Rebelión en la granja

Adecuada animación de la novela de George Orwell. Que a pesar de bordar la historia con dibujos muy infantiles. No se puede evitar ver la crudeza de la novela. Es una perfecta crítica a todo régimen explotador.

Joy Batchelor. John Halas no tiene limite en mostrar incluso sangre sudor y lagrimas en su filme. Asiendo de esta cinta sea indispensable para todo aquel amante de la lucha obrera. Su contenido es para mí de culto. No puede ser tomado únicamente para público infantil.

Infinitamente mejor que la versión en imagen real de 1999, esta Rebelión en la granja sí mantiene mucho mejor la esencia de la magistral novela de Orwell y no resulta tan ridícula. La película respeta absolutamente el espíritu de la historia de esta peculiar granja regida con mano dictatorial por los cerdos y el formato animado es mucho más adecuado para la visualización de la misma que usar una mezcla de animales reales y animatrónicos porque las caras son mucho más expresivas. Le sobra bastante el final, absolutamente distinto del de la novela y bastante poco acorde con la oscuridad de la misma, pero en general es una grana daptación de una de las grandes obras maestras de la literatura universal.

Lo mejor: Su respeto hacia la esencia de la novela.
Lo peor: La narración en off es algo molesta.

Magnífica exposición con una claridad conceptual que no asombra dada la propia claridad de la novela de Orwell.
Dramatización plena de la patología del poder.
Sin pensarlo demasiado, me recuerda a una metáfora muy interesante y gráfica que se hace con el juego del ajedrez. Lo particular de la metáfora es que no está plasmada en el juego en sí del ajedrez, no es una apología de la estrategia sino una humanización de tablero y las fichas.
La metáfora o apología del poder consiste en una imagen sencilla en la que todas las fichas o de poder (torre, caballo, alfil, rey y reina) se encuentran sobre el tablero. Por debajo del tablero, está un peón, uno solo, aunque bien podrían ser varios, sosteniendo el tablero o bien, inclinándolo para hacer volar del mismo a las piezas de poder. Los peones podrían pasarse el juego ignorando el poder que tienen pero a veces se despiertan, dejan de pre-ocuparse y se ocupan de si mismos.
La película es categorizada como una sátira y la verdad, reniego de que haga reír. Creo que sólo es una fábula, un drama profundo muy bien plateado ya en su creación literaria y excelentemente adaptado al cine con algunos cambios que se notan pero que no alteran la intención de Orwell.
No ignoro la revolución rusa, ni la cubana, ni la supuesta revolución venezolana. Indefectiblemente existe una patología del poder. Aparece tan real y tan intangible el poder que en principio me lleva a la perplejidad en cuanto a la condición humana. Pero inmediatamente la bruma desaparece y veo al poder articulándose de la misma manera por doquier. En los cargos públicos, en el ámbito privado, el quiosquero que atiende a la madrugada, el grandote que custodia la entrada a un boliche, el encargado del edificio. El discurso de Orwell toma una dimensión más interesante cuando se piensa en una granja y con diversas especies animales. Hay una analogía magistral.
Muy recomendable, muy frontal e interesante desde el punto de vista pedagógico aunque cuidando muchísimo el criterio.

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La historia es muy buena y muy cierta. Que se subleve un pueblo ante el atropello de los más fuertes o dirigentes viene pasando desde que el mundo es mundo. Saltarse las leyes determina que un grupo se ponga arriba por encima de otros y esto hace crear una nueva sublevación. Y de nuevo perico al torno. O se crea una sociedad donde se respete la ley y todos seamos iguales o nunca dejaran de suceder estas cosas. La historia es buenísima. La calidad de los dibujos de los primeros años de los Looney Tunnes. Quédate con la historia y ya está. Recomendable por lo que enseña.

Fue muy llamativo oír de boca de un cerdo animado como lo que nos pertenece será arrebatado. Ésta crítica es mía, pero con el tiempo puede que no lo sea. Mi coche es ahora mío, pero con el tiempo no lo será, mi casa, mi esposa, hijos... En fin, nada es siempre para nosotros.

Imprescindible film, que en su momento fue una feroz y auténtica crítica a los regímenes comunistas en la incipiente guerra fría de los años 50´
Hoy es aplicable a cualquier gobierno autoritario y totalitario, incluso a aquellos que pregonan libertades civiles y sociales y una aparente democracia no las cumplen.
No ha pasado de moda, ni la película ni el libro que la inspiró, y el dramatismo con que narra la historia hace al film interesantísimo hasta el final.
La personificación de los animales es magnífica. Y la historia nos deja grandes enseñanzas, cumpléndose aquel viejo refrán que decía 'es peor el remedio que la enfermedad'
Una joya para tener a mano en las escuelas cuando se explican los totalitarismos de cualquier signo.