Cabeza borradora

En su ópera prima Lynch presenta una atmósfera surrealista, opresiva, incomoda, plagada de ruidos molestos y oscuridad. Esta obra de culto ha sido desprestigiada al tildarla de "inentendible" o "sin sentido", pero las situaciones anormales que vemos no son otra cosa que la forma en que el protagonista ve el mundo. Él es un tipo con graves trastornos psicóticos que recurre a la fantasía para tapar sus constantes pesadillas.
Es entonces cuando se entreveran sus pesadillas, fantasías y la realidad al fin. Realidad proveniente de una vida que nunca buscó tener y a la que se ve obligado a ceder. Pero todo ese conjunto abrumador que sucede dentro de la mente de "Erasedhead" no es acaso una situación cotidiana? Un hijo no deseado, un matrimonio por obligación, el sueño de fugarse de esa vida y no volver.
Me hubiera gustado ver este film con otra pantalla y otro sonido, pienso que la experiencia sería aún más inaguantable y podría sentirse esa presión a la que está sometido "Erasedhead".
Si nos pondríamos una vez en sus zapatos, todo tendría más sentido de lo que parece.

Realmente creo que el tema de esta película es más normal que lo que se cree. Según mi opinión, humilde y pura, trata sobre cómo la vida se te va al garete cuando tienes descendencia, y tienes que dejar de preocuparte por ti mismo y tienes que empezar a cuidar de otra persona. No sales de la habitación, tienes sueños constantemente para escapar, el niño parece que disfruta haciendote sufrir... Al final creo que el niño se hace más grande porque simboliza que el problema se hace mayor, no se puede detener, y que te acaba consumiendo hasta que mueres y te vas con la señora de los mofletes.
Me ha encantado.

Extraña aunque hipnótica, surrealista, infantil, onírica. Se pueden dar muchos adjetivos a esta obra, salvo uno: convencional.
Muy personal, difícil de clasificar poco más se puede decir salvo aquello que quizás evoque:

El reto de la paternidad/maternidad y el pavor que genera,
Las difíciles relaciones con la familia política,
Las tentaciones en forma de vecina lujuriosa.
Los sueños y sus extraños significados.
El que maneja los hilos, en este caso palancas y extraños mecanismos.
El cerebro humano como materia prima en la fabricación de gomas de borrar.

Y mucho más, indefinible, inclasificable bajo un blanco y negro adusto, sobrio, un personaje de gesticulación infantiloide, unos suegros estrambóticos hasta lo grotesco, y un recién nacido monstruoso aunque guasón. Todo bajo una atmósfera indefinible.

¿El argumento?. Ni idea, quizás sea una crítica hacia la vida familiar, la fertilidad y las tentaciones, o quizás sea otra cosa. Sólo Lynch debe saberlo con cierta exactitud, o quizás ni siquiera él lo sabe y sólo ha ido uniendo una serie de ensoñaciones configurando unas secuencias con cierta semicoherencia y el resultado es lo que es, y no se muy bien lo que es, que aunque interesante es indefinible.

El cine de Lynch no es explicable. Es subjetivo, e importa más lo sensorial, la experiencia y las sensaciones. Sin embargo es notorio el juego de elementos de la película que dicen mucho de vivencias de este director. La ciudad deprimente, las fabricas, la responsabilidad o el miedo de la paternidad. David Lynch consigue introducir al espectador absolutamente en el mundo de la película, exige colaboración activa y lo hace sentir perdido y le hace parte del film.

Esta película solo se puede ver en un cine. Es una experiencia sensorial, por lo que necesita un espacio cerrado y estanco, sin contaminaciones externas, a oscuras y en silencio. Es una experiencia visual y auditiva que pretende causar en el espectador respuestas directas. El experimento es efectivo, porque el espectador siente durante la película momentos de frustración, de impotencia, de repulsión, de risa, de asco (verdadero asco), incluso de angustia, además de desconcierto. El impacto en los sentidos es muy potente y eficaz, y contiene una coherencia propia, tiene sentido dentro del sinsentido, con todo un atrezzo de objetos y una sinfonía de ruidos y vibraciones de fondo que no sueltan nunca al espectador, engullido por un concepto vital desconcertante del que está siendo testigo.

Reflexionando sobre el propósito de esos estímulos sensoriales que propone Lynch al espectador, la película resulta más transparente de lo que puede pensarse. No se abandona nunca una idea narrativa, que no es otra que el relato de la vida de un infeliz, de un hombre arreactivo, quien, pusilánime, es incapaz de gobernar su vida. Ello, le condena a un mundo de absurdidad, de asco, un mundo de enfermedad y desconcierto. La idea es sencilla, si no gobiernas tu vida, si no luchas por lo que deseas, si te mantienes impasible, tu vida será pura podredumbre, se podrirá, será lo equivalente visual a la viruela, a los mocos, a criaturas asquerosas que como anguilas se cuelan en tu cama.

Lynch, que hacía aquí su primera película y debía estar lleno de energía, y puede que hubiera tenido que luchar lo suyo para conseguir dedicarse a hacer películas (esta es la película de un loco del cine, sin duda, de alguien obsesionado con el cine como lenguaje universal, como mecanismo de narración y de estimulación), debió pensar que iba a llevar al límite espectador, para que sus sentidos, su subconsciente, nunca olvidaran que la vida debe ser vivida, o morirás de asco.