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La isla mínima

Cine negro. Thriller España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse no sólo a un cruel asesino, sino también a sus propios fantasmas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 427
Críticas ordenadas por utilidad
23 de febrero de 2015
39 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha encantado alguna crítica sobre la película, por la honestidad que demuestra al reconocer lo que muchos no son capaces. Yo tampoco la he entendido, me aburrí e incluso me dormí. Jamás conseguí, a lo largo de su metraje, entrar en ella.

Esto me lleva a recordar la fábula de aquel rey que para probar la estupidez de sus vasallos los reunió para mostrarles su burro volador.
-Solo los inteligentes, lo verán.

Por supuesto, la mayor parte de ellos lo veían. Con LA ISLA MÍNIMA pasa un poco lo mismo. Yo no he logrado ver EL BURRO VOLADOR.

UN 2
LEUGIM
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9 de febrero de 2015
29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) La trama es flojísima, hace agua por todos lados.
2) Historias paralelas (traficantes, cazador furtivo, empresario, pescadores, etc.) que no llevan a ninguna parte y solo descentran de la que debería haber sido la verdadera trama.
3) Detalles que parece que van a terner inmportancia y después "nunca más se supo".
4) Quedan un montón de "flecos" sin explicar.
5) El desenlace te deja con la boca abierta, pero por mal resuelto.
6) Protagonistas mínimamente desarrollados, solo esbozados, además de muy muy poco creíbles.
7) Actuación penosa de los secundarios. No entiendo cómo le han dado un Goya como actriz revalación a Nerea Barros.¡Si apenas aparece! E insuperable (por mala) la actuación de uno que aparece con una escopeta para contar la desparación de su novia.
8) Pfff, para qué cansarme.

Lo único bueno: la fotografía.

Conclusión: no perdáis el tiempo yendo a verla. Como siempre, otra película española totalmente sobrevalorada. Y van... Qué barbaridad!
Dontomo
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30 de septiembre de 2014
34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos referencias se viene inmediatamente a la mente después (e incluso antes) de ver La Isla Mínima: True Detective, la magnífica serie de la HBO, y el caso de las niñas de Alcasser. Puede que ambos casos los parecidos sean más superficiales que otra cosa, pero desde luego están ahí.

La Isla Mínima cuenta el la desaparición de dos niñas de un pueblo y su investigación por parte de un par de policías de caracteres opuestos.

Y ya desde el principio de la película, con espectaculares e inverosímiles (por lo poco vistas) tomas aéreas, queda claro que el paisaje, el entorno va a ser un personaje más de la película, y que esos engañosos y laberínticos paisajes que nos muestran son una especie de metáfora de la historia que nos van a contar.

No es que Alberto Rodríguez, el director, copie el argumento de True Detective, pero la coincidencia superficial si que está ahí. Sin embargo, Louisiana no es Sevilla, los pantanos que forma el Mississippi no son las marismas del Guadalquivir, ni True Detective es La Isla Mínima. Aquella es más perfecta, más redonda, pero esta tiene personalidad propia, y como tal debería ser juzgada y valorada, sin comparaciones para bien ni para mal.

La ambientación y el toque local están magníficamente conseguidos: aquí los personajes no beben bourbon, sino ginebra, no escuchan country sino a Baccara en la discoteca del pueblo y no van a un club de stripteas frecuentado por camioneros, sino al puticlub. La recreación de un tiempo (la transición, las huelgas, los viejos métodos y actitudes que se resisten a desaparecer...) y un lugar (un pueblo dejado de la mano de Dios, todavía en el subdesarrollo, los jornaleros del campo para la cosecha,...) está muy bien conseguida, y no sólo porque logren ser verosímiles enseñando los modelos de coches correctos para la época (si no sabéis cual es la diferencia entre un Dos Caballos y un Dyane 6, aquí la aprenderéis), sino porque consiguen una atmósfera opresiva, pesimista, de desesperación. Mujeres resignadas, jóvenes sin futuro que quieren abandonar el pueblo para tener uno, ferias de pueblo con sus casetillas para tirar con la escopeta de plomillos, jornaleros itinerantes que llegan para la cosecha y que se marcharán con ellas, obreros en huelga,...

Hay que reconocerles tanto a Javier Gutiérrez como a Raúl Arévalo que están magníficos en sus papeles de los dos policías tan –aparentemente opuestos- pero decía antes que el ambiente, el pueblo, marisma, es otro personaje más. El uso del paisaje como un recurso está muy conseguido, la lluvia, la marisma, persecuciones nocturnas por caminos de tierra,...

El resto de los actores me gustó menos, la verdad. Nerea Barros no está mal, pero no me la acabo de creer interpretando a la madre de las niñas. Y el papel de Antonio de la Torre como el padre y el barquero del pueblo no le da mucho para lucirse.

Luego está Jesús Castro, Quina, que repite exactamente el mismo personaje de El Niño, el chulito guaperas del pueblo, aunque aquí es un secundario, y que no se si es que no da para más y es que lo han encasillado o que simplemente no da para más y se limita a hacer de si mismo. También repite (de El Niño), Jesús Carroza, que ya es un secundario habitual de las películas de Alberto Rodríguez: aparecía en 7 Vírgenes, y también en Grupo 7. Pero aquí su papel de Guardia Civil local es tan corto que la verdad es que es difícil de juzgar.

Siempre es de agradecer que el cine español se atreva sin complejos con películas de género, y este director parece que va lanzado. Esta es una película policiaca, de cine negro más que un thriller, Es una película oscura, son prestamistas, con traficantes de droga, de abusos y de extorsiones, no sólo sexuales (esas son las más evidentes que se muestran), sino también de los poderosos, los caciques del pueblo contra los más humildes (que sólo se insinúan, apenas se dibujan). Creo que por el tema, y por la coincidencia de las niñas, las quinceañeras misteriosamente desparecidas, recuerda bastante el caso de las niñas de Alcasser. Por eso y por más cosas que dejo para el spoiler.


Si te ha gustado y quieres leer más, pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/10/la-isla-minima-las-comparaciones-son.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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31 de octubre de 2014
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considero que ya hay suficientes críticas para esta película (lo cual me parece un triunfo, porque esta película se lo merece), como para que tenga que añadir mi opinión. Pero hay tanta confusión el final que me gustaría dar mi opinión al respecto (que no aclarar, ya que cada uno tiene su interpretación).

Antes de eso, que decir de esta película…que da fe y esperanzas en el cine español (para un servidor en un estado, de calidad, mejor que nunca), con una dirección sobresaliente, un guión muy bueno, una fotografía asombrosa (los títulos de créditos son fabulosos), un reparto insuperable (Arévalo está muy bien, pero Gutiérrez esta maravilloso y genial, una verdadera sorpresa), etc.

Lástima las dudas que genera el final y su ritmo pausado (que no aburrido). Y por cierto, si se parece mucho a True Detective, pura casualidad, obviamente. Espero que se lleve todos los Goya habidos y por haber, ya que es superior a la correctísima el Niño y a la mediocre Magical Girl (desconozco cual será la cuarta nominada).

A continuación, los spoilers del final:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javi McClane
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26 de septiembre de 2014
34 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Camino sediento. Corro. Corro mucho mientras el sol golpea mi cabeza y mis poros expulsan líquidos por doquier. Los mosquitos están al acecho para devorar mi piel sin remedio. Los flamencos graznan mientras buscan aguas de mejor consuelo. Yo sigo buscando al criminal, trato de encontrarlo en la época del cambio, en la época del cambio que nunca llega.

Alberto Rodríguez ha logrado trasmitir con cada plano y cada martilleo de suspense una traslación mental del espectador hacia su historia. Una historia extraordinariamente trabajada, filmada como sólo unos pocos saben hacer y gestionando cada pieza de rodaje como una joya que ha de guardarse en un museo. Y es que el cine de género está viviendo uno de los mejores momentos que se le recuerdan en los últimos años gracias a la aparición de talentos que han surgido a fuego lento. Rodríguez nos muestra como en los inicios de los 80 en la España profunda de la Andalucía rural todo seguía funcionando de otra manera, y como la entrada de la democracia crecía despacio, gota a gota.

“La isla mínima” sorprende desde sus primeros planos. Brillantes planos aéreos del Coto de Doñana y de las orillas del Guadalquivir a cargo de un notabilísimo Álex Catalán muestran su poderío, echando un pulso titánicos a aquellos cenagosos y embarrados que Cary Fukunaga nos regalaba del Misisipi en “True detective”. Y es que sin duda la comparación nos vendrá a la cabeza. Aunque señores yo lo tengo claro. Me quedo con el agua andaluz, las bandadas de aves recorriendo la puesta de sol y las carreteras empedradas de aquellos vivarachos y arriesgados ochenta españoles.

El guion no se aleja en historias secundarias, componiendo una historia que funciona como una flecha directa a la atención del espectador. Una pareja reflejo de dos estilos de vida y de política pelearán codo a codo para buscar a dos niñas desaparecidas en plena época de cosecha. Un conflicto de intereses de carácter local que chocará con las pretensiones de los policías encargados del caso. Unos Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez en el papel de sus vidas, peleando por dar realismo a una historia de supervivencia y búsqueda.

Una historia cruda que no cae en recursos fáciles y donde cada fotografía secunda la potencia del guion, no siendo un mero artificio a ojos del asistente. Un montaje perfecto que muestra una vida rural dura donde cuesta arañar una sonrisa y donde de lograrla te trasmite casi malestar. Un doble juego maestro donde política, periodismo y justicia tratarán de encontrar una línea común. La línea curva de la senda del Guadalquivir en búsqueda de aquella “Isla mínima”.

Secundarios de la talla de Antonio de la Torre, Nerea Barros, Jesús Carroza o el potencialmente taquillero Jesús Castro (“El niño”) completan una historia de final meticuloso y donde las piezas encajan por su propio peso. El peso del saber hacer.

Sin lugar a dudas la película española del año.

Lo mejor: Prácticamente todo, aunque me quedo con Javier Gutiérrez y la excelsa fotografía de Álex Catalán.
Lo peor: Alguna reacción de algún personaje poco relevante.

Valoración:
Banda sonora: 8
Fotografía: 10
Interpretaciones: 8,75
Guion: 8,5
Dirección: 9
Satisfacción: 9

NOTA FINAL: 8,8

@hilideseda - www.habladecine.com
Hilodeseda
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