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El dulce porvenir

Drama Un autobús escolar se despeña montaña abajo y se hunde en un lago helado. En el accidente mueren todos los niños del pueblo. El abogado Mitchell Stevens se entrevista con los padres, reabre sus heridas del pasado y les propone llevar el caso a los tribunales. (FILMAFFINITY)
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
25 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente la película masculina mas sensible que se pueda ver. Los miedos del pasado y la pesadilla del presente se enlazan para mostrar al mundo que el sentimiento y la pena no tiene genero ni edad.

Como de un relato maldito, el flautista de Hamelin basa su relato de experiencias como la del bus escolar accidentado.

Una mujer enamorada de la inocencia infantil es la chofer de un bus escolar que sufre un accidente donde mueren casi todos los niños de un pueblo canadiense. El estado de shock de la población es interrumpido por un abogado que intenta luchar contra seguros e indemnizar lo máximo posible.

¿Compensa el dolor algo material? La pena es tan desoladora que no hay consuelo por la perdida de un futuro colectivo. Un futuro desolador y frío que no es predecible y que es tan cruel como puede ser la magia de un flautista cabreado con ansias de venganza.

La perdida de un hijo no solo se refleja literal. La perdida es algo que poseías y se escapa. Que controlabas y se aleja. Que amabas y se aprovecha. La perdida es la vulnerabilidad del sentimiento afectivo mas grande de un hombre, la protección.

En este relato se plasma el frio exterior como soledad, incertidumbre, desamparo, miedo, oscuridad. Y contrasta con la calidez interior, sus luces, la sensación de calor o la compañía.

Aquí nadie es perfecto y los sentimientos son tan puros que la lagrima brota sin esfuerzo.

Atom Egoyan no expone la figura paterna como algo hermoso, capaz de amar a pesar de todo, pero nos equilibra la balanza con maldades tan posibles como la misma muerte. También nos expone la figura del hijo como algo vulnerable y delicado, capaz de amar a pesar de sufrir, pero también equilibra la balanza con llamadas telefónicas que golpean el alma.

Que maravilla poder disfrutar de dos actores en estado de gracia como son Ian Holm y Sarah Polley. Ambos maltratados por el amor mas incondicional, el de un padre y una hija. No comparten familia, pero sí la desolación por el egoísmo de alguien que no juega de manera justa.

La figura del abogado como salvación, resulta tan inútil como el curandero que alimenta su "dón" con gente perdida. Es tan triste el destino de los niños de ese autobús como del tullido que no alcanza la cueva. En la perdida hay rabia. La hay en los padres de ese pueblo y existe en ese padre que escucha y observa a quien no escuchó la melodía del flautista.

Triste historia contada con sutileza. Hermosa metáfora de la perdida de rumbo y lo incierto del futuro. Ver como Ian Holm cuenta como casi pierde a su hija es de las escenas que jamás olvidaré.
La puerta de Tannhäuser
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4 de diciembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ejercicio fílmico de gran poso. Atom Egoyan filma su obra maestra con esta libre y sosegada adaptación del "Flautista de Hamelin".
La pérdida de todos los niños/as del pueblo en un trágico accidente es aprovechada por un abogado para realizar una demanda millonaria y esclarecer las causas del fatal incidente, a costa remover conciencias y recuerdos dolorosos.
Destacar en este cine de autor el ritmo narrativo (pausado y repleto de continuos saltos temporales y flashbacks); las magníficas interpretaciones y; la tristeza, rabia y fuerza de un guión contenido pero de gran belleza sutil.
Obra maestra que deja poso.
Búhofilm
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9 de mayo de 2008
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorable obra contemporánea, donde Egoyan nos narra, a través de un hecho real, la traslación del cuento de El flautista de Hamelin hasta nuestros días; la enfermedad, las relaciones paterno-filiales y la ausencia de un ser querido con ese halo de magia que le caracteriza en sus buenos momentos. Cada personaje de la película es, asimismo, un personaje del cuento, así como lo sería Caperucita Roja en El viaje de Felicia. Astuto Egoyan como pocos; película triste pero ingeniosa y vital. Y además buenísima fotografía.
enyel
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1 de agosto de 2009
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL AGRIDULCE
Como esos platos agridulces que entusiasman a unos y provocan en otros el rechazo inmediato.

Así el dulce porvenir, se presenta como una historia en la que puede más el fondo de las historias personales, unas amargas, otras ácidas, otras incluso insípidas; que la terrible y macabra realidad de la historia desde la que se desmadeja el ovillo central.
Porque NO LLORARÁS, eso te lo aseguro, al menos por tragedias.
Pero te dolerá lo que veas, si te queda algo de autocrítica y sinceridad.

El Dulce Porvenir es una metáfora, una visión personal de Egoyan de la vida a través de un cuento, EL FLAUTISTA DE HAMELIN, cuento que ya de por sí encierra mucho de terrible.
Un cuento que siempre se contará a los niños con la ilusión de la fantasía, mientras que debería estar colgado en la estantería de los libros de adultos, como recordatorio de las consecuencias de todas las mentiras y suciedades que puede llegar a albergar el alma del ser humano cuando se pierde la inocencia.

EL PORVENIR
Pongamos una venda en los ojos de nuestros hijos...
¿Cómo?
No siendo conscientes de nuestros daños y culpas, guiándoles como ciegos por un mundo de mentiras, materialismos e hipocresías y después prometámosles que encontrarán con seguridad la guarida de la eterna felicidad.
Entonces los mataremos en vida.
Se hundirán para siempre.

Porque el camino que dibujemos será el sendero que conducirá a nuestros hijos a una cueva sin retorno y sin felicidad.

O por el contrario...

Démosles las herramientas necesarias para que emprendan su viaje personal, para que busquen su propio sendero y no el marcado por la triste flauta de la vida.
No siempre encontrarán una cueva llena de tesoros materiales y maravillas espirituales, pero dejemos que se dirijan a un camino tan real como dulce en el que puedan desarrollarse en libertad.
Y sólo entonces serán felices.
Y sólo entonces seremos felices

BESOS
EL RINCON DE BÁRBARA
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19 de octubre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy compleja, de una lentitud apabullante (el tema lo requiere) con claros saltos (largos planos desde lejos, sin diálogos, en los que salen los coches de los protagonistas) que sirven para coger aire y esperar con ansia lo que nos deparará la siguiente escena.
Como he dicho antes, no la entiendo del todo, supongo que debido a que no me puedo poner en la situación de ningún padre y no vivo en un pueblo pequeño por lo que no sé cómo es ese trato tan familiar entre vecinos. De todas formas, una vez cogido el hilo de la historia (no es fácil), te hace sacar sentimientos como pocas películas.
Un maduro Holm y una joven Polley llevan un gran peso en este film y saben salir airosos de tan difíciles personajes.
La película se centra en las relaciones personales a cara descubierta, dejando en segundo plano la ambientación y fotografía (la historia podría haber sido encuadrada sin problemas en verano y en una ciudad moderna) así como el montaje e incluso, apurando, la dirección. El guión es tan sólido que el conjunto de la película se puede permitir esos lujos.
La tienes que ver...
José Antonio Llebrés
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