Planeta rojo

Con motivo de la llegada del mítico año 2000 y como homenaje a la sobrevalorada 2001 Odisea espacial se estrenaron dos superproducciones sobre la eventual conquista de Marte. Ambas fracasaron tanto en la taquilla como en la crítica. Personalmente me gustó más Misión a Marte de Brian De Palma porque me resultó más original y entretenida, sin embargo Planeta rojo tampoco no está mal del todo. Habla de un futuro próximo muy negro en la Tierra a causa de la contaminación y sobre explotación de los recursos naturales. El objetivo de la misión encabezada por Carrie-Anne Moss y sus chicos es descubrir cómo se encuentra la superficie marciana después de varios intentos por hacer respirable su atmósfera mediante el cultivo de algas.

La trama no resulta muy convincente y de todas formas cuando se descubre el misterio de lo que realmente sucede en Marte uno tiene la sensación de indiferencia por las explicaciones cogidas por los pelos que se dan. Los personajes de Terence Stamp y Benjamin Bratt están completamente desaprovechados. Tom Sizemore realiza la interpretación de siempre pero no cuela como científico escogido por su formación y cociente intelectual. Simon Baker encarna un papel secundario sin importancia unos años antes de convertirse en El mentalista. Val Kilmer realiza uno de sus últimos trabajos de interés, mientras que Carrie-Anne Moss recuerda mucho a su papel de Trinity en Matrix sólo que sin látex y vinilo de por medio. Y finalmente aparece un robot militar que se descontrola y traerá de cabeza a los protagonistas.

Si por algo destaca esta apañada cinta de ciencia ficción es por sus brillantes efectos visuales y la espectacular recreación del planeta rojo, por lo demás entretenidilla y aprobado justo.

A todos los que nos gustan las aventuras en el espacio es cierto que Planeta rojo posee aspectos destacables: la historia de las algas, los mapas de localización, el diseño de la nave, el aterrizaje de la cápsula y un ninja de metal. Hasta ahí no está mal, amén de los siempre mágicos exteriores que orbitando sobre cualquier planeta te puedan mostrar. Lo malo es que la relación entre los distintos componentes del equipo es nula y se supone que han estado seis meses juntos. No te crees ni sus amistades ni sus amores ni sus enemistades, simplemente, porque se las debieron dejar en el montaje del film. Sin embargo y afortunadamente, a Antony Hoffman no le dio por el rollo intimista de Náufragos con el estúpido Vincent Gallo y decidió centrar la atención en el rollo patatero del planeta con desigual resultado. Para pasar un dominguito de ésos de los que nunca te acuerdas.

Una obra algo decepcionante. El título es un préstamo de la obra de Ciencia Ficción homónima. Primera parte de una trilogía de las más importantes de los 90 de ciencia ficción dura. Es decir tecnológica y científicamente verídica. Pero la película está lejos de estar a la altura de la novela. Y la trama no tiene que ver.... Ojalá algun día adapten la novela.

El éxito de Deep Impact y, sobre todo, Armaggedon propició una nueva moda de ciencia - ficción en los últimos 90 y primeros 2000.
Planeta rojo, hasta la fecha única película como director de Anthony Hoffman, fue una de ellas. Más o menos a la vez tuvo que competir con la muy similar y también muy superior Misión a Marte, de Brian de Palma, pero sus problemas principales son otros.
Planeta rojo es lo de siempre: Tierra moribunda busca colonia en Marte, y guapos y heroicos astronautas americanos tienen que ir allí a encargarse de proceso. Hay rivalidades, hay mucha presión psicológica, hay bichos (digamos todos juntos: Alien forever. Gracias, Alien), hay un romance absurdo y muy pegote (ver el final) y, sobre todo, hay cero sorpresa y cero riesgo. Todo lo hemos visto ya y lo hemos visto mejor.
Carrie -Anne Moss, recién salida de Matrix, da el tipo acompañada de un buen reparto de secundarios, y la película es entretenida, pero da la sensación de que no se han esforzado nada en el guion y todo es un refrito de otras cosas.

Lo mejor: Entretiene, y Carrie -Anne Moss siempre es un placer de ver en pantalla.
Lo peor: No sorprende, no emociona y no tiene un buen guion.

Esta película tiene todos los ingredientes del subgénero de los viajes en el espacio. Problemas técnicos, maquinas que se revelan, misterios alienigenas. etc. Le falta desarrollar un poco los personajes, si bien es de agradecer que no caiga demasiado en estereotipos. En mi opinión es una película entretenida, en ocasiones un poco aburrida, pero por lo general mantiene la tensión en el espectador.
La recomiendo para fans de la ciencia ficción, en concreto del subgénero de viajes espaciales de otro modo puede resultar aburrida