Hackers, piratas informáticos

Thriller convencional, de inesperado éxito, que sigue la moda imperante (y previsible) en los noventa del llamado cyberpunk, con películas que utilizaban como leit motiv el cada vez más desarrollado ciberespacio y los agigantados avances de la informática, con títulos tan dispares como “El cortador de césped” (1992), “Johnny Mnemonic” (1995) o, la madre de todas ellas, “Matrix” (1999).

El único aliciente del filme de Iain Softley radica en el trabajo de una jovencita Angelina Jolie con apenas 20 años. Sin ser su debut, se considera su primer papel importante, apareciendo como una hacker rebelde que ayuda a sus amigos, unos hackers de cierto renombre, a destapar un complot medioambiental en el que se ven involucrados.

La cinta es un desastre argumental en la que campan a sus anchas nerds con patines, vestidos como si fueran a un simposio de payasos, con unos portátiles que te cagas de lo lentos que son y las virguerías que hacen con ellos (vemos a los actores como flipados por el subidón que les da trabajar a velocidades de 0,00001 kb/seg). La idea nos parecerá extraña a estas alturas del siglo XXI, con procesadores de doble núcleo y megabytes cargando y descargando en menos de un segundo, pero la película no falla en la comparación tecnológica, sino en su concepción videoclipera: se desarrolla a un ritmo vertiginoso, eso sí, pero carece de interés y no tiene empatía con el espectador.

El filme es un vacío de coherencia conformado como un thriller de aventurillas adolescentes en el que todo parece estar a la altura de la edad: incluso el villano de turno aparece infantilizado, provocando la risa cuando no la tiene que provocar, y con ínfulas megalomaníacas que le vienen muy grandes.

A pesar de todo, la película se deja ver y no supone un gran dolor de cabeza, aunque su olvido será más fácil que su recuerdo.

Estudié informática en la universidad en los 90, y ver esta película en cine cuando salió era un auténtico orgullo friki. Ver a esta panda de chavales haciendo de las suyas con los ordenadores y ser capaz de entender esas cosas tan raras de las que hablan, la verdad es que tenía su aquel.
Sé que objetivamente no es demasiado buena, que sobre pirateo informático se han visto cosas infinitamente más interesantes ("La jungla 4", por ejemplo) y que no deja de ser un producto para adolescentes que en su época parecía muy moderno pero que en unos años se quedó totalmente obsoleto. Pero ya se sabe como es la nostalgia y la visión subjetiva al recordar haber visto una película en la infancia o juventud, que se le tiene un cariño especial a títulos como este, cuando en realidad no es nada del otro jueves.
Además, supone prácticamente el debut de la hoy famosísima Angelina Jolie, que aquí era tan joven que seguramente todavía no tenía ni un tatuaje. Como mínimo ya se merece algún punto por eso.
Por cierto, que sale también Matthew Lillard, el alocado actor al que también pudimos ver más tarde en "Scream", y del que hoy en día (2018) ya prácticamente no sabemos nada.
El argumento es bastante simple, mostrándonos el mundillo de esta tribu urbana y las virguerías que se podían hacer supuestamente sabiendo "hackear", siendo una especie de "Juegos de guerra" de los 90.
Hoy en día, lo que se ve aquí parece prehistoria tecnológica en solo dos décadas, al igual que pasa cuando vemos "La red" y otras películas similares.
Un 5 por los buenos recuerdos, no se merece mucho más.

"Hackers, Piratas Informáticos" es una película que se adelantó a su tiempo en cuanto a su representación de la cultura cibernética. Dirigida por Iain Softley y lanzada en 1995, esta película ofrece una ventana al mundo de los hackers, antes de que Internet se convirtiera en una parte fundamental de la vida cotidiana.

La trama sigue a Dade Murphy, interpretado por un joven y talentoso Johnny Lee Miller, quien es un hacker prodigio conocido en la comunidad como "Zero Cool". La película se desarrolla en un Nueva York futurista y ofrece una visión única de cómo los hackers perciben el mundo digital.

El personaje de Angelina Jolie, Kate Libby o "Acid Burn", se presenta como una rival y luego aliada de Dade, y Jolie ofrece una actuación que destila actitud y confianza en sí misma. La química entre Miller y Jolie es uno de los puntos fuertes de la película.

La película es visualmente impresionante, con secuencias de hacking que se representan de manera creativa en la pantalla, con colores y efectos visuales llamativos que ayudan a dar vida a la acción cibernética. Además, la banda sonora, que incluye música electrónica de la época, agrega un ambiente distintivo a la película.

Sin embargo, "Hackers" no está exenta de exageraciones. La representación de la tecnología y la ciberseguridad puede parecer poco realista para los estándares actuales, y algunas de las acciones de los hackers pueden ser difíciles de creer. Pero hay que tener en cuenta que la película se estrenó en una época en la que Internet todavía era un territorio relativamente desconocido para el público en general.

En resumen, "Hackers, Piratas Informáticos" es una película que combina elementos de acción, intriga y comedia con una representación fascinante de la cultura hacker. Aunque ha envejecido en algunos aspectos, sigue siendo una película entretenida que captura la esencia de una era temprana de la cibernética. Es una película que te hará apreciar lo lejos que ha llegado la tecnología desde entonces y cómo la cultura hacker ha evolucionado en el mundo moderno.

Nota: 5/10

Mediados de los 90. Los ordenadores aún no han llegado al común de los mortales y Angelina Jolie aún no ha descubierto que existe Corporación Dermoestética. Unos frikis vestidos en plan futurista y que van en patines a todos lados son la última esperanza del mundo para evitar un desastre medioambiental.

Con unos portátiles con una RAM de 0,0001 megas, Zero Cool y sus amigos son la caña de España (perdón , de Nueva York) y son capaces de hacer de todos con sus Macs, desde cerrar semáforos a su antojo hasta poner mensajitos en edificios (estilo “Manolo ama a Encarni”) para camelarse a la titi de turno. Todo esto tecleando a 4000 pulsaciones por segundo y viendo pasar ventanas por sus pantallas a la velocidad de la luz.
Lo que sea con tal de detener a The Plague (¿Qué clase de villano utiliza un monopatín para moverse?), el ser más malvado y destructivo del ciberespacio, que quiere hundir unos cuantos petroleros en medio del océano.
Pero no pasa nada, porque nuestro amigo (Cool, su propio nombre lo indica) es el más guay del lugar, que por algo fue capaz de bloquear tropecientos ordenadores de Wall Streest con 12 años. El se calza su monóculo futurista y a neutralizar virus, que es lo suyo.

¿Queréis echaros unas risas? Adelante, pasar al universo cibernético de Hackers, piratas informáticos ( hasta el título es de coña, si es que se ve veniiir).

Tan mala que uno acaba pillándola cariño como a un hijo tonto. Hasta me la compre en DVD para verla cuando estoy deprimido.

Un 3 merecido por el buen rato.

Si quieres realizar un guiño hacía una obra que admires, se supone que la cosa debe quedar en un pseudo-homenaje aportando tú tu propia visión, pero si el guiño se torna algo ridículo y estupefactorio (a no ser que sea una parodia), algún pimpollo debería replantearse algo.
Y sólo por el guiño anormaloide a "Taxi driver", esta cosa no merece más de un 3.

Pero bueno, intentaré comentar este churro de modo objetivo (si es que puede haber subjetivo) y darle la cera que se merece: Si alguien busca una trama con un mínimo de verosimilitud, que lo olvide, esta cosa puede llegar a ser más surrealista que Michael Bay rodando cine indie, y no digo más.

En cuanto a los actores, diré que sólo es para fans de Angelina Jolie cuando aun no había conocido a su amiga, la silicona, que Lee Miller sigue repitiendo por enésima vez el papel que ha desgastado a lo largo de su carrera y que Mathew Lillard debería estar encerrado en una jaula y resguardada esta donde es debido: El zoo.

Entretiene, sí, pero también entretiene sacarse pelotillas de la nariz y lanzarlas a la pared, y es una auténtica guarrería.