Johnny Guitar

Notable western de Nicholas Ray.

El otro día saldé una de mis muchas deudas con los ranchos y los sombreros, y disfruté el show. Me esperaba más, no lo negaré, pero es de recibo reconocer la intensidad de la película, y algún que otro diálogo sufúrico que parece sacado del cine más negro y asfixiante que uno se pueda imaginar.

La estética colorista y chillona de la película no me convenció un ápice, y también cierto ramalazo excesivo y teatral. Tampoco el personaje de Johnny Guitar, un Sterling Hayden que rompe pantallas en Atraco Perfecto o en Strangelove, entre otras, y que aquí aparece un poco deslucido y empalado entre los dos tifones femeninos.

Cosa bastante inusual en los westerns, tanta sobredosis de ovarios, por cierto.

Peckimpah y Eastwood, varios años después, no recogieron el testigo, no.

¿Cómo he podido vivir hasta ahora sin haber visto Johny Guitar de Nicholas Ray? Imperdonable. En fin, yo que no soy un gran amante de las películas del Oeste (puedo contar con los dedos de una mano los westerns que me han emocionado), me lo he pasado en grande con esta monumental película del maestro Ray (director poco reconocido pese a todo y autor de un puñado de obras maestras).

Estudio psicológico sin parangón en la historia del género, donde se analizan con virulencia la malicia, la envidia, la venganza y sobre todo la innata capacidad del ser humano para destrozar su vida y la de los demás. Hasta ahí diríamos que muchos westerns clásicos ya habían tratado la psicología de seres atormentados con facilidad para apretar el gatillo, beber un whisky y echar un buen polvo al mismo tiempo. Ciertamente. Lo que distingue a Johny Guitar del resto (y de ahí su revolucionaria importancia) es el haber colocado en el centro de todo este estudio y universo humano a una mujer. Sí, a Viena-Joan Crawford. Difícil de saber donde acaba una y empieza la otra.

La mítica actriz nos ofrece un recital interpretativo que la sitúa en las cumbres absolutas del cine (en las que ya reposaba gracias a Alma en suplicio que le había valido un merecidísimo Oscar años antes). El mano a mano entre Crawford y... (atención, de nuevo no es un hombre, sino una mujer) la mítica Mercedes MacCambridge-Vera*, arpía corrompida por los celos y el deseo de venganza, es antológico. En ese duelo al sol particular entre ambas, Vera es el contrapunto esencial de un estudio moral que viene a decir algo así como "quien acusa, acaba pagando".

Soberbio su guión, apoteósicos los diálogos (de una modernidad poco habituales), maravillosa fotografía de Harry Stradling y hermosísima música de Victor Young.

En fin, una maravilla que recomiendo sin duda alguna.

*Mercedes MacCambridge es una de las secundarias clásica del Hollywood dorado. Ganadora del Oscar y el Globo de oro secundario por El político y nominada posteriormente por Gigante (era la hermana arisca de Hudson). MacCambridge es también mundialmente famosa por haber sido la voz del diablo a través de Regan en El exorcista... vamos aquella que decía "mira lo que hace la cochina de tu hijaaaaa"...

Lo que sucede durante los sesenta primeros minutos en esta película es sencillamente algo antológico, un cine primoroso, vamos viendo situaciones como manadas de un torrente que te atrapan y te clavan en la butaca como ninguna. La primera vez que la vi creo que no pude ni pestañear, que ritmo, te quedas estupefacto, te parce imposible que se pueda dar tal perfección contando una historia. Traza los personajes de forma pasmosa, dos palabras, un gesto, una mirada y ya sabes quien es el ruin, el resentido, el indeciso, la despechada y así uno tras otro. Los siguientes cincuenta minutos siguen siendo magistrales pero alcanzar esas cotas durante toda la proyección no seria en la práctica posible.
Philip Yordan reputado guionista que trabajó con alguno de los mejores directores de la época firma un guión esplendido lleno de frases antológicas, de esas frases que los aficionados al cine recuerdan siempre y que acaban haciéndose míticas. “Por que no llevas pistola” “Porque no soy el mas rápido al oeste del Pecos” “Miénteme dime que me quieres como yo a ti” “Te quiero como tu me quieres”. La pasión que hay entre Viena y Johnny es arrebatadora, esta por encima de todo, del tiempo, de las circunstancias, de las situaciones, pueden dar la vida el uno por en otro sin pensarlo ni un segundo. Es una historia de amor rotunda ambientada en tono de Western pero que tendría cabida en cualquier otro género.
Y la música. Víctor Young músico prematuro de extraordinario talento que aquí lo despliega en toda su magnitud, nos regala una de las mejores bandas sonoras, sino la mejor; de todos los tiempos. Encaja en la historia de forma asombrosa y cuando suena irradia la película de un magnetismo especial. Lo que se puede hacer por amor, no se cuantas veces lo he visto y siempre me emociona, lo conozco fotograma a fotograma y sin embargo me sorprende. Y que final “Tonto si me voy, tonto si me quedo, pero te quiero” y todo ello con esa pasmosa música de fondo.
Y los actores, y la dirección, a veces pienso que esta casi a la altura de Casablanca, quizás Crawford este ya un poco mayor, tal vez se nota la diferencia de edad con Hayden, pero no son más que mínimos detalles, ya no puede uno imaginar la película sin ellos. Esto es cine, ya no se puede hacer mejor, solo podemos disfrutar. Si con Casablanca Dios creo el séptimo arte, con Johnny Guitar doce años después lo confirmo plenamente.

Cuando en una ocasión preguntaron a Godard por el trabajo de Nicholas Ray contestó "El cine es Nicholas Ray", autor de referencia para multitud de autores de generaciones posteriores. Nicholas Ray director de cine marginado del sistema de Hollywood por su propia genialidad. Su manera de hacer cine, totalmente alejadas de las normas del sistema de Hollywood, nunca fueron entendidas por la gran mayoría de la industria. Este western atípico es la mejor muestra de ello. Los protagonistas principales son dos mujeres. Los buenos visten de blanco y son representandos por personas de una dudosa moral y un pasado infructuoso. Los malos visten de negro y representan en su mayoría a la gente comun que rechazan cualquier muestra de individualismo y genialidad. Esto podría ser interpretado como una metafora de la situación que Nicholas Ray le toco vivir. Un director adelantando a su tiempo, con una visión única por el cine y una apuesta íntengra hacia el cine personal y de autor.

La crítica va a ser muy breve de Johnny Guitar. Entre otras cosas porque no quiero caer en lugares comunes definiéndola como uno de los mejores western de la historia del cine y tal. ¿Lo es decir que es también una de las mejores "Love stories"? En el spoiler viene la razón por la cual esta película, este monumento, esta obra de arte, esta infelicidad que demuestra que la vida, como decía el otro, no significa nada (como el juego de ruleta del bar de Vienna) nunca pasará al olvido.

Joan Vienna Crawford se come la pantalla. Sterling Hayden y su guitarra, la McCambridge clamando venganza. Esos extraordinarios secundarios. En el spoiler viene la causa de que me afloren las lágrimas cada vez que pienso en Vienna y en Johnny Guitar.