Algo muy gordo

A mi parecer, a quien nos guste el universo Padial, nos puede resultar una película entretenida.
Apta también para quien quiere salirse del cine convencional, ya que es de lo más ligero que ha hecho el director.
Aunque tengo la sensación que esto ya se hizo. Las historias del metacine, de lo desastroso que puede ser un rodaje y la sensación de hastío que te deja (sobretodo si te dedicas al mundillo), es un tema que ya no es novedoso.
Berto está bien, correcto. Areces, lo mismo.
Todo va bien, pero no acaba de salirse de eso, de... está bien...
Tuvo que llegar Noguera en el gran momento del "salto del doctor" y Botet con sus salidas para darle un poco de intensidad a algo que... va bien... pero ya.

Vaya mierda...he aguantado 18 minutos.
Ni idea de lo que pretende, supongo que la gente le ponga a parir "a lo Andy Kaufman".
Y luego lo saca en Late motiv con todos los que le han puesto a parir.

Cómo hacer una gran crítica. Curso acelerado para triunfar en Filmaffinity.
"Hazlo. Escribe, no pienses." (Ferdydurke)
Este tratado está hecho con la mejor de las intenciones. He intentado reunir en un solo escrito la suma total de mis experiencias, lecturas y enseñanzas obtenidas (muchas de ellas tras opíparas cenas regadas con generosos caldos) sobre el tema con diversos y amistosos compañeros de armas, luminarias.
Espero y confío que estas líneas os sirvan de guía, consejo, esperanza y luz a los que las lean y recién comienzan en este mundo maravilloso y proceloso.
He tratado de mostrar dos aspectos igualmente esenciales: lo que el crítico tiene de humilde artesano y lo que este absorbe de la realidad circundante, notario y esponja. La mano de obra y el cerebro pensante. El currela y al artista. El hombre de acción y de pensamiento.
El decálogo es siempre lo primero:
1) Todas las películas son buenas aunque no lo parezca. Alegra.
2) Todas las puntuaciones son altas aunque no te apetezca. Optimiza.
3) Todos somos amigos aunque lo disimulemos. Un poco. Venga.
4) Los escritos claros y escuetos. Lo bueno si breve... Leer cansa, no te pagan.
5) Siempre películas de estreno. O muy conocidas. Obvio.
6) La mayoría siempre tiene la razón. Viva la democracia. Y si no, únete a otro grupo dominante.
7) No divagues. Informa. No hagas digresiones absurdas.
8) Tu vida no importa, pero alguna anécdota no molesta. Vamos, cuenta, explaya, atreve te te.
9) Jerga y frases hechas administradas con recato. No te pases.
10) Sobre todo que quede claro que eres buena persona. Sin duda razonable.
a) Antes de todo.
- Bagaje: ¿Qué debe saber un buen crítico antes de ponerse a escribir? (Sé perfectamente que este asunto es de honda preocupación entre los de nuestro gremio, de vida o muerte)
Debe conocerse la historia del cine al dedillo, desde sus albores silentes hasta esta planicie ruidosa y desolada que nos rodea, se debe frecuentar a los más extravagantes y desterrados tanto como a los más exquisitos o convencionales. La historia de la música. La del arte sin falta. La Historia, así en mayúscula, agrada lo suyo. El pensamiento entero que ha dado el hombre no es mal compañero. La ciencia completa es buena consejera. La de la literatura, con premura. En fin, su cabeza debe ser una enciclopedia de oro bruñida y de metafísica dorada.
- Estado civil. A ser muy posible soltero. Todo el tiempo es poco si el empeño es verdadero. Ya sabéis que las mujeres distraen, desgarran y encandilan. Y los demás hombres..., para qué un triste reflejo.
Este es un oficio para máquinas solitarias. Todo el que no sea capaz de aguantarlo, mejor que huya antes de que su vida se (auto)destruya. Sí, esta profesión causa los mismos estragos que la heroína pura, una corresponsalía en zona de guerra, una concejalía de cultura o igualdad, el ébola en el África negra, estrés, síndrome postraumático, la mirada perdida de la milla, picores en el entrecejo, psoriasis y hasta se ha visto a algún penoso individuo que ha caído en la infinita vulgaridad del alcoholismo o el puterío, dios le perdone que nosotros no podemos.
- Sexo (o género o lo que cojones sea): Por si alguien no se había dado cuenta, masculino. Las mujeres tienen asuntos mucho más delicados que observar y resolver como para ponerse a perder el tiempo con estas ridículas minucias (a las pruebas me remito y no hace falta hilar muy fino), soplapolleces. Deben arreglar el mundo. Asunto baladí, lo sé. Pero de ellas dependemos. A nosotros que nos dejen con nuestros juguetes.
- Profesión: Ninguna. Rico de nacimiento. Trabajar debilita y corrompe como bien dijo en su día Rey Fernando, te vuelve sumiso y cobarde. Te une a la manada de los que no tienen nada (en el alma).
Otras opciones. Rentista. Extorsionador. Diplomático. Proxeneta. Vago. Maleante. Poeta. Puto. Comisario de arte. Expositor. Conferenciante. Jugador de hockey sobre hielo (la hierba para las vacas, el parqué para cosas serias como el baile de salón). Preso común y moliente, los otros no nos sirven para nada.
b) Durante el día de trabajo.
- Predisposición: Debe estar descansado. Haber dormido bien. Doce horas para empezar a hablar. Con la mente limpia y fresca. Con el cuerpo a punto.
Si la película es demasiado profunda o intensa, también se aconseja echar una siesta al mediodía, de unas seis horas como máximo.
- Actividades físicas previas al evento: reposo absoluto. Aislamiento completo.
Aunque aquí debo añadir que hay diferentes opiniones que responden a escuelas, corrientes de pensamiento y teorías críticas opuestas o diversas que hablan del sexo (me refiero a la gimnasia, me niego a nombrar la melonada del amor que me descojono y esto es muy rigoroso, lo tengo a gala y a mucho dalí, eso lo dejo para las revistas Marie Claire o los filósofos antiguos, los pobres) como el elemento crucial de la ecuación precognición del peliculón en cuestión. Es decir, algunos apuntan a la descarga previa del material acumulado como la obligación fundamental de todo crítico (no hablamos de apetencia, es una exigencia). No precisan, o si lo hacen hay demasiadas divergencias o subgrupos en pelea que discuten los matices más sutiles o las taxonomías más delicadas a este respecto, qué tipo de ejercicio concreto es el más adecuado. En cualquier caso es mayoritaria, hay casi quórum (pero extraoficialmente, no hemos encontrado pruebas escritas que lo atestigüen de manera clara), la tendencia que considera lo más idóneo en esos casos una discreta (perdonen la vulgaridad) masturbación frente a la pantalla del ordenador, delante del televisor, leyendo a un autor pervetidor o recurriendo a cualquier colaboración digital humana, animales mejor no, que nunca debería ser despreciada (no muy duradera que el tiempo apremia y la energía escasea).
O si este crítico sintiera que eso sería un desdoro (solo apto para patéticos perdedores o mugrientos adolescentes) impropio de su condición de hombre cosmopolita y mujeriego al que la aventura promiscua...