All That Jazz (Empieza el espectáculo)

Uno de los nombres más importantes de la Historia del musical es el de Bob Fosse, quien tras las exitosas Cabaret y Lenny volvió a regalarle al mundo otra pequeña joya llamada All That Jazz. Escrita junto a Robert Alan Arthur, el tema que nos presenta Fosse gira en torno a la muerte y a las relaciones que se establecen entre ésta y el mundo del espectáculo, algo que más tarde también será explorado por Aronofsky en películas como Réquiem por un sueño o Cisne negro. Hablando de Réquiem por un sueño, la relación con esta última película en concreto se traslada también al particular montaje de All That Jazz, pastillas de por medio incluidas, que demuestra que la película de Fosse constituye, sin duda, una fuente de inspiración de Aronofsky, y seguramente de muchísimos otros directores, que eligen la decadencia en el escenario como metáfora del fracaso obtenido en la vida real.

Fosse nos habla acerca de aprovechar lo que uno tiene, en una inicialmente aburrida película que va ganando interés con el tiempo hasta culminar en todo un derroche de energía y espectáculo, reafirmándose como una obra a tener en cuenta. En el papel protagonista tenemos a Roy Scheider, a quien ya habíamos visto en películas como Tiburón, y que en su papel de Joe Gideon, ese coreógrafo enamorado de su trabajo y sin apenas tiempo que dedicar a aquellos que le quieren y le aprecian, se transforma a la perfección en el alter ego del propio Bob Fosse, pues es sabido que All That Jazz posee un alto porcentaje de autobiografía.

Los números musicales, que al fin y al cabo es lo que cuenta en películas de este tipo, pueden llegar a hacerse pesados por lo que respecta a su duración, pero en absoluto molesta. De hecho, pareciera como si al bueno de Fosse ni siquiera le hubiese importado lo más mínimo la estructura de su historia a la hora de mantener el ritmo, porque lo importante era centrarse en la decadencia del personaje que al fin y al cabo es él mismo. Las secuencias oníricas y surrealistas también se agradecen en ese sentido.

Un sorprendente Roy Scheider encarna a un director de cine y teatro en una historia autobiográfica sobre la vida del propio director de la película Bob Fosse. Un apasionado de su profesión, que lo da todo en el escenario pero cuyos excesos con las drogas y el sexo acaban pasándole factura.

Pocas películas retratan con tanta exactitud y lucidez un mundo tan turbulento, duro y triste como el del espectáculo, en el que siempre hay que estar dispuesto a pagar un precio muy caro para poder triunfar. En este sentido el protagonista relata de forma amena y con mucho sarcasmo el ambiente entre bastidores en el que ha vivido toda su vida y las consecuencias que padece, no solo los problemas de salud, sino también la falta de afecto verdadero en una historia marcada por la lujuria y el exceso.

Resulta interesante comprobar algo que ya se sabía de siempre pero parece que nadie conocía hasta hoy, como es el uso del sexo para satisfacer las ambiciones personales. Las feministas del Me Too deberían ver cómo ha funcionado siempre este mundo en el que muchas veces eran las propias aspirantes a actriz las que se ofrecían sexualmente a productores y directores con tal de conseguir un papel. Yo no digo que no se hayan producido abusos por parte de dichos productores, que desde su cómoda posición de poder pueden tener a cualquiera a sus pies, hombres incluidos, pero que las cosas no son tan simples como nos quieren hacer creer de eso estoy seguro, porque hay muchos que siempre estarán dispuestos a hacer lo que sea con tal de triunfar. Claro que esto no es políticamente correcto decirlo.

En suma, una película recomendable no tanto por sus números musicales, que también los tiene buenos, sino por su carácter pedagógico sobre cómo funciona el mundo del espectáculo. Chicas guapas, buenas interpretaciones y una historia interesante que merece la pena.

All that Jazz no es un musical con una historia simple o insulsa, como casi todos los musicales. Revela el alma de su protagonista, su forma de vivir la vida, su forma de pensar, su desenfado y humor. Los números musicales son sumamente originales, y por supuesto la música nos transporta de inmediato a Broadway. Además, la película utiliza muy bien el sonido como elemento dramático (y no me refiero a la música).
Jessica Lange está super sexy.

Joe Gideon (Roy Scheider) es un extraordinario y libertino coreógrafo que ha de poner en funcionamiento una obra musical.

Su vida esta entregada totalmente al arte de la coreografía, pero también esta entregado a sus continuas conquistas amorosas, costumbre que le reprochan su ex esposa Audrey Paris (Leland Palmer), su hija Michelle (Erzsebet Foldi) y su novia Katie Jagger (Ann Reinking).

Joe Gideon nunca ha pensado en las consecuencias de sus actos, la exigencia física de su trabajo y sus conquistas amorosas, sumado al uso del tabaco y los fármacos, hacen que un buen día sufra un ataque cardíaco. En su imaginación ha comenzado a coquetear con un hermoso ángel de la muerte llamado Angélique (Jessica Lange), que espera su "llegada".

La película tiene algo autobiográfico de la vida y carrera profesional como bailarín, coreógrafo y director del film Bob Fosse (1927-1987), en particular cuando editaba su película “Lenny” (1974) y simultáneamente preparaba el musical “Chicago”, para Broadway en 1975.

La película generó por venta de taquillas la cantidad de $37,8 millones en EEUU solamente, más $20 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 21 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano 10 de ellos.

Joe Gideon (Roy Scheider) es un director de cine y coreógrafo quien ha llevado una vida de excesos en el mundo del espectáculo, mujeriego por excelencia y con algunos problemas de drogas, eso sí, apasionado y trabajador compulsivo, en exceso, tanto así que descuida constantemente su salud y sus relaciones familiares, especialmente con su hija Michelle (Erzsebet Foldi), intenta ser buen padre, pero le cuesta.

All That Jazz inicia con una secuencia deslumbrante que me ha dejado abrumado, son unos diez minutos donde se muestra una enorme audición de bailarines en un teatro, mientras suena On Broadway de George Benson, las imágenes, las posturas de Gideon son sublimes, una secuencia donde se dice y se observa prácticamente todo del personaje, un mejor inicio no pudo tener. Posterior a esto se observa al protagonista mientras realiza el montaje de su nuevo film, donde monta su nueva obra y algunas cuestiones referentes a su pasado.

Cuarto largometraje del realizador Bob Fosse, quien escribe el guion junto a Robert Alan Arthur. Sigue en muchos sentidos la línea de su trabajo anterior, Lenny (1974), un protagonista masculino, una cara conocida, referente, parte del espectáculo aunque de diferente profesión (es interesante el guiño que el realizador hace con la película que está montando y Lenny), problemas de drogas y familiares. Muchos puntos en este film es un reflejo de ciertos momentos en la vida de Fosse, lo que la vuelve al menos una semi autobiografía, no en vano Gideon es director de cine, bailarín y coreógrafo.

Nuevamente Fosse recae en el musical, pero sí en Cabaret (1972) este se presentaba en un espacio único, como era el escenario del local nocturno, en All That Jazz se va un paso más allá, en ese sentido hay una evidente evolución. Presentándolo en varios espacios pero con una connotación muy diferente a la vista en Sweet Charity (1969). A saber, el baile provocativo y sensual que le muestra a los productores de la obra que está montando, una genialidad, o bien, en el momento en que se encuentra alucinando, donde Fosse realiza un juego magnífico con el estado del protagonista.

All That Jazz como obra se refiere al descontrol existente en el mundo del espectáculo, cuantas locuras no se escuchan aún hoy en día sobre este tipo de personas que no logran manejar el ritmo de vida que lleva. Una trama que sin duda es hiriente y de un contenido fuerte, por ejemplo, volviendo nuevamente a los bailes mientras alucinaba, el de su hija, con su ex esposa y su novia es tremendo, ni que decir el último número y la resolución con algo tan sencillo como el cierre de un zíper.

Sin duda es imposible dejar de lado la extraordinaria interpretación que consigue Roy Scheider, magistral, de igual forma desde su aparición al inicio ya se nota lo bien que va a estar, el resto del metraje se confirma. En el aspecto de la dirección Bob Fosse se luce, toma más riesgos con tomas muy preparadas, especialmente en la parte de las coreografías, siempre apropiándose muy bien del espacio.

Finalmente, no puedo dejar de mencionar la parte donde la crítica de cine hace pedazos la nueva película del protagonista, sobriedad total para demostrar esto. All That Jazz, tremendo film, de muchas lecturas en su argumento y que es visualmente espectacular.