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Mi nombre es Ninguno

Western. Comedia Jack (Henry Fonda) es un mítico pistolero que, cansado de la fama, decide abandonar Estados Unidos y viajar a Europa para enterrar la leyenda que se había forjado. En Nueva Orleáns, conoce a un misterioso forastero apodado "Ninguno" (Terence Hill), que decide acompañarle en su viaje. (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
3 de agosto de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a que el último western de Leone fue “Hasta que llegó su hora”, es inevitable pensar en el director a los pocos segundos de iniciado el metraje, y es que el inicio es extremadamente parecido a “El bueno, el feo, el malo”. La presencia de Henry Fonda y la música de Ennio Morricone dan muchas pistas. Lo único que descuadra es la presencia de Terence Hill repitiendo el cliché de Trinidad que tan famoso le hiciera.

En realidad el parecido no es en modo alguno casual y es que aunque Leone no aparece acreditado en este film, tuvo un papel destacado en su gestación pese a que el firmante final del film sea Tonino Valerii que fue aydante de dirección del propio Leone. De hecho, es posible que este film fuera uno de los borradores de “Hasta que llegó su hora”, ya que mantiene ciertas similitudes argumentales. Aquí Fonda interpreta prácticamente al mismo personaje, un maduro pistolero cansado de deambular por estos mundos, que se ve perseguido por una especie de “angel de la guarda”, o más bien diablo que quiere obligarle a enfrentarse a un ejército de pistoleros conocido como “la banda de los salvajes”.

El film tiene dos partes claramente diferenciadas: la “seria”, protagonizada por el personaje de Henry Fonda, que da vida al típico arquetipo de pistolero maduro, y la “cómica”, con el personaje de Terence Hill que repite el cliché cómico de Trinidad, un pistolero rápido y talentoso y más bien juguetón. De alguna forma, en la mitad protagonizada por Fonda vemos el llamado “western crepuscular” con claras referencias a Peckinpah como el uso del ralentí e incluso alguna mención mucho más explícita. En esta parte, la más interesante de largo se reflexiona sobre el fin de una forma de vida: la de los pistoleros, cuyo mundo no sólo ha cambiado sino que además está desapareciendo ante sus propios ojos.

La parte, digamos, cómica no tiene apenas interés, y no es más que un compendio de situaciones que los seguidores de la pareja Terence Hill y Bud Spencer le sonará mucho. Es bastante complicado enlazar las dos partes en las que se divide el film, por cuanto si bien la del pistolero interpretado por Fonda está bastante bien resuelta, la de Hill apenas tiene mayor sentido que la de desmitificar lo más sagrado, y de paso alargar innecesariamente el film.

Se puede ver el film como una alegoria al mito del pistolero, entendido como una rueda interminable en la que un pistolero famoso es abatado por un desconocido (por un “don nadie” o en este caso por “ninguno”), el cual pasa a ursurpar la fama hasta que, a su vez, llegue otro pistolero anónimo en busca de la fama, y así sucesivamente. Sin embargo, por muy buenas ideas que parezca ofrecernos este film, lo cierto es que el resultado es muy irregular, en la que las escenas que nos recuerdan al mejor Leone, acaban pesando menos que el resto de escenas con mayoritaria presencia del “payaso” Hill.
manulynk
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7 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El legendario pistolero Jack Beauregard (Henry Fonda) decide empezar una nueva vida en Inglaterra, dejando atrás toda su fama y fortuna por un seguro y placentero retiro. En su ruta hacia el viejo continente conoce a un gamberro pistolero llamado Ninguno (Terence Hill), el cual lo idolatra y lo venera por sus conocidas hazañas .

Mientras Jack busca a su hermano Nevada Kid, para despedirse, descubre que fue asesinado por un tal Sullivan (Jean Martin) un rico hacendado que ha hecho fortuna engañando y matando gente inocente.

Jack planifica darle muerte a Sullivan en venganza por la muerte de su hermano, pero antes tendrá que hacerle frente una escuadra de 150 pistoleros a las órdenes de Sullivan. Jack contara con la ayuda de Ninguno.

El subgénero de los "spaghetti western" nació en Europa para las décadas de los 60s y 70s. La gran mayoría de estos "spaghetti western" fueron financiados por compañías de cine italianas y se rodaron mayormente en los estudios de cine y televisión Cinecittà en Italia o en Almería, España.

El "spaghetti western" se caracteriza por una estética sucia y polvorienta, pero descansando en los estereotipos y mitos del western estadounidense, creando así un estilo muy particular. Sus personajes mayormente son carentes de moral, despiadados y rudos.

El film es una producción Ítalo-alemana y cuenta con el personaje clásico del justiciero vengador, pero también tiene un personaje muy particular, el cínico y bufón que ridiculiza a los malosos mas presumidos.

La combinación de Henry Fonda (1905-1982) y Terence Hill fue un acierto al mejor estilo de Sergio Leone (1929-1989). La película tuvo un presupuesto de 8 millones de marcos alemanes y recibió una nominación a los "Golden Screen de Alemania", el cual ganó.
operez
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14 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En buena medida, tanto un gran éxito del llamado spaghetti-western como una de las estacas que apuntalaron su propio ataúd. Una historia de Leone entre tantas, que se enfrasca más en la parodia que en lo serio, con un bufonesco Terence Hill al frente de un reparto en el que en guiño al clásico western, aparece el gran Fonda (triste y sin relevancia) en un film discreto, muy lento, dañino más que recomendable. No me gusta.
kafka
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18 de febrero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
27/04(06/02/20) Decepcionante spagueti western, una coproducción ítalo-alemana con más pretensiones que atractivo. Me atrajo de él que estaba basado en una historia del gran Sergio Leone, además el romano era el productor y codirector (no acreditado), esto con el añadido del protagonismo de Henry Fonda, pero lo que me he encontrado es una mezcolanza ridícula entre los peores vicios del género mencionado sumado a los bufos films de la pareja Bud Spencer & Terence Hill, esto merced al co-protagonismo del segundo. Puede que la leyenda que corría sobre este film fuera cierta, y es que se decía que harto del encasillamiento forzado de Sergio Leone, que no quieran producirle otros proyectos que no fueran del oeste decidió hacer una mala película, para así no le hicieran volver más a los pistoleros. La película está dirigida por Tonino Valerii (ayudante de dirección de Leone en “Por un puñado de dólares”), que tuvo muchos problemas con Leone, no queriendo trabajar más con él. En 1973 el veneciano Terence Hill (verdadero nombre es Mario Girotti) ya una estrella del cine gracias a sus éxitos con el napolitano Bud Spencer (nombre real Carlo Pedersoli), comedias de acción banales que recibieron grandes dividendos en todo el mundo, entre ellos estaba “Le llamaban Trinidad” (1970) y su secuela, dos cintas que recurrían al spagueti western para hacer humor chusco de peleas risibles, por ello se le pudo emparejar en el cartel al gran Henry Fonda, pero este binomio resulta estridente en cada entente, agua y aceite. Hill está insufrible, pasado de vueltas está en una película diferente a su partenaire, un Fonda que seguro no vería el momento de abandonar la producción, tanto fue así que nunca más volvió al género del western. Ello en una película que me huele a “El hombre que mató a Liberty Valance”, por lo de querer hacer leyenda del salvaje oeste, pero esto filtrado por un relato que se mueve a empujones, teniendo elementos esperanzadores en ese inicio sugestivo, primero con la música en los créditos iniciales del maestro Morricone, y luego con ese enfrentamiento del rol encarnado por Fonda en una barbería, minutos sin palabras que pueden recordar al arranque de “Hasta que llegó su hora”, pero en cuanto entra en pantalla Terence Hill todo descarrila, en una sucesión arrítmica de escenas que van entre lo petulante por cómo se habla de forjar una leyenda, y luego con las penosas secuencias protagonizadas por Girotti, pura bazofia de descartes del sub-género Hill & Spencer (La pesca en el río; el duelo de puntería en el bar; La feria con las tartas; la pelea con el muñeco de brazos en cruz; y más mediocridades), llámense cámaras rápidas, efectos de sonido, malos idiotas. Un relato con la pretenciosidad de querer ser una carta de amor al oeste crepuscular, emparejando a un maduro pistolero de vuelta con un joven advenedizo símbolo de los nuevos tiempos (ya sí nos ha ido), pero que más parece una novela (mala) del oeste de dos centavos. Fue una de las pocas películas relacionadas con Sergio Leone, donde el 80% de las escenas al aire libre fueron filmadas en los Estados Unidos. La filmación tuvo lugar en Acoma Pueblo, el pueblo fantasma de Cabezón, la misión de San Esteban del Rey en Nuevo México y en las dunas de tiza en White Sands, además de en España (La Calahorra-Granada para las escenas del tren).

Se puede ver la película también como una especie de revisión (penosa) de la gran “El pistolero” (1950) de Henry King, donde un pistolero legendario siempre será buscado por un aspirante al trono de la leyenda para acabar con él y de este ser el objetivo para otro aspirante en una rueda sin fin, reflejado esto en el clímax delo duelo final, pero esto me queda atrofiado en un desarrollo confuso y difuso. Ejemplo claro es la inserción de un Grupo Salvaje que aparece y desaparece cual fantasma, una amalgama de decenas jinetes que no se sabe porque persiguen a Beauregard, simbolizando el gran reto al que este debe hacer frente para entrar en el Panteón delas Leyendas (puaj!), esto además resulto de modo aparatoso y arbitrario, con un exceso de ralentí y congelados que dan grima. Aunque para grima se lleva la palma Terence Hill con su irritante rol payasesco no tengo nada contra los payasos, pero en esta historia no pega), personaje de una bonhomía y carácter insoportable.

La puesta en escena resulta efectiva, con una notable cinematografía de Armando Nannuzzi (“El incomprendido”), y Giuseppe Ruzzolini (“Agáchate, maldito!”), jugando hábilmente con los reflejos en espejos y objetivos, cual alegoría de que lo que ves no siempre es lo que parece (en este sentido es reseñable el homenaje a “La dama de Shaghai” de Welles con la escena de tiroteos en un salón de espejos de feria), sabiendo crear bellas tomas generales (del White Sands National Monument- New Mexico o el Woods Canyon Lake-Arizona); Pero sobre todo queda es la singular música (que escucho mientras escribo) creada por el genial Ennio Morricone (“Erase una vez en América” “La Misión”), un extraño coctel de música festiva con intensa y trascendental en otros temas (la del duelo final), siendo remarcable la versión electrónica de 'Ride of the Valkyries' de Wagner cada vez que vemos a la tropa Wild Bunch cabalgar (hacia no se sabe dónde, cual ente despersonalizado), en un recurso que seguro Francis Ford Coppola vio y posteriormente reversionó a su modo en la famosa escena de los helicópteros surcando el cielo al ritmo de este popular tema clásico.

Me queda una película por momentos bochornosa, donde prima el tono disparatado del espíritu de las ya muy mencionados Hill & Spencer sobre cualquier interés sesudo sobre el ocaso del oeste reflejado en su protagonista Beauregard (epítome es el la carta en off que oímos de él al final). Al final me queda film olvidable. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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10 de junio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entiendo las críticas negativas pero no entiendo porque la vieron. No es un western típico, es una parodia genial.
Ví por primera vez esta película siendo un crío en un cine de barrio y en una copia infecta y con cortes... y me quedé embelesado. Desde la primera secuencia.
La música me absorbió, y sin embargo otros la ponen a parir. Enfín, para gustos colores.
Hay varias secuencias en esta película, y la música que las acompaña, que han quedado grabadas en mí desde entonces.
Durante mucho tiempo busqué su banda sonora en los tiempos en que el click de ratón ni siquiera era un proyecto.
Intenté conseguir una copia medio decente en dvd siendo imposible hasta hace unos años.
Para mí es absolutamente recomendable, pero como ya dije no es un western. Es un divertimento burlón ambientado en el oeste.
Y así debe ser visto.
No esperan nada más. Ni nada menos.
unomas2004
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