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Corazones de acero

Bélico. Acción Abril de 1945, la guerra está a punto de acabar. Al mando del veterano sargento Wardaddy (Brad Pitt), una brigada de cinco soldados americanos a bordo de un tanque -el Fury- ha de luchar contra un ejército nazi al borde de la desesperación, pues los alemanes saben que su derrota estaba ya cantada por aquel entonces. (FILMAFFINITY)
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Críticas 242
Críticas ordenadas por utilidad
25 de mayo de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sale en DVD "Corazones de acero", la película de guerra estadounidense que, ambientada en la Segunda Guerra Mundial, dirige y escribe David Ayer. En este film en el que las escenas bélicas están muy bien rodadas, las interpretaciones son acertadas, la ambientación es correcta y los movimientos de la cámara consiguen bonitos planos visuales a pesar de la irracionalidad de la acción que reflejan (códigos, caos, ensañamiento, novatos, crueldad...), me sorprenden los efectos visuales empleados para mostrar los disparos de los Sherman y el Tiger I y no consigo conectar con el dilema moral del protagonista ya que no entiendo la simbología de los caballos -si es que la hay-, ni tampoco los dos momentos en los que desfallece. Esta cinta que presenta una recreación fantástica de los combates de abril de 1945, se merece un 5,6.
amaya pujana levy
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8 de junio de 2015
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Al ver esta película me he acordado en muchas escenas de la magistral "Das boot" de Wolfgan Petersen, en la que se retrataba la angustia de una tripulación de submarino alemana en un ambiente claustrofóbico. Algo parecido pasa con "Fury", el nombre del tanque que da título original a la película, que dice mucho más que el insulso "Corazones de acero".

El verdadero protagonista es un magnífico Logan Lerman que a través de su aspecto barbilampiño y ojos azules nos transmite los horrores de la guerra visto la mayoría de las veces por la estrecha mirilla de un tanque. Y es que el tanque Fury parece a ratos un ataúd móvil, al igual que en el Submarino.

Mención aparte merece el papel de Brad Pitt, como sargento curtido en mil batallas desde el norte de África. No es un héroe íntegro al estilo de muchas otras películas bélicas hollywoodenses a las que estamos acostumbrados (a la escena del prisionero alemán me remito, luego compensada por la de la ejecución sumaria del SS "asesino de niños"), y realiza un papel complejo como en la escena, hermosa y densa, de la invitación forzada a comer en el apartamento de las dos alemanas, en la que Brad Pitt busca un paréntesis de normalidad entre tanta locura de destrucción.

El resto de la tripulación del tanque queda estereotipada: el "redneck", el mexicano y el pseudointelectual.

Destaco también la genial ambientación de la película, rodada en exteriores en Inglaterra. Y el barro, presente en toda la película como metáfora de que la guerra es una mierda que impregna todo.

En definitiva: buena película que mantiene la tensión, aunque paradójicamente la escena final del clímax, es la que menos convence. Iba para ocho y se quedó en seis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
peleon
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19 de julio de 2015
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Momento de lucidez, momentos borchornosos... así se resume esta película.

Lo mejor, es que a parte de la acción en una guerra, haya momentos de paz y reflexión.

Lo peor, es que hay incoherencias tontas, como hacerse de noche en 15 minutos, o se pongan a charlar "tranquilamente" mientras a fuera los están bombardeando, y no pase nada.

Igualmente, un poco cansinos ya con la temática de la II Guerra Mundial, quizás como en la primera no estuvieron tan metidos... no tuvieron tanto protagonismo... digo yo, porque si no, no se entiende esta saturación. Eso sí, al menos no han abusado del patriotismo, y hay restos de que los alemanes no son todos malos... aunque hay otros momentos que sí, una dualidad.
edugrn
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13 de septiembre de 2015
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Una vez más, el cine bélico se convierte en un espectáculo brutal. La tripulación de un tanque americano durante la II G.M. inmersos en el avance aliado por tierras alemanas, sufrirá la cruda realidad de una guerra total, sucia y despiadada.
La película no engaña y supera con creces todas las expectativas, ya que el baño de sangre está asegurado con unos soldados en estado puro de brutalidad con sus enemigos. No es un film apto para todas las sensibilidades ni para estómagos sin curtir, ya que contiene escenas impactantes y demoledoras, muertos y más muertos y autenticas carnicerías que no son siempre bien asimiladas, por más que de una película bélica se trate.
En resumen y pese a todo lo dicho, una gran, real y acojonante película. Un 8.
El marinero solitario
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24 de enero de 2018
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Que David Ayer es una gran realizador nadie lo puede dudar, creo que quedó de sobras demostrado con "Sin tregua" (2012), el film que le colocó en el panorama. Y tras el pasatiempo que fue "Sabotage" (2014), llega "Corazones de acero", la cinta que le asienta definitivamente.
"Corazones de acero" es una de las películas bélicas más carismáticas de la última década. Una de las mayores virtudes de Ayer como director es la de saber captar como nadie la camaradería y la lealtad entre grupos, consigue que les cojas cariño a personajes que de otra forma no lo harías, aunque luego te das cuenta que son arquetipos bastante alejados de lo fundamental para cogerle estima a un personaje. En "Corazones de acero" vuelve a suceder, empatizas desde el minuto uno con el sargento Brad Pitt y la peculiar tripulación de su tanque, y eso a pesar de que son caracteres muy cercanos a la locura más absoluta, en parte por la situación que viven y en parte coraza, pero locura al fin y al cabo. David Ayer consigue que como espectador empatices con dos polos opuestos como son el novato y cándido Logan Lerman y el experimentado y brusco Jon Bernthal. Y una vez que haces tuyos los personajes, todo lo demás viene solo.
Argumentalmente "Corazones de acero" no transita por un camino tan recto y asfaltado como en lo anterior. El verdadero gran lastre de la película es toda su parte central, un segundo acto en el que podría decirse, sin resultar descarado, que no sucede absolutamente nada. Ahora planteároslo de esta forma, a "Corazones de acero" le borráis el segmento central y no le afectaría para nada al conjunto, de hecho esa parte solamente sirve para ahondar mas si cabe en las personalidades de sus protagonistas, pero David Ayer podría haberlo hecho de forma más pulida. Es curioso como la virtud del párrafo anterior se ha transformado casi en defecto.
Visualmente "Corazones de acero" es un lujo, con un tercer acto que es la perfecta guinda al pastel, pero habré de admitir que al encargado de los efectos visuales igual se le ha ido un poco la mano a la hora de recrear las batallas entre carros de combate. Los proyectiles que disparan los tanques parecen salidos de "Star Wars", ¿no os lo parece a vosotros?... ¡El objetivo era acabar con Hitler, no destruir la Estrella de la Muerte! Ya sé que ese tipo de munición existió realmente, como me hizo saber un usuario de Twitter, se llamaban "balas trazadoras" y existen desde la primera guerra mundial. Pero yo lo siento, en el cine esos juegos de luces los asocio más con la sci-fi.
En fin, "Corazones de acero" es una sencilla pero gran historia dentro de una gran película, con un bache central con el que David Ayer se auto-torpedea, restándole efectividad al conjunto. Pero aun así la cinta merece la pena.
Isaac Paskual
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