Haz click aquí para copiar la URL

Ladrón de bicicletas

Drama En la Roma de la posguerra, Antonio, un obrero en paro, consigue un sencillo trabajo pegando carteles a condición de que posea una bicicleta. De ese modo, a duras penas consigue comprarse una, pero en su primer día de trabajo se la roban. Es así como comienza toda la aventura de Antonio junto con su hijo Bruno por recuperar su bicicleta mientras su esposa María espera en casa junto con su otro hijo. (FILMAFFINITY)
<< 1 3 4 5 10 40 >>
Críticas 199
Críticas ordenadas por utilidad
5 de junio de 2012
32 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, con todo respeto (no puedo pasar desapercibidas 8 estrellas en 21.000 votos de FA), éste film está sobrevalorado por dos grandes razones:
1. La época que retrata y a la que pertenece.
2. La nostalgia que genera.

La historia o argumento sobre el que se construye el film es tan sencillo que si alguien lo filmara hoy sería aplastado por la crítica y tachado de insustancial.
El problema no es la sencillez sino el hecho de que no pase demasiado en la cinta. A cualquiera le pueden robar una bicicleta (supongamos que en la época tener bici era como tener moto hoy en día) y hacer un film sobre como buscamos la bici es algo que no aporta mucho que digamos.

Tiene momentos logrados sobretodo al comienzo donde no le puedes sacar los ojos de encima a la bicicleta (pensando en todo momento que se la van a robar) viendo siempre si se va o no del plano del director. Y la presencia del niño es lo que más aporta al film por el ejemplo que el padre pueda darle en todo momento.

Lo mejor: el comienzo.
Lo peor: la falta de una historia contundente que además de retratar la época no te deje mover del asiento.
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de septiembre de 2008
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El neorrealismo italiano de posguerra fue un movimiento comprometido con la precariedad de las masas que vivían bajo los umbrales de la pobreza.
Concentró sus máximos exponentes en Roberto Rossellini ("Roma, ciudad abierta"), Luchino Visconti ("Obsesión", "La tierra tiembla"), y Vittorio de Sica (con su trilogía de "Ladrón de bicicletas", "Milagro en Milán", "Umberto D." y otras obras más tardías). Tuvo algunos continuadores posteriores en otros grandes como Pier Paolo Passolini y Federico Fellini.
De Sica coge a manos llenas la realidad sin adornos de la plebe que se desloma de sol a sol, de los desempleados apurados por encontrar cualquier mísero trabajo, de los ladronzuelos callejeros, de los cuentistas que se mantienen a costa de la ignorancia y de la credulidad ajena, y de los niños que se ven forzados a arrimar el hombro para aportar algo a la escasez de la familia.
El argumento es tan sencillo como el acto de respirar, pero emite un grito muy potente contra la desesperación y la perra suerte de quienes nacen estrellados. Varias expresiones del refranero popular definen a la perfección las calamidades de quienes viven inmersos en las carencias e ingratitudes de la mala vida: "llueve sobre mojado", "la desgracia nunca viene sola" y "a perro flaco, todo son pulgas". A quien vive apaleado, sólo le caen golpes.
Tenemos a un pobre obrero, casado y padre, que por fin ha conseguido un empleo de fijador de carteles tras estar mucho tiempo en el paro. La condición es que lleve su bicicleta, para desplazarse más rápidamente por la ciudad y aumentar la eficacia de su cometido.
Para quien no posee un céntimo y tiene una familia que mantener, algo hoy día tan asequible como una bicicleta puede convertirse en un lujo inalcanzable.
Antonio consigue desempeñar con esfuerzo su vieja bicicleta y, feliz, comienza su nuevo y flamante trabajo. Pero como era de esperar, el infortunio se ensaña con él en la forma de un ratero que le roba su preciado e imprescindible medio de locomoción. A partir de ese instante, empieza la angustiosa persecución del ladrón y la imperiosa necesidad de recuperar su vehículo, o de lo contrario perderá un empleo tan costosamente obtenido.
Con una sobriedad pasmosa y una sabia austeridad de medios, de imágenes y de guión que recurren al máximo naturalismo, esta obra maestra de De Sica rompe el corazón en pedazos a través de la agonía de un hombre para quien la estabilidad del porvenir se cifra en un simple objeto al que nosotros no concedemos importancia, pero que para él y para los suyos supone disponer de un techo, de comida, de ropa que ponerse y de algo a lo que agarrarse, por mínimo que sea, en esta desalmada sociedad capitalista. De Sica contagia los reproches, el temor, la tácita comprensión, el amor y el envejecimiento prematuro en la mirada de un niño que aprende precozmente que su padre es un pobre diablo, y que él seguramente seguirá el mismo sendero.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de octubre de 2008
83 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy he tenido un mal día, horrible. Me voy con un amigo y hablamos:
-Mìrate el "Ladrón de bicicletas" que seguro que te anima.
-Gracias tio, ahora cuando llegue a casa me la descargo.
-Que coño, vamos al videoclub y la sacas.
-Video..¿qué?
-Sí, hombre, este sitio donde se alquilan películas.

Total, que la he visto. Y también he leido vuestras críticas con atención y respeto, que siempre aprendo mucho. Y juro que no hago esta crítica no la hago para dar la nota, sino que realmente es lo que siento.

Me esperaba más. La historia es muy tonta, roza lo absurdo. Por lo que no daba crédito de tanta crítica positiva. Es cierto todo lo que decís del neorrealismo ese, la innovación a la hora de rodar, el uso de exteriores y secundarios, y el tratar temas sociales. Por tanto es una película que hay que ver, aun sólo para tener algo más de culturilla y poder jugar al trivial con los colegas.

Dicho lo cual, la película, entendida como arte visual, entretenimiento y reflexión, es una castaña. Gira entorno a un argumento simple, casi insultante a la inteligencia. El actor principal y los secundarios son poco creíbles, las interpretaciones dejan mucho que desear, muy forzadas. El niño no sé muy bien qué coño pinta. Además, transmite valores poco éticos, le da igual que casi atropollen a su hijo, lo que importa es una puta bicicleta. Hay muchas secuencias que dañan a los ojos, vomitibas, ejemplos claros el momento de la pitonisa Lola o cuando encuentra al ladrón, escenas de poca calidad, muy tontas. ¿Y el guión? Mejor no hablar de los diálogos. Tampoco ayuda el doblaje, que en la Roma del 45 hablen como los castizos madrileños no cuela. Espabila amigo, que si pierdes una bicicleta nadie te va a ayudar a encontrarla, y mucho menos montar una cuadrilla, ni los guardias, tus problemas te los comes tú e irte con tu hijo de 7 años a emborracharte no es una solución.

Es una peli aburrida, que ni fú ni fá, pero su valor histórico no seré yo quien se lo niegue. Quizá que sea antigua hace que se sobrevalore en exceso, porque una historia de este tipo en nuestros días sería objeto de las críticas más despiadadas. Es lo que la diferencia de las grandes películas antiguas, que ha tenido un mal envejecer, el don de la atemporalidad que sólo algunos directores consiguieron para sus trabajos.
hate
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de mayo de 2008
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la excusa de un robo, De Sica representa a la sociedad italiana de posguerra con una doble visión: en la primera refleja la pobreza, la importancia del trabajo y la cruda realidad y en la otra, me atrevería a decir, el punto de vista ingenuo pero realista del niño, Bruno.
Con la excusa de un robo vemos a un niño que mira con adoración a su padre durante toda la aventura, pese a que éste pierda la dignidad ante sus ojos. Contemplamos a un niño que no conseguirá el final feliz para el que nunca llegó a educarse, vemos a un chico con el gesto amargo de un adulto.
Con este pretexto comprobamos como la gente siente la necesidad de explicar su destino, de acudir a que alguien escuche y de esperanza -incluso hoy día siguen estando presentes los adivinadores-. Con esta excusa vemos a las gentes encubriéndose, los mercados de la ciudad, las diferencias entre clases, las ganas de un padre por agradar a su hijo, la indiferencia policial, en definitiva, la sociedad de hace años cuya esencia parece no caducar.
Con la excusa de un robo, observamos una manera de hacer cine que se aleja de la irrealidad de los estudios hollywoodienses, una forma de filmar que mantiene en vilo al espectador con el ritmo apropiado y justo, un estilo que no rehuye de utilizar la cámara como algo “vivo” y que intenta reflejar la indiscutible subjetividad lo más real posible. Con esta excusa comprobamos, como la necesidad de robar es un círculo vicioso que se cierra a sí mismo, vislumbramos qué situación humana pudo provocar dicho hurto.

Sea un pretexto o un marco, el ladrón de la bicicleta es la encarnación de la desgarradora realidad de la época, la personificación de la ética corrompida por la necesidad, y también, la excusa para contar una historia amarga desde una visión ingenua.
Deivid
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de abril de 2008
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sufres desde el principio, y hasta el final. Quieres que el pobre Antonio recupere su bicicleta y siga con su humilde trabajo que dará de comer a su familia. La película es una ansiosa búsqueda que te mantiene en vilo hasta el último instante. Puro cine de principio a fin.
hpbordon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 10 40 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow