Logan

Un peliculón como la copa de un pino, lleno de un drama normalmente ausente en este tipo de cintas. Hugh Jackman se luce en la mejor y más infravalorada interpretación de su carrera, dándonos un cierre de arco de personaje magistral y legendario.
Es un filme brillante, una celebración por todo lo alto, un resquicio de esperanza en un mundo gris, una aventura épica para finalizar las andaduras de un personaje legendario. Porque esta versión cansada, luchadora y esperanzada de Lobezno es la más empática, la más real y la que se nos muestra más cercana al espectador.
Y ese final... ese final es épica pura, el mejor que podían haber escogido.

De lo mejor que he visto en cuanto a películas de superhéroes y mundo cómic, la verdad.

Me gusta como construyen la decadencia de un personaje y le dan mucha más brutalidad. A mí personalmente me hacía falta en Lobezno, sin ser un gran lector de cómics.

No llega en ningún caso a la profundidad del joker de Phoenix, a la maravillosa obra de Nolan y su trilogía de batman, ni a los niveles de heroísmo de Vengadores Infinity war, porque creo sinceramente que son palabras mayores, pero si que permite ver algo más trabajado que otras película anteriores de X-men y esto para mí es suficiente en el género al que pertenece.

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Una película redonda.
Satisface a los fans del personaje, y a los de Hugh Jackman.
Hay efectos especiales, sin derrochar.
Se ve violencia pero la historia lo justifica.
Echamos de menos la lozanía de Lobezno pero verle en sus horas bajas de una forma tan realista nos hace quererlo más.

Quienes esperen en este epílogo cinematográfico del mutante más famoso de Marvel algo con el más mínimo parecido a la miniserie 'Old Man Logan' de Mark Millar será mejor que den media vuelta al entrar a la sala, o se conformen con el esbozo que el propio Jackman utiliza para retratar por última vez a un Lobezno que ya no es Lobezno, sino simplemente Logan: un animal roto, viejo y herido, una bestia cansada de esquivar la muerte y provocar la muerte de otros que se dedica a vagar como un fantasma en un universo árido, desolado y sucio, especialmente para una especie mutante que se encuentra al borde de la desaparición. Eso y la paleta visual de unos páramos desérticos y semiabandonados, similares a los de la novela gráfica original, que sirven para ubicar buena parte del arranque en la aventura más crepuscular del mutante con garras de adamantium.
Logan, el profesor Charles Xavier y el rastreador albino Kaliban -un insólito e irreconocible Stephen Merchant- son los únicos supervivientes mutantes de un mundo en el que casi todos los de su especie han desaparecido y donde sobreviven escondidos de una organización gubernamental, liderada por Xander Rice (Richard Grant), que trata de crear su propia raza de mutantes. Cuando una misteriosa niña con garras de adamantium llamada Laura, con el mismo temperamento y poderes que Logan, huya de los laboratorios donde fue creada, los mutantes volverán a salir a la luz para ser perseguidos de nuevo.
Mangold construye la mejor de las entregas en solitario de Lobezno, reincidiendo en el género en que se mueve con mayor fluidez y que le ha regalado su mejor película hasta la fecha, aquel remake de 'El Tren de las 3.10' con Russell Crowe y Christian Bale. Aunque como él mismo se encarga de subrayar a mitad de tramo de este Logan -insertando un par de secuencias en un televisor- lo que aquí late bajo la apariencia de otra película de superhéroes es un homenaje tan cariñoso como intrascendente a 'Raíces Profundas', y a esa misma relación entre un adulto que teme por la vida de aquellos que se le acercan y una niña asustada en busca de una figura paterna que la proteja, exactamente igual que el forajido Shane y el pequeño Joey en la obra maestra de George Stevens. Por si los paralelismos no fueran suficientemente obvios, el propio director se encarga de obligar a la joven X-23 a entonar las líneas de diálogo más celebres de uno de los mejores westerns de la historia.
Desde luego 'Logan' no aspira ni remotamente a ser comparada con 'Raíces Profundas', ni en las fantasías más alucinógenas de sus guionistas, pero sí tiene posibilidades de convertirse en la despedida más digna posible para un icono de la casa de las ideas que jamás gozó de una película individual a la altura de su leyenda.

¡He aquí la mejor película de superhéroes jamás vista hasta el momento!

Tanto jodimos con que éstas podían ser también para adultos que por fin nos dieron bola. La primera con clasificación R. Tal es así que la primera palabra que se escucha del protagonista es "fuck". Y no se queda en el molde, en la primera secuencia insulta repetidas veces y encarna una muy violenta, gráfica, sangrienta pelea.

Vemos a un Wolverine viejo, vulnerable, casi sin poderes, enfrentando un mundo duro, una realidad donde ya pasó a ser una leyenda y hoy tiene que enfrentar el ocaso de su vida en el anonimato. Pero una última misión vendrá a él.

Un film con mucho estilo western que nos refleja la decadencia de antiguas glorias, sean éstas u otras, cómo se marchitan, sufren, se extinguen estas personas, mostrándonos que justamente son eso, personas.

Es nostálgica, cruda, seria. Las escenas de acción pasan a ser un complemento. Un epílogo perfecto para las películas del Logan encarnado por Hugh Jackman (ojalá quede acá y no busquen revivir la saga con un nuevo intérprete).

Si bien es el mejor trabajo del australiano encarnando este personaje, es para destacar la increíble actuación de Patrick Stewart haciendo de un ya muy anciano y deteriorado Charles Xavier.