Ex Machina

Creo que en el título de la crítica está lo que considero más importante.

Es una película muy buena, tanto en su temática de partida como en su desarrollo hasta el final.

Prácticamente con 4 actores pero no hace falta más. Oscar Isaac está que se sale.

Me ha encantado. Un gran tiempo invertido en verla. La recomiendo.

Impactante y claustrofóbica. Como una especie de doctor Frankenstein moderno, juega a ser Dios y hace cuestionable cualquier código ético establecido. Pone al mismo nivel genialidad y locura y recupera las ya viejas historias de ciencia ficción entre el hombre y la máquina. La mala noticia llega cuando su guionista y director Alex Garland le otorga a su robot con apariencia humana (Alicia Vikander) sentimientos que no le corresponden a una máquina -al margen de tener la facultad de actuar por libre-. No le culpo, yo también lo querría con Alicia Vikander.
No estoy seguro de que me consigue provocar más inquietud como espectador: si las aspiraciones que se esconden tras la creación o las propias de su creador. Reveladoras en cualquier caso y nada positivas. Pero uno igualmente se deja seducir por sus malsanas intenciones y reconoce el inevitable magnetismo de aquello que esta viendo.
La película es de los actores que dan vida al trío protagonista. Diálogo tras diálogo se desvelan nuevas cosas y con ellas nuevas emociones y sensaciones que se transmiten casi en primera persona. La admiración y la genialidad dejan paso a la locura y con ella el desastre. Tal y como a veces pasa.

Al grano. Entiendo que la gente que escribe críticas aquí, es porque tiene inquietudes espirituales, literarias, culturales o lo que sea. Porque para escribir mensajes chorras ya están los foros de los periodicos. Por tanto, su esta película no gusta a una persona inteligente, es porque, o bien se equivocó en sus expectativas y no supo cambiar de chip, o simplemente el problema es que vamos poco al teatro.
Porque esta película la imagino triunfando en cualquier escenario.
Me ha gustado todo. Sobretodo esas contradicciones sutiles, como la inquietud que genera un entorno apacible, lujoso y solitario......... O el desasosiego que produce la tranquilidad, educación y dialéctica directa y desapasionada del robot.
Porque, seamos sinceros: los humanos somos hormigas. La mayoría donde se sienten mejor es en el pollo asfàltico, la bulla digital, los decibelios, las 1.000 palabras de uso diario y los mares de botellas de plástico.

Un demiurgo multimillonario brillante, perverso y bebedor recibe a un joven programador de nombre Caleb que trabaja en la compañía de Internet más grande del mundo, que ha ganado una competición. Como premio ha conseguido la posibilidad de pasar una semana en el retiro de montaña perteneciente a Nathan. Su destino resulta ser una remota, lujosa y original mansión. En ella debe someterse al llamado test de Turing: evaluar por una conversación con una mujer y saber si habla con un robor o una persona, si tiene inteligencia artificial autónoma. Él, como experto en informática, debe mantener varias vis a vis y reunirse con Natham para contarle sus impresiones.

La película está dirigida con maestría por Alex Garland, con un gran guión escrito por él mismo. Pero apunto que Murray Shanahan, profesor de robótica cognitiva, ayudó con el guión. Ópera prima de Garland y creo que hay que felicitarle por su brillante incursión en el mundo del cine, un cine intimista y turbador. La música de Geoff Barrow y Ben Salisbury es muy buena y da más intriga si cabe al film; y es brillante la fotografía de Rob Hardy.

Las interpretaciones las considero de primer orden en un reparto breve donde destacan Alicia Vikander, que está excelente en su papel, conmovedor y aterrador, de robot enjaulado; Domhnall Gleeson empático y creíble como el ilusionado e ingenuo Caleb; Oscar Isaac, magnífico como Natham, el científico millonario y macabro padre de la criatura (el "Mozart de la computación"). Acompañan muy bien Corey Johnson, Deborah Rosan, Evie Wray, Chelsea Li, Sonoya Mizuno, Elina Alminas y Ramzan Miah.

Intenso thriller psicológico que se desarrolla dentro de una mansión tipo búnker en el cual parece se quiere dar a entender que se ha producido un nuevo paso evolutivo en la humanidad. El protagonista queda sombrado de la magnífica casa en medio de la nada.

El guión de Garland es realmente cautivador, brillante y que daría lugar a reflexiones científicas, literarias, artísticas o filosóficas que nos podrían llevar muy lejos. Pero además impresiona la puesta en escena por su efectividad, desde los espacios abiertos hasta la artificiosa claustrofobia del lugar. Efectos especiales los justos, elegantes, que consiguen un acabado creíble; escenario minimalista y escaso presupuesto.

La sexualidad juega un papel sustancial en la historia, pues el androide tiene la forma de una atractiva mujer cuyo nombre para más Inri es AVA, nombre que fácilmente se asocia a Eva, la primera mujer en el relato bíblico del Génesis. Además AVA es un robot tan perfecto que puede sentir placer en el acto sexual. Hasta llega a seducir al joven Caleb, proponiéndole escapar juntos. Pero este extremo no voy a desvelarlo ahora, por supuesto.

La parte final del film es inquietante, pues los acontecimientos se suceden de forma inesperada. Tanto es así, que la película abre muchos debates e interrogantes. En esta obra hay que estar muy atento a los diálogos y, cada cual, seguro que se planteará una reflexión sobre la inteligencia artificial del futuro más o menos inmediato.

De los metrajes que disfruto; constantes, precisos, astutos, y sin alardeos insustanciales.