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¡Vivir!

Drama Después de verse obligado a abandonar su casa y su familia por deudas de juego, un hombre rehace su vida como titiritero hasta que se ve envuelto en la revolución maoísta. Cuando consigue volver con su mujer y sus hijos, ya nada es como antes. (FILMAFFINITY)
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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
20 de agosto de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Distanciándome del sentir general, no creo que "¡Vivir!" sea uno de los grandes trabajos de Yimou, sino que lo sitúo lejos de sus mejores obras de los años 1990 ("La linterna roja", "Ni uno menos"...), en mi opinión muy apreciables, y mucho más cerca de su bastante negativa evolución posterior.

La película traza un retrato familiar con un arranque excelente y una muy buena elaboración de su primera parte, enmarcado en los años anteriores a la victoria de Mao en la guerra civil China y a la formación del régimen comunista. A partir de ese momento, la película evoluciona incomprensiblemente hacia una parodia con tintes trágicos, que le deja a uno confuso y contrariado. Son tales los esfuerzos por vincular la trayectoria familiar a los abusos del régimen chino, que todos los elementos desgraciados que se suceden en el film tienen como explicación dicho régimen. Y es tal el contraste entre una primera parte de la película en que la responsabilidad individual es la causa de la desgracia familiar, y la segunda, donde dicha responsabilidad siempre está mediada por el poder comunista, que Yimou acaba perdiendo el norte argumental y deja a sus personajes completamente desamparados. Y si a ello, además, sumamos el tono paródico, desequilibrado y falto de realismo con que presenta el comunismo chino, lo que acaba quedando es una película con demasiadas debilidades.

A pesar de todo, creo que es un trabajo que puede verse, ya que los aspectos más positivos del cine de Yimou también están allí, si bien resultan mucho más apreciables en historias más desprovistas de lastres innecesarios y mejor cohesionadas.
branhunter
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21 de agosto de 2008
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras los dirigentes de todas las naciones del mundo dictan leyes, hacen guerras, planean conspiraciones y esbozan sus ideales a carboncillo; con escuadra y cartabón sobre el lienzo de la existencia de millones de seres anónimos; quizás ignoran que gran parte de la masa que le da legitimidad a su creación no necesita ninguna obra arte...
Solo quieren vivir, en paz con sus personas queridas y con la menor cantidad de sobresaltos posibles...
Esta gran película no es nada mas que la historia de algunos de esos seres anónimos que llevan la pesada carga de sus vidas a cuestas en medio de las convulsas mareas de los avatares de la Historia...
Una película generacional muy emotiva con momentos muy brillantes y continuos giros argumentales (sobre todo en la primera hora) que plantea algunas quejas sobre las injustas jugadas del destino y sobre lo complicado que a veces puede llegar a ser vivir por el simple hecho de haber estado en un lugar determinado en una época determinada...
Una película que te deja un gusto a cotidianeidad, a resignación y a fe en el futuro...
Nunca me dejó mejor gusto la resignación...
En esta película sabe a vida...
Mackie Messer
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7 de septiembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida es compleja. Es muy larga y al mismo tiempo todo sucede a la velocidad de un suspiro. Tiene sinsabores, sus momentos alegres y etapas oscuras. Pero vale la pena vivirla. ¡Vivir! es un canto a la vida, la película con la que el chino Zhang Yimou se consolidó definitivamente entre el público y la crítica europea. La cinta acompaña el devenir de un matrimonio a lo largo de 40 años en los que las luces y las sombras se irán combinando como en un espectáculo de marionetas proyectadas sobre una sábana iluminada. Yimou habla de su país a medio camino entre la complaciencia y la (auto)crítica. Pero no hay rebeldía en su mirada. Ni resquemor. Ni odio. Porque la vida nos lleva por caminos inesperados. No hay que aceptar los avatares del destino con desánimo o desde el lado más pusilánime. Simplemente las cosas suceden cuando suceden y como suceden. Y eso no significa tener una actitud complaciente o derrotista. Es la filosofía, obviamente asiática, que basa el discurso del sabio, el gran Yimou.

¡Vivir! acaba como un haiku precioso, una colección de imágenes hondas, un ramillete de escenas costumbristas en el que el verdadero espectáculo reside en las cosas sencillas (o complejas, según se mire). Yimou nos dice que no hay mal que por bien no venga, que siempre vale la pena seguir adelante, que la vida sin tener alguien con quien compartirla es menos vida, menos viva, menos real. Es desgarradora cuando debe serlo, luminosa cuando la fortuna sonríe a la familia protagonista. Tiene el poso del cine familiar de Ozu y un aliento clásico. Algunas escenas y miradas queden suspendidas en el tiempo y alargadas en metraje, como si el film buscase la belleza auténtica de lo pequeño. Uno acaba de ver ¡Vivir! con el corazón acongojado y con el pecho henchido. Y con la certeza que en próximos visionados resultará más épica, más emocionante. En la dulzura de Gong Li al ver que su marido ha perdido todas sus propiedades en los dados, en el cariño de la madre que cocina bolas de arroz para su pequeño, en la joven sordomuda que se emociona al despedirse de los suyos el día de su boda o en la figura del padre que zurra a su único hijo varón en el comedor comunal hay mucho cine y una gran lección de vida. Obra cumbre del reciente cine chino.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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22 de enero de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente se trata de la película que ha estado en lo más alto de mi lista de recomendaciones durante más tiempo, hasta hoy, que por fin la he degustado, me decido a valorarla, y con mi nota confirmo lo que la mayoría de usuarios de FA opinan. Le doy un 8 porque Yimou le pone un título algo pretencioso a su película, nada menos que vivir, con todo lo que ello supone, muchos aún ni sabemos lo que supone vivir (y puede que no sepamos explicarlo nunca), y realmente hace un trabajo convincente. A mí que un chino titule una película así me echa para atrás, de inicio y con un título así no lo podía tener peor, pero tenía que verla y descubrirla, hasta que por fin lo he hecho hoy. Y es que lo que me ha empujado a verla se debe sólo y exclusivamente, las cosas como son, a FA. Jamás de otra manera me hubiera puesto delante de "¡Vivir!".

Una vez vista puedo asegurar que hay vida, mucha vida, en la existencia que protagoniza un hombre que al principio vive a lomos de una situación acomodada y que como una noria, como la vida misma, va a verlo cambiar todo. Unas veces arriba, otras abajo, hay lugar para mucha tristeza, porque la vida es un drama a menudo, pero lo que me ha acabado convenciendo inevitablemente de Yimou, es que hay lugar para alegrías también, no se tira por el precipicio de la tragedia y ofrece respiros reales, tal como pudiera ser la vida. También es cierto que pudiendo hacer sangre en su crítica al régimen maoísta, se queda a medias, al menos es como lo he visto yo, no oculta una antipatía lógica al sistema teniendo en cuenta los sufrimientos de la familia, pero podría haber ida más allá.

Me gusta la metáfora que encarna el protagonista, titiritero y marioneta a la vez, en una inmensa china en la que todo cambia, de una vida acaudalada al servilismo estúpido por el gobierno. No es una obra maestra pero le voy a dar la razón a Yimou en el título porque hay vida, mucha vida, en los pasos que da el protagonista y con él su familia. Y es que en una vida hay lugar para muchas cosas, el ejemplo de Yimou es muy meritorio.
Luisito
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13 de junio de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podría parecer un canto de desesperación o un inmenso lamento hacia el fatal destino si no fuera porque, efectivamente, tiene más fuerza la resistencia que ofrece la vida ante una empecinada y cruel realidad, que los logros de la desdicha.
El grito que mantiene en pie a los protagonistas de esta odisea vital de Zhang Yimou es el mismo que retumba insistente dentro de las cabezas de quienes, en bastantes momentos a lo largo de los años, se ven tentados a tirar la toalla por considerar que sus fuerzas se agotan. Entonces, el último suspiro se utiliza para darse ánimos, para decirse: hay que seguir, no sé muy bien porqué pero ¡hay que vivir!. Y una extraña sonrisa aparece y abrazas a quienes te rodean o te abrazas a un árbol o al sol, o a la lluvia....

La familia de nuestra historia parte del medievalismo que imperaba en China en los comienzos del siglo XX y camina, a través de guerras y otros despropósitos, hacia la revolución popular de Mao, adaptándose camaleónicamente a los cambios y agarrándose con uñas y dientes a la supervivencia, pasando por encima de principios personales y peligrosas dignidades. Avanzan contra viento y marea, sin saber muy bien adonde; son títeres en la valija de un comediante de truculentas leyendas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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