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Maniac

Terror Frank, el dueño de una tienda de maniquíes, es un hombre solitario y, a primera vista, inofensivo. Sin embargo, hay algo profundamente turbador en su mirada, que refleja un oscuro y siniestro secreto que resurgirá tras su encuentro con Anna, una joven artista que acude a él en busca de ayuda para una exposición. Alexandre Aja y Gregory Levasseur son los guionistas de este remake del clásico de culto de William Lustig. (FILMAFFINITY)
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
5 de junio de 2014
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ponerme a verla apenas sabía un par de cosas sobre su argumento y poco más. Siempre me han gustado los thrillers psicológicos, los que están bien hechos, y esa fue una de las principales razones para darle una oportunidad. No tenía mucha confianza puesta en ella, la verdad sea dicha, pero aun así me puse de buena gana y la ví de principio a fin.
¿Qué resultado nos da? Pues sencillo. Es una cinta con una idea principal clara, concisa y, también, bastante buena. He leído que es un remake. Debo decir que ni he visto la original ni tampoco sé cual es, por lo tanto sabed que mi crítica no irá enfocada por ahí. Bajo mi punto de vista tiene una trama muy interesante, que tenía miga y potencial para haberse hecho algo mejor que lo que se ha hecho, pero que por desgracia no pudo ser.
Esta es mi opinión personal, no tiene por que ser igual que la tuya, y por lo que he leído en algunas críticas o te gusta mucho o no te gusta nada. En mi caso fue más lo segundo. Pienso que se ha echado a perder completamente por culpa de ese estilo que le han puesto, esa forma de narrarlo todo. Según te pones a verla no te percatas, pero a medida que avanza ya caes en la cuenta de que todo está grabado en primera persona. Para que me entendáis, casi nunca vemos al protagonista a excepción de cuando se refleja en un espejo o algo así, es decir, que la cámara intenta transmitir que es lo que está viendo el personaje en todo momento. Esto ha estropeado la posibilidad de disfrutar de una buena cinta, la verdad, porque de haberse hecho bien posiblemente estaríamos hablando de un gran producto. Espero haberme explicado bien en esto, ya que considero que es vital para el correcto desarrollo de cualquier película y, tal vez, sirva para concienciar a más de uno antes de verla.
La historia, como decía, no es mala y tenía miga de sobra para entretener al espectador. Debo reconocer que no llega a aburrir en ningún momento, pero tampoco te transmite esa sensación de bienestar, esa sensación que hace que te pase el tiempo volando mientras tú estás entretenido. Eso tampoco es así. Se podría decir que se deja ver y poco más. De usar y tirar, hablando claro. Tiene algunas secuencias bastante bien rodadas y la brutalidad en algunas es algo latente y a tener en cuenta. Este aspecto cumple bastante bien y hará las delicias de los amantes de dicho género.
Interpretativamente hablando tampoco es que ofrezca muchas posibilidades para extenderse. La principal razón es la que contaba al principio, eso de que esté hecho como en primera persona hace que no valoremos bien los detalles, los gestos y demás aspectos imprescindibles a la hora de criticar una interpretación. El papel principal, por llamarlo de alguna manera, es para Elijah Wood, un actor conocido por casi todos por determinada trilogía, pero aquí pasa muy desapercibido. No sé, me es imposible decir algo sobre el mismo. Y los demás peor aun, es decir, no dan tiempo a valorarlos lo suficiente como para tener una idea clara. La chica rubia que le acompaña, la cual ignoro su nombre real, no ha estado mal y la he visto creíble. También decir que es guapa, todo cuenta, pero poco más. El resto desconocidos, sin peso en la trama y olvidadizos a partes iguales. Este apartado, como es obvio, no es ni de lejos su punto más fuerte.
Y ya para ir terminando decir que la película no es de terror ni nada parecido. Es un thriller psicológico del montón, sin mayores detalles a tener en cuenta y sin sustos ni nada así. Esto es algo previsible, es cierto, pero siempre puede haber quien confunda thriller con terror, y más con un título como este. Únicamente cuenta con un par de secuencias o 3 bastante fuertes, con mucho gore al puro estilo ''Saw'', pero nada más.
En resumen ''Maniac'' es una cinta pasable a secas, de usar y tirar y algo floja. No se la recomendaría a nadie, no os perdéis gran cosa, pero si os animáis a verla tampoco tendréis la sensación de haber perdido demasiado el tiempo. Apuntaba alto, y por diversos factores se ha quedado en un intento más. Lástima, pero es así, aunque como digo esta es únicamente mi opinión personal.

Lo mejor: A niveles generales se deja ver y la brutalidad de algunos asesinatos.
Lo peor: Esa idea de grabar toda la película en primera persona ha sido un asco.

* Regular y siendo generoso *
John Kramer
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4 de agosto de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la mano del reputado Alexandre Aja, director de títulos de culto como 'Haute Tension', o 'The Hills Have Eyes', nos encontramos con este remake de la reivindicable 'Maniac' de William Lustig, película de 1980 que supuso todo un revulsivo dentro del género de serial killers, sobre todo por su crudeza a la hora de recrear los asesinatos y mostrar toda la suciedad y el ambiente malsano que la cinta llegaba a transmitir. El listón por lo tanto estaba a un nivel lo bastante alto como para considerar a este remake como innecesario, por lo que para mantener al menos el nivel se contó con Aja para las labores de guionista y productor, mientras que el cineasta francés Franck Khalfoun fue el elegido para dirigir y llevar a buen puerto este cuestionado remake. Hay que destacar que Aja y Khalfoun ya tuvieron un encuentro en 'P2', carta de presentación de Khalfoun en la que Aja dejó su firma en el guión, resultando una película bastante fallida y aburrida, que aunque se dejaban ver algunas pinceladas del buen hacer de Aja, resultó ser una cinta olvidable por completo. El reto por lo tanto estaba difícil y el director de este proyecto no llegaba a transmitir nada como para uno ilusionarse, mucho menos cuando se conoció el actor que se pondría en la piel del sádico protagonista, nada menos que el hobbit Elijah Wood, gran actor sin duda pero imposible de ver (de entrada claro está) como un psicópata desalmado. Pero como los prejuicios no son buenos y a veces ciertas elecciones son al final las más acertadas, hay que acabar por colocar a este remake en un lugar en el que no muchos llegan, ese lugar donde pueden llegar a igualar o incluso superar a la obra original, que ya es decir mucho. Para ello Khalfoun opta por darle a su obra un tono menos sucio y desagradable que la original, con un buen trabajo de cámara que nos ofrece una original perspectiva en primera persona durante casi todo el metraje, de hecho es en contadas ocasiones donde vemos a Wood como tal, y solo podemos verle a traves de espejos o en lugares donde su personaje se va reflejando. Esto hace que nos metamos mucha más en la historia y viviamos con más intensidad los asesinatos que Wood va perpetrando, tanto que en ocasiones parece un videojuego de realidad virtual en el que tú eres el propio psicópata. Centrándonos en la historia, nos adentramos en la vida de Frank, el dueño de una tienda de maniquíes un tanto solitario y tímido, que a primera vista parece inofensivo e incluso dulce en su forma de hablar, pero que en su interior guarda su verdadera personalidad, la de un psicópata desalmado y frio, que cada noche sale de caza seleccionando a sus victimas, con la intención de matarlas y cercenarles su cabellera para así poder "vestir" a sus maniquíes. Y dicho esto poco más nos vamos a encontrar en cuanto a desarollo, algún pasaje oscuro recreando su terrible infancia en forma de flashback, y el elemento amoroso que sirve como respiro entre tanta locura, elemento que quizá es el punto más flojo de la película, ya que los momentos de "caza" son tan tremendos, que los encuentros entre Wood y Nora Arnezeder (fotogénica y con mucho carisma) llegan a lastrar bastante el metraje y bajar la intensidad de la película. Creo que hubiera sido igual de interesante ver la perspectiva del asesino sin mostrar ningún tipo de humanidad y simplemente focalizando su personalidad en su lado más salvaje, pero logicamente es aquí donde Khalfoun quería desmarcarse de la cinta original y darle un toque más "profundo". Al margen de esto, la película mantiene un nivel de intensidad razonable, con sus puntos más altos en los momentos slasher/gore acompañados con una impresionante banda sonora de Robin Coudert, que recuerda por momentos a esos films ochenteros de serie b en los que sus bandas sonoras eran lo que más se hacia notar, de hecho solo hay que recordar el inicio de esta película, con Wood dentro del conche en primera persona recorriendo las oscuras calles de New York, con la hipnótica banda sonora de fondo, simplemente bestial, encajando además perfectamente con el tono de la película: dura, seca y directa. Y es que la película es verdaderamente cruda, lo da todo en las escenas de los asesinatos y se opta para ello por un tono realista que llega a impactar de verdad. Escenas como las de la chica apuñalada en el parking, o la muerte con la que se da título al film son una buena muestra de ello, sin ninguna concesión y buscando el mayor realismo posible, sobre todo gracias al acertado enfoque de Khalfoun y su planificación en estas escenas, y la gran labor de maquillaje a cargo de K.N.B. EFX Group, con unos magníficos efectos que son la antítesis del llamado "gore salchichero", siendo aquí totalmente sutíles y realistas. Por lo tanto tenemos un remake que respeta a la original en su medida, que es ultra violenta, valiente en sí misma y que arriesga en su forma, cuidada en todos los detalles, desde la acertada fotografía de Maxime Alexandre, pasando por su bso y apartado técnico en general, con un Elijah Wood verdaderamente aterrador y que llega a dar miedo aún sin ni siquiera mostrarse, y con un notable Khalfoun que nos regala además guiños para los amantes del género, como el tema 'Goodbye Horses', que nos lleva irremediablemente a 'The Silence of the Lambs'. Puede que a día de hoy este 'Maniac' aún este lejos de ser un clásico o una película de culto, pero es solo cuestión de tiempo que esta cinta sobresalga estre otras tantas que apenas arriesgan y ofrecen lo mismo sin ningún tipo de impacto o algo destacable. Dicho pues, agradecer a Alexandre Aja el aventurarse en este proyecto y dar cabida a algo más de lo que parecía en un principio un simple encargo. A recomendar encarecidamente junto con el 'Maniac' original, por supuesto.

Critica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com.es/2016/07/maniac.html
Rafa Martínez
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3 de mayo de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Maniac” es una película tan espléndida como indigesta. Pocas veces la ficción ha conseguido de manera tan realista que el espectador se meta en la piel de un psicokiller y “Maniac” se queda a tan solo unas décimas de conseguirlo. Este remake del original de 1980 es sucio, está fantásticamente bien dirigido, es malsano y es una pequeña obra maestra que no recomendarías ni a tu peor enemigo. Como en “Driver”, es un remake donde la deconstrucción de los estándares crea una película nueva, que cuenta lo mismo de otra manera y magnificada hasta decir basta. Puede que a algunos les moleste esa cámara subjetiva o que parezca que “Maniac” no va hacia ningún lado (comienza demasiado rápida) pero es de esas películas que cuando llevas un rato viéndolas ya sabes que es un clásico instantáneo no solo del cine slasher (vísceras por doquier) sino del cine en su más amplio sentido. Magnifico ejercicio de estilo no apto para todos los públicos.
El Criticón
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8 de julio de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lo que tiene ser edípico: te pasas la infancia viendo cómo se follan a mamá de las formas más variadas, y tú pasando la mano por la pared; y de mayor te dedicas a matar tías a diestro y siniestro para vengarte de tu progenitora. En 1980, William Lustig dirigió un film de terror que adquirió rápidamente status de culto, si bien ignoro por qué. Protagonizaba y escribía la cosa el más bien tirando a feo Joe Spinell, al que acompañaba uno de nuestros fetiches eróticos del momento, la suculenta Caroline Munro. El tipo mataba y mataba, y les cortaba las cabelleras a las tías para ponérselas a unos maniquíes que tenía por casa, hasta que una fotógrafa se fijaba en él (vayan ustedes a saber por qué). El avispado Alexandre Aja, un chico que se cree muy listo porque va vampirizando y "poniendo al día" viejos éxitos del terror ochentero (Las colinas tienen ojos, Piraña, y ahora este bodrio) recupera 33 años después el film de Lustig y le da el papel del asesino al soso Elijah Wood, que ha enfilado un carrerón de pena en los últimos tiempos. Más slasher, más gore, más kétchup, para nada. Si el original despertaba cierta simpatía, el remake predispone en contra de sus "creadores". Imagino que alguien protestará mis comentarios, pero alguien tenía que decirlo, qué caramba.
Eduardo
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16 de julio de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maniac (Maniac,2012) es un remake curioso de la película, de título homónimo, que realizó William Lustig en plena moda del slasher en el año 1980. La película más reciente la dirige Franck Khalfoun con sello francés (aunque hay que decir que es una cooproducción entre USA y Francia) e intérprete norteamericano, ni más ni menos que Elijah Wood. Una de las preguntas que uno se hace antes de empezar el filme es saber si Wood va a estar a la altura de la magnífica interpretación de Joe Spinelli en la película original, y la realidad es que Elijah Wood responde correctamente. También es cierto que las peculiaridades de la puesta en escena ayudan bastante al actor principal, pero por lo menos el filme no fracasa por su culpa, algo que no puede decir Franck Khalfoun.

Maniac es una película extraña. La producción y el sello de Alexandre Aja, célebre director de terror contemporáneo, cuyo filme más famoso es seguramente Haute Tension (Alta Tensión, 2003), se presienten bastante en la película. Con sólo decir que la totalidad de la película está rodada en plano subjetivo nos daremos cuenta de las peculiaridades que ofrece el filme.

La película cuenta el mismo argumento que la obra original: un psicópata que trabaja en una tienda de maniquíes, y que va asesinando progresivamente a varias mujeres (un argumento bastante simple, y que sin embargo utilizaba William Lustig para sacar bastante jugo). Sin embargo la propuesta que nos ofrece esta nueva versión tiene la intención de renovar por completo la película, intentando fallidamente mostrar una visión postmoderna del filme original.

Ya la propia concepción de la película, rodada íntegramente en plano subjetivo es una novedad como mínimo llamativa. Pocas películas han optado por este recurso (seguramente la más famosa fue la primera película que lo hizo, Lady In the Lake, del 1947) y lo primero que nos viene a la cabeza en este caso es si era necesario. La respuesta es que efectivamente, el plano subjetivo aporta cosas que una puesta en escena más convencional no habría podido aportar, en especial la focalización interna de nuestro protagonista, de la que somos testigos excepcionales. Y es que una de las cosas que más potencia la película con este recurso es la visión principal del personaje que interpreta Elijah Wood, mostrándonos su mundo interior a cada fotograma. La película puede permitirse además una estilización barroca, que se plasma en cada secuencia de la película, exteriorizando los pensamientos del protagonista.

No es extraño pues, que veamos mezclado en la película realidad y fantasía, y que las propias alucinaciones del personaje hagan acto de aparición en la película. Por ejemplo, los múltiples traumas que arrastra el protagonista respecto a su madre (que por lo que parece que vemos en la película era una prostituta) y que marcaron su personalidad ya desde pequeño, son revividos en varias ocasiones a lo largo del filme.

En realidad, la palabra para definir la película sería alucinada. No sólo por el plano subjetivo, sino que la fotografía, a cargo de Maxime Alexandre, nos muestra una realidad tan perturbada como la mente de nuestro protagonista. En múltiples secuencias somos testigos de una borrachera absoluta de colores, que invade totalmente la escena. Focos de luces que hacen de cada fotograma una experiencia que se relaciona perfectamente con el mundo onírico, o mejor dicho, con la esquizofrenia enfermiza del protagonista. También hay que decir que el color fucsia o lila es un elemento con el que la película juega constantemente, muy a tono con la estridente estilización de la película.

Pero desgraciadamente Maniac es una película sin destino ni meta. Al final de la película lo que deja en el espectador es la sensación de haber asistido a un espectáculo gratuito, bien orquestado técnicamente hablando pero sin alma. El único interés consiste en asistir a las reiteradas secuencias de ultra violencia gratuitas. Un auténtico error, porque precisamente la película original mostraba un verdadero talento en radiografiar la vida del personaje que interpretaba Joe Spinelli, y que en el caso de Elijah Wood son sólo meros accesorios a la trama destripatoria principal.

En el peor sentido de la palabra, Maniac es Manierista. Es un ejemplo de cómo la formas puede acabar imponiéndose al discurso, dejando un poso totalmente vacuo. Nada hay que rescatar en las secuencias en las que vemos a Elijah Wood arrancando a diestro y siniestro todas las cabelleras posibles. Es cierto que el director consigue crear una atmósfera original y apasionante por momentos, pero no sólo de forma vive el arte.
Kyrios
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