Tempestad sobre Washington

Más que reflejar las miserias de la política diría que es un retrato de la democracia. Se ve el sistema de pesos y contrapesos de Montesquieu, ni el mismo Presidente de los Estados Unidos es omnipotente y no puede imponer sus decisiones al Senado, también los juegos de mayorías en las escenas finales y todo lo que conlleva el sistema político en el que vivimos. Eso sí, como en todas partes el individuo quiere imponer su voluntad y por eso el juego sucio, las intrigas y finalmente el ataque personal.
Diría que los personajes de la película reflejan el sentir de la sociedad americana de la época, algo que se ha ido perdiendo a lo largo de estas últimas décadas. Y seamos sinceros, la sociedad no es buena por si misma. Lo que piense la mayoría no tiene por qué ser lo adecuado y lo correcto en todas las situaciones. Eso sí, ha de ser respetado ya que es el sistema que hemos aceptado y el menos malo de organizarnos. Así es como la propia sociedad americana es la que provoca todos los dramas que vemos en la película. Los secretos que sustentan la tragedia actualmente no se considerarían nada del otro mundo (o no deberían) pero en aquellos momentos revelar cualquiera de ellos les hubieran granjeado el desprecio social y perderlo todo. Ser negados por la sociedad y a consecuencia de esto de la política. Al fin y al cabo es muy difícil que el individuo no se vea sometido, al menos en parte, a la sociedad y sus imposiciones.
Otto Preminger es uno de los mejores artesanos de la realidad cinematográfica y lo refleja una vez más en este film. Podemos ver como los personajes se dibujan poco a poco y con una precisión quirúrgica. La tensión dramática que falta al principio de la cinta se ve compensada con la que reboza el resto de metraje.
Gran película, eso sin lugar a duda.

Como escenario e incluso como tema de sus películas Washington ha atraído el interés de Hollywood, casi siempre con tonos negativos. Lo que priva es presentar la capital federal como el centro de corrupción de un país honesto e idealista. La leyenda es cierta en la primera parte-la de la corrupción...- y bastante falsa en la segunda: aunque quedan norteamericanos idealistas, ya no son mayoría, si alguna vez lo fueron. Pero a Hollywood le gusta fantasear sobre ello. TEMPESTAD SOBRE WASHINGTON (1962) almecena todos los tópicos sobre el tema. Estamos ante una cinta sólida, con un reparto excelente y un productor-director de lujo: Otto Preminger. La trama arranca muy simple: el presidente trata de nombrar secretario de Estado a un profesor de tendencias izquierdistas, contra el parecer del ala conservadora del Senado, que se moviliza contra el nombramiento. De haberse quedado en eso, estaríamos ante otro ajuste de cuentas del Hollywood liberal con el maccarthysmo, ya en plena era Kennedy.

Si hay una película sobre intrigas políticas, es ésta. Si hay una obra cinematográfica que mejor transmita el ambiente entre bambalinas de la política en Washington, es ésta. Si hay un largometraje que mejor describa la falta total de escrúpulos, es éste. Si hay una cinta donde se desenvuelven con maestría dos talentos cómo Fonda y Laughton, es ésta. Esta cinta que es una joya del cine político, esta cinta que es una de las mejores de Otto Preminger, esta cinta que no les dejará... indiferentes.

En su acertado guion, se van abriendo en canal, las entrañas de las disputas políticas, los entresijos del poder, la ambición sin medida, el despotismo, la arrogancia de los poderosos y la disoluta fragancia que éstos desprenden.

una película de esas que hacen pensar, que aunque algo lenta, no pierde nunca el interés por la trama mientras vamos descubriendo las distintas cataduras morales de sus personajes. En un film donde Fonda y Laughton, simplemente están magistrales...

Con las obvias distancias por la época, es sensacional este tema que se repite y se repite . Aquí en Argentina lo hemos vivido hace tan poco con el tema del casamiento igualitario que lo tenía muy fresco. El reparto es de lujo. No agrego más porque ya en la introducción se habla de qué se trata.

Buen drama político, excelentemente dirigido por Preminger, donde nos sumerge en los entresijos y conspiraciones políticas del Senado de los EEUU, con motivo del polémico nombramiento del nuevo Secretario de Estado.
Periodo que transcurre en plena Guerra Fría, el secretario designado encenderá las alarmas de la oposición y también no poco escepticismo en el propio partido gobernante.
En el proceso de investigación abierto al aspirante al cargo ( Henry Fonda), se iniciará un proceso de zancadillas e intrigas políticas, que algunos encabezarán por ideales, otros por problemas de conciencia y no faltarán las pequeñas mentiras y corruptelas, como tampoco las grandes traiciones de quien no duda en hacer rodar cabezas, sean por causa justa o no.
La película se sustenta básicamente en excelentes diálogos, donde veremos la magnífica oratoria que lucen los intérpretes en sus discursos, admirando sobre todo, cómo no, al soberbio Charles Laughton en el papel de cabecilla de la oposición, lanzando magníficas pullas a los adversarios.
Pero también se nos mostrará, las tramas y el juego sucio inherente a este oficio, que nos hará darnos cuenta, por comparativa a recientes sucesos protagonizados en nuestro Congreso, que en esta profesión, los trapos sucios no pueden esconderse mucho tiempo, siendo muy diferente la lucha limpia y el juego sucio.
Esta película ha querido ofrecer un relato más o menos instructivo acerca del funcionamiento de los mecanismos del Senado y como tal, habremos de tomarlo.
Desde luego no se nos muestra para nada, las corrupciones en mayor o menor escala de tráfico de influencias, prevaricación, etc..., que todos estamos ya resabiados de escuchar y que sabemos es el verdadero leitmotiv de todo asiento que se precie, pero eso no quiere decir que esta película no nos ilustre bien acerca de cuáles son los resortes de que se valen los políticos para medrar en sus intereses.
Pelicula pues, que mezcla políticos honrados e idealistas con otros más sibilinos y despiadados, que ofrece una trama muy interesante y bien llevada. Muy recomendable.