Acompañado del carácter cínico de su mujer se va formando un clima de tensión que engancha al espectador.

El añadido tecnológico es altamente original, quizá una vuelta a la idea que se ve en Minority Report, e incluso creíble. Apple/Microsoft/Google tomen nota y tal.

Esta cinta pertenece a una serie de capítulos autoconclusivos pero bien podían ser minipeliculas muy bien empezadas y acabadas. Ejemplo de concreción entre tanta mierda de >120 minutos oscarizados, si señor Brian.

El capítulo te deja un poso de mal rollo en el cuerpo que se debe saldar con altas dosis de cacao o manufacturas onanistas.

La idea de una realidad en que podamos grabar, rever y borrar todo lo que hacemos las 24 horas y con total libertad para mejor análisis... Es una idea tremenda y que tiene un montón de potencial.
Pero se malgasta en una historia de infidelidad ocultada que es un tópico en sí misma y que tampoco gana tanto con el uso de una idea tan original.
Por lo que ver esta idea fascinante malgastada en una trama argumental que deja tan indiferente... se siente como una traición.
Es con diferencia es peor episodio de la primera temporada, y por el bien del resto de temporadas debería ser el peor de la serie pues me parece muy flojo y no quiero ver más ideas llenas de originalidad siendo tan desperdiciadas.
Los personajes no terminan de atraer al espectador y la trama siendo de lazos socioafectivos estropea el conjunto, pues deja a la idea de gran interés que debería ser la protagonista como un mero adorno, una floritura para que una trama plana y simple quede un poco más vistosa y además pueda encajar como una historia bajo el nombre de Black Mirror.

No es mala, es pasable y se deja ver, pero esperaba algo por lo menos interesante como mínimo explorando esta idea tan atractiva.

La verdad, estoy sorprendida de que este episodio haya gustado tanto, a mí me ha parecido absurdo.

Es una pena, me ha decepcionado enormemente y realmente me cuesta entender la enorme recepción que ha tenido. Trata un tema muy interesante de forma estúpida y sin ningún tipo de profundidad.

Por fin llegamos al tercer y último capítulo de la miniserie “Black Mirror”. Y lo hacemos en plena forma.

“The Entire History of You” se sitúa en una realidad alternativa muy similar a la nuestra, donde existe una tecnología capaz de grabar todo lo que una persona ve y escucha. Esto permite tener recuerdos almacenados, a los cuales puedes acceder cuando lo desees.

A pesar de esto, todo lo que ocurre a lo largo del metraje es tremendamente cotidiano y reconocible para el espectador. Aquí se habla de celos y desconfianza, de la imposibilidad de dejar atrás el pasado.

La naturalidad con la cual ocurre todo, con la cual los acontecimientos se van complicando, con la cual esa tecnología tan maravillosa se va transformando en una amenaza es muy elogiable, y viene dada, a parte de por un guión muy inteligente y comedido, por unos actores perfectamente dirigidos. También ayuda a dar esa sensación de espontaneidad y cercanía la cámara en mano, bien utilizada, sin abusar de movimientos que despisten al espectador de la historia que se le está contando.

La narración se sigue con sumo interés a pesar de su ritmo pausado, pues la tensión va en aumento, aunque sin llegar en ningún momento a dramatizar. Esta cadencia nos permite reflexionar sobre lo que estamos viendo mientras los hechos se suceden.

Es por tanto, un cierre muy notable al que es uno de los productos para la televisión más interesantes de los últimos años, y una recomendación para todos aquellos que no hayan tenido la oportunidad de disfrutar de él.

Comienzo mi crítica con el inicio de la sinopsis: Desarrollada en una realidad alternativa en el que la humanidad puede acceder a una tecnología que graba todo lo que ve y escucha. Puedes borrar un recuerdo o volver a él, ¿pero es ésto algo bueno?

Siempre tendemos a ver a la tecnología como un progreso que nos facilita la vida, o incluso que nos ayuda a ahorrar tiempo, tan necesario en esta vida que avanza a una velocidad de vértigo. Queda muy lejano cuando para instalar el ratón del ordenador necesitábamos un floppy disk, pero no han pasado mas de 12 años desde que se extinguió la entrañable unidad B, y tal vez ese es el problema, la evolución es tan rápida que no nos da tiempo a valorar lo que tenemos, queremos todo lo nuevo ya y ahora, queremos mandar un mensaje y que nos contesten al momento, mandamos un whatsapp y vemos que esa persona se ha conectado pero no nos ha contestado y ya lo estamos destripando cual aves carroñeras...y el sistema nos lo pone fácil para convertirnos en adictos a la información, independientemente de donde venga, y en compradores compulsivos, adictos a las nuevas tecnologías, que no dejan de evolucionar...¿Y si llegasen algún día a crear algo parecido a lo que plantea este capítulo? Me acojono señores, me acojono...

La historia comienza con una entrevista de trabajo, que el protagonista no tarda en re-visionar para ver si lo ha hecho bien, e incluso se plantea la posibilidad de compartir su entrevista con otras personas para ver cual es su reacción, todo con la ayuda de una pantalla de cristal y un mando que se convierte casi en una parte de la mano, ya que todo aquel que tiene instalado tras la oreja el "grano" requiere de un mando para su uso. El problema viene cuando dicha tecnología, creada para hacer el bien, se corrompe y nos hace esclavos de nuestras acciones, nos ayuda a saber el como, el cuando, el donde y el porque da cada acción de una persona. Se acabaron las situaciones embarazosas en las que no te acuerdas del nombre de algún presente (basta con rebobinar), se acabó el preguntar a qué se dedica cada uno...y se acabaron las mentiras piadosas, porque una mentira sin importancia puede desencadenar en un conflicto personal de un nivel estratosférico, y en este capítulo se trata esto último con un toque psicótico que no nos escandaliza, pues con cada paso del protagonista vemos que la tecnología, sea buena o mala, nunca miente. No se si es el mejor, pero desde luego es el que más me ha estremecido. Genial Kebbell.