El hipnotista

... es la gris fotografía de un nevado Estocolmo. Lo demás no es hipnótico, pero un poco de sueño sí que da.

A la película le sobran treinta minutos y ese final jolibudense. Tiene un argumento tramposillo, pero eso es culpa de la novela original, no del sr. Hallström.

Por lo demás, querido filmaffinitista, se puede ver con agrado.

Dicen que hay una corriente artística que consiste en poner a las buenas gentes del norte a cometer crímenes y a hacer cosas raras, por la falta de luz o algo así. He de confesar que, sin haberla seguido, ya me aburrre soberanamente y esta película puede considerarse como su reducción al absurdo. Todos aquellos que acudan al tufillo de la trilogía literario-cinematográfica que todo el mundo leyó-vió (menos el que suscribe), deben saber que El hipnotista es una de las películas peor escritas y dirigidas con más desgana con las que me he topado en mucho tiempo. El tal Hallström, empeñado en hundir su discreta carrera, asume de forma unilateral que el intercalar planos de Estocolmo nevado, usar bombillas de 40W para iluminar, imprimir un ritmo soporífero y hacer leer a sus actores unas líneas ridiculas con cara de intensidad basta para construir un thriller, pero se equivoca, caballero. La premisa es ridícula de principio a fín, las cosas suceden porque sí, los personajes entran y salen como de una mal bodevil, el espectador ya se espera lo peor, la logica desaperece y la narración se precipita hacia uno de los finales más absurdos de la historia, mezclando slapstick y una mala noche de los hermanos Cohen: el desconocimiento y el desprecio por las más elementales normas del cine de asesinos, y por el cine en general alcanza aquí cotas estratosféricas. En definitiva, absoluta pérdida de tiempo.

El género negro sueco en novela sigue de moda, y de vez en cuando nos llega alguna adaptación de este país escandinavo.
En esta película tenemos a la internacional Lena Olin, que no es la protagonista. Los demás no son conocidos fuera de su país.
Hay un hipnotista al que la policía pide ayuda para que un testigo de asesinato recuerde. No sabía yo que una persona en coma podía ser hipnotizada, pero bueno.
El discípulo de Ricard Bru es amenazado por el asesino. Y no hay mucho más que decir del argumento. Lo que no me gusta de la historia es que el mundo de la hipnosis da bastante juego pero no resulta aprovechado aquí. Solo se usa como excusa para presentar al personaje, pero en realidad no forma parte de la investigación ni de la trama principal.
Por lo demás es una película muy normalita, a la que le sobra media hora y que es tramposa. Quiero decir que adornan todo como si fuera muy complejo cuando en realidad tiene bastante poca enjundia. Se podría haber contado lo mismo en menos tiempo y sin darle tantas vueltas.

La película no está mal pero le falta algo de gancho y conectividad en la historia. Han quitado partes del libro que yo considero esenciales, y que harían que ponerle de título "hipnotista" tuviera más sentido. Sin ellas se nota que hay partes de la película un poco cojas.

Últimamente los nórdicos han estado bastante acertados a la hora de realizar thrillers ya sean en cine o en novela, están viviendo un momento dulce en lo que al género negro se refiere. Pero también se ha de decir que no todo lo que viene de allí tiene que ser bueno por narices, porque sería faltar a la verdad.
Y algo de eso es lo que ocurre con esta película. Basada en un libro de una serie de novelas que tiene al personaje que da nombre a la cinta se nos presenta una intriga que, por lo menos a mí, me dejó más frío que la temperatura que debe hacer en aquellos parajes en invierno. Un niño es el único superviviente del ataque de un psicópata a su familia y, al estar el muchacho en coma, la policía recurre a un hipnotista para que le saque la información. Ya la trama se antoja poco menos que enrevesadilla, pero el desarrollo es aún peor. La película se hace larga, aburrida y carente casi por completo de ritmo. Esto se debe, casi con total seguridad, a la poca pericia del director Lasse Hallström en estas lides. Que se me entienda bien, Hallström es un director muy competente, pero su estilo va mejor para sus comedias dramáticas o sus dramas como ha demostrado “La pesca del salmón en Yemen” o “Las normas de la casa de la sidra”. Tiene mucho talento para el cine intimista y sentimental, para el thriller, no.
Aparte de esto, la película es de un previsible que asusta. Yo no es que sea muy listo pero me veía venir el desenlace desde los diez minutos y eso es porque te lo telegrafían y cuando salió el culpable, le dije a mi mujer: “es@ es el/la mal@” y acerté, pero tengo que reconocer que tampoco era muy complicado. Debe ser que estoy más acostumbrado a ver thrillers que Hallström a dirigirlos y ya, por la costumbre, voy conociendo sus tópicos y es que nada ocurre por casualidad en este tipo de películas.