Modern Family (Serie de TV)

Vería que este es el siguiente paso evolutivo del concepto FAMILIA.
Y reconozco que las 2-3 primeras veces que me puse a verla me parecía una del montón. Como si le faltara algo para llegar a ser buena.
Pero según pasaban los capítulos las situaciones me hacían más gracia y los personajes me parecían más únicos aun siendo estereotipos de siempre.
El padre moderno, el matrimonio con gran diferencia de edad o la pareja de gays llegan a tener carácter propio formando un conjunto unido a la perfección.
Un gran entretenimiento políticamente incorrecto pero para toda la familia y todo tipo de familias.

Tras once años en antena, se despidió con un doble episodio final y un especial "entre bambalinas" Modern Family, una de las comedias televisivas más exitosas de todos los tiempos. Once años en los que hemos visto crecer a tres familias interconectadas en una suerte de gran familia, a sus once miembros originales, que acabaron siendo 16 (17, si contamos a Stella).

El visionado de este broche final estuvo dominado por la nostalgia, que en la melancolía del adiós evocaba los tiempos en que esta serie estaba en la cima del mundo, tanto a nivel de audiencia como de reconocimiento crítico. Una excelencia que, como es de esperar en cualquier relato que dilata considerablemente su duración en el tiempo, se fue disipando poco a poco una vez alcanzada su cumbre.

Tras arrasar en los Emmys durante cinco ediciones consecutivas, igualando el récord de Frasier de cinco premios en la categoría de Mejor Serie de Comedia, la joya de la corona de ABC se fue acomodando en su propia fórmula y perdiendo progresivamente espectadores y agotó su buen karma académico de un plumazo. El cariño a unos personajes carismáticos, unas tramas episódicas no tan frescas pero siempre eficaces y esa nostalgia de sus mejores tiempos mantuvieron unas cifras de audiencia bastante aceptables, pero aquella frescura que la hizo única se había transformado, con excepción de ocasionales destellos, en inercia.

Pese a todo, no se nos deben ir de la memoria las cotas de genialidad que alcanzó la serie de Steven Levitan y Christopher Lloyd. Cuando la 'sitcom' familiar parecía un formato ya no amortizado, sino agotado y repetitivo, Modern Family irrumpió en 2009, importando la fórmula del 'mockumentary' que tan bien le estaba funcionando a The Office, y conquistó enseguida millones de hogares con sus historias domésticas alocadas, los hilarantes enredos y la (sostenible) excentricidad de personajes aparentemente normales y corrientes. Al fin y al cabo, sus creadores le habían dado por completo la vuelta a la tortilla: nada más funcional que las familias disfuncionales cuando están unidas.

Episodios como Coal Digger, Family Portrait, Manny Get Your Gun, Caught in the Act o Hit and Run (por citar sólo unos pocos) deberían formar parte, si no lo hacen ya, de los manuales de cómo escribir comedia en televisión. Al fin y al cabo, eso es con los que nos quedaremos (al menos yo) cuando, años más tarde, recordemos todas las risas que nos brindó esta serie de la ABC. La mala leche de Jay, el dramatismo exagerado de Cameron, el neurotismo de Mitch y Claire, las locuras de Phil o las confusiones lingüísticas de Gloria forman ya parte de nuestro patrimonio televisivo común.

Desde Seinfeld, la comedia televisiva empezó a expandir sus fronteras y explorar sus propios límites y posibilidades. Son esos derroteros los que caracterizan actualmente el panorama televisivo en cuanto a comedia, dominado cada vez más por el cable y las plataformas de streaming. La 'sitcom' clásica, tal y como la conocemos, parece ya definitivamente amortizada, pero nunca digamos nunca a una posible resurrección, a una propuesta que la rescate con un impacto similar al que tuvo en su día Modern Family, a la que podemos dar la distinción, sin demasiados titubeos, de la última gran sitcom.

... pero, llegados al punto de leer perlas como ésta, son inevitables:

"Es divertida, es maliciosa, es políticamente incorrecta -en otras palabras, es todo lo que 'Community' quiere ser y no es (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 4)" (Linda Stasi: New York Post).

Yo no iba a escribir sobre Modern Family, pero la cosa cambia tras haber visto Community de cabo a rabo, descojonándome con muchos de sus momentos de genialidad, y después de haber leído la crítica de esta señora, con la que, todo hay que decirlo, también me partí bastante el chorizo de la risa.

¿Divertida, maliciosa y políticamente incorrecta?
Yo diría rancia, simple, y convencionalmente edulcorada, y eso Community ni lo es ni pretende serlo... pero se ve que yo tengo un camello diferente a Linda Stasi.

Venga señora, un saludo y a carcajearse.

Como le pasa a muchas otras series, las primeras dos temporadas era fresca, graciosa y muy original. Conforme crecía, en vez de una risa, solo provocaba una sonrisa; y en vez de un gran guión, empezó a caer en los clichés que se supone iban a evitar como cambio a lo que ya teníamos.
A favor, su duración, su dinamismo ya que son 3 parejas ( o bueno 3 familias) y sus diferentes situaciones que al final convergían, y bueno, esa sonrisa que provocan que también apetece.
En contra, unos personajes que cada vez caen peor (Jay es racista, Gloria pasa a ser una americana con acento, Claire que era una madre maniática pasa a terminar siendo una especie de adolescente divertida, Phil al principio simpático e inocente, al final bobalicón y los gays...peleas siempre iguales, discusiones siempre iguales y mucho cliché gay)
Los niños actores...excepto Hailey y quién la interpreta, ninguno evoluciona para bien. Insoportable Manny, regañona y un poco estúpida Alex, el pobre Luke, que con el crecimiento perdió todo encanto como actor (aunque no como modelo) y Lily...Lily...si llegan a sustituirla por el cerdo del que se supone que toma su nombre, nadie lo nota. Una chica que transmite lo mal que lo pasa ante las cámaras, o al menos lo mal que lo hace, sin ninguna expresión corporal. Y lo notamos también porque excepto Hayley, ninguno tiene una trama especial, incluso a Lily la tienen casi de figurante.
He llegado a pensar que dejan la serie porque los adultos funciona, pero de los jóvenes es difícil tirar, y la serie es de todos, así que o todos o ninguno.
En fín, un 5 porque fue buena, pero no he visto aún los últimos capítulos y no siento ninguna necesidad de verlos, aunque conste que he visto toda la serie, he de reconocerlo.

Muchos conservadores me negarán que una familia como esta pueda ser beneficiosa para el desarrollo de un niño; pero se equivocan y no saben cuanto.

Porque pese a los momentos subidos de tono, las eternas confusiones de los profesores por el lugar que ocupa cada personaje en el árbol familiar y las más que numerosas fobias que invaden a los protagonistas... esta es una de las más entrañables familias de la pequeña pantalla.

El uso de la cámara en mano a la hora de rodar... da la sensación de que estuviésemos viendo el vhs de las vacaciones en Benidorm de los abuelos, haciendo a esta comedia mucho más íntima y a sus personajes más conocidos a nuestros ojos.

¿Quién no conoce a la parejita homosexual que pasea por el parque los viernes? ¿o al vecino abuelete que se ha casado con una joven latina para pasar contento los últimos días? Dios me libre de no vivir en una familia con una madre ultra-controladora y un padre calzonazos.

Y al final, ¿qué es Modern Family más que un reboltijo de todas estas experiencias cotidianas?
¡Que viva la modernidad!