El séptimo sello

Hola
Bergman se atreve a jugar una partida de ajedrez con la mismísima muerte, para ganarle un tiempecillo, es la misma que se presenta a la cena final en el Sentido de la Vida, pero los Monty Python, se lo toman con su irreverencia acostumbrada y Kurt Vonnegut en matadero 5 (autobiográfica)..
Para gustos los colores.
El film es en blanco y negro, la acción transcurre en la profunda edad media, la fotografía muy cuidada, recuerda al manantial de la doncella en su estética, que hay que reconocer, que por sí misma, tiene tanta fuerza que merece la pena ver la peliculera.
Y poca cosa más que contar, al final de la peli, me quedo casi como al empezar, alguna reflexión interesante.
Es un tema obsesivo para muchos y me identifico con el caballero y con su cabreo por el silencio divino ante la sospecha de su inexistencia, pero eso lo pasé en la infancia y lo doy por superado, soy a ateo y me hubiera gustado creer en Dios y ya ni siquiera pienso en la muerte, aun viéndola de cara, tan solo en la soledad, que a veces se hace muy dura y por supuesto en el sufrimiento y el desamparo.
Me cae mejor el escudero, un hombre igualmente ilustrado pero más pragmático y valiente.
Bueno, había que verla y mereció la pena, pero hay que reconocer que es lenta, si bien transmite esas angustias existenciales, a mí, la verdad no me llegó mucho, no debo estar en otra honda.
Por cierto es muy caprichosa esta muerte, como cuando sierra el árbol, no se la entiende para nada por qué se ceba con el titiritero, aquí resulta patética con el serrucho.
Saludos.

Los caballeros que llegan desde las Cruzadas, presencian un mar gigante que inspira, purifica. Desde esta escenena hay un primer encuentro entre el Caballero Block y la Muerte donde comienzan una partida de ajedrez. La Muerte tiene la particularidad de "existir" dentro del verosimil y relacionarse a la par del Caballero con el cual va a interactuar. En la obra se destacan los monologos que se presentan en situaciones solitarias, siendo estas declaraciones existenciales sobre la condición de pecadores en un pueblo donde las escenas bíblicas son cotideanas. La Muerte no tiene un superego: esta en iguales condiciones porque "la gente ya no piensa en él". De parte del sonido, las campanas son siempre sugestivas y anunciantes. Se percibe un contraste muy notorio a nivel narrativo: los que hacen "arte" (comediantes/juglares) no gustan mucho del pueblo que se encuentra mas bien conservador. Los comediantes son alegres mientras que el pueblo es oscuro, católico y algo sombrío. Con los guerreros también se exhibe un contraste: uno es agnóstico y el otro trata de sacar datos espirituales de personajes tan cercanos a los temas historicamente misticos y sin respuesta, como La Muerte, Las Brujas, y los Demonios. El pueblo va a condenar al comediante Jof poniendolo a prueba y en verguenza, y para salir de este aprieto lo ayuda el Caballero agnóstico e inteligente que deja en ridiculo al herrero. Existen dos posibilidades de alter-ego con Bergman: una es con el pintor que pinta la muerte, la otra es con Antonius Block al decir "estoy cansado de mi mismo" revelando cierto hartazgo de todas las preguntas e incognitas existenciales que precisan respuesta. Jof, el comediante, representa la bohemia, la contraposición con el conservadurismo católico del pueblo al decir: "a la gente no le gusta que tenga imaginación". El Caballero Block pone en cuestión mas incongruencias con la vida: "La fe es un grave sentimiento". Él va a conseguir la calma juntandose a comer fresas con los artistas y desarrollando un poco de reflexión al encontrar en Mía, un cálido momento de despreocupación. (esta escena es donde se produce el momento mas efectivo a nivel artístico, donde Jof compaña con una dulce canción la conversación entre Mía y el Caballero, y los otros personajes comparten dulcemente la comida) Block sabe que cerca, esta la muerte pero no le teme, sino quiere estar preparado para afrontar el momento: "El juicio final". La muerte sugiere una especulación sobre los comediantes: ¿Quién lo recibirá después de muerto Block?. Aquí otra vez juega con la inmortalidad de los artistas. Cuando éstos escapan de la muerte por detrás de la partida entre Block y Ella, se podría decir que es una suerte de deseo subjetivo de Bergman: los mortales caeran en la trampa de La Muerte, mientras que los artistas suelen encontrar la libertad plena de la vida.

Como última incognita de mi parte, queda seguir investigando el sentido de la chica Muda.