Casino

No termino de encontrarme con el mensaje que Scorsese quiere transmitir en esta película, si es que en verdad contiene alguno. Entiendo que está rodada con mucha habilidad y poniendo en práctica una gran cantidad de recursos, como los muy ingeniosos insertos (que no hacen sino revelar, en el fondo, una especie de vacío en los conceptos de primer orden), pero el problema radica en la falta total de empatía que me producen los personajes principales. En ningún momento logro conectar con sus anhelos o sus ambiciones, y si bien estoy convencido de que la avaricia y el afán pecuniario de Sam y los suyos no están exagerados y son un triste espejo de la realidad, es una realidad con la que, pese al afán del director por derribar cualquier barrera de hipocresía, no me identifico en absoluto. Es entonces cuando el concepto general me chirría y la película se me hace, por momentos, un tanto desagradable.

«Casino» puede interpretarse como una continuación de «Uno de los nuestros», pero a mí me ha parecido prácticamente la misma película. Aunque no debería, esto constituye un nuevo factor de decepción. En el fondo no es una película que hable sobre un casino o sobre la ludopatía, sino, y una vez más, sobre grupos mafiosos y sus maniobras para establecer sus puntos de poder. Y cuando se habla de mafia en el cine no se puede evitar la comparación con la saga de Coppola, máxime teniendo en cuenta el origen italoamericano que comparten ambos cineastas. Y aquí es donde yo encuentro una diferencia insoslayable: el perfil casi shakesperiano de los personajes de «El padrino» hace que el mensaje de Coppola transmita no sólo una sensación de tristeza y hasta de indefensión en esos matones todopoderosos, sino incluso de vergüenza por la naturaleza de su condición; esto se refleja en multitud de recursos de guion. En el caso de Scorsese (y en esto incluyo tanto a «Uno de los nuestros» como a «Casino») el director parece enarbolar una bandera de orgullo en honor de las deleznables actitudes de sus mafiosos italoamericanos. Como no otorga ninguna concesión al rechazo del materialismo exacerbado que exhiben (por esta intención de abolir cualquier atisbo de hipocresía que comentaba más arriba), termina otorgando el papel de héroes a estas personas execrables; derribados todos los conceptos de la moralidad, y desnudado el carácter inescrupuloso e inhumano a través del vehículo del materialismo más rapaz (los personajes no se cansan de mencionar que «lo que importaba allí era el dinero»), Scorsese los convierte en adalides de esa existencia ruin, ladina y pérfida de la que, además, pretende hacer cómplice al espectador a través de unos cuantos guiños un tanto evidentes.

Un párrafo aparte para la muy meritoria (aunque tramposa) escena de apertura, en la que participa el inigualable Saul Bass (comento la trampa en el spoiler). Impresionante conjunción de imagen y sonido, con «La pasión según San Mateo» de Bach enmarcando la solemnidad de la tragedia que se anuncia. Lástima que la banda sonora caiga, poco después, en la cansina monotonía de las canciones de los Rolling Stones, repetidas una y otra vez.

Interesante film, aunque muy sobrevalorado.

"Casino" es una obra de arte, como tantas otras que se hicieron en los 90. Es muy macarra, muy de la calle, con tintes de melodrama romántico y poniendo el foco en las relaciones tóxicas, la ambición y las amistades que sí pueden estar por encima de todo.

La duración de la cinta es una salvajada, pero lo compensa el hecho de que el ritmo se mantenga a un nivel altísimo todo el tiempo, escoltada por una banda sonora magistral y una fotografía formidable, entremezclando las luces y los colores de Las Vegas con la sobriedad del desierto que les rodea.

Scorsese nos muestra a dos amigos como principales protagonistas: Ace y Nicky. Ninguno de los dos es un santo, pero el primero sí muestra ciertos principios morales, con respecto a su hija, en algunos momentos a su mujer y con ciertas corruptelas, principios completamente desconocidos para el segundo, que procede como un auténtico forajido. Entonces aparece la chica de la película: Ginger. Una mujer hecha a sí misma y con cierta "estabilidad profesional" pero sin ningún amor propio ni capacidad para razonar. Y envolviéndolos están un puñado de hombres, todos trajeados y con el propósito de ganar mucho dinero sin trabajar, perfectamente encarnados por los actores y por el trabajo de maquillaje, vestuario y ambientación.

Respecto al trabajo actoral, Robert de Niro y Joe Pecsi (éste último está espléndido) soportan el peso de la película y se llevan los vítores, aunque Sharon Stone es la que posee el personaje más complicado de la historia, y lo salda con éxito. Hacer de un tipo duro y seguro es relativamente fácil, lo difícil es interpretar a alguien desequilibrado y con problemas.

Martin Scorsese sigue subiendo escaños en mi pódium de directores. Tiene una personalidad increíble, detalla cada minucia, posee unos guiones magníficos y cuenta las historias con maestría.

PD: Una de las escenas iniciales, en la que vemos a Las Vegas, desde el cielo, de noche y rodeada por el oscuro desierto, representa de manera inmejorable a la película y sus personajes.

'Casino' es un peliculón de Scorsese. Muy entretenida, vivaz y audaz aún cuando toca una temática siniestra, oscura y hasta desesperante. Los intérpretes están que se salen. La dirección parece que va sola (en el buen sentido). Y su guión ofrece algunas de las mejores escenas que su director se ha lanzado a realizar. Su problema potencial radica en que su libreto se alarga un poco pese a ser transmitido en pantalla con un ritmo muy trepidante. Así como que la evolución de sus personajes y lo que puede pasar con ellos puede antojarse de predecible. Es un drama elegante y violento, fascinante y visceral. Es sólo que no siempre se mantiene al nivel de lo que sobre todo su primera mitad y determinadas secuencias de su segunda parte de metraje se impone a sí misma.

Casino presenta uno de los inicios más impactantes de la trayectoria de Scorsese, una advertencia y un preludio de lo que le espera al espectador en este thriller protagonizado por un triángulo perfecto, formado por De Niro, Pesci y Sharon Stone. El frenesí inicial no reduce y su aura hipnotizante perdura al largo de toda la película, incidiendo en la construcción de sus personajes y en uno de los mejores guiones que ha ofrecido el director americano.

Esta es en definitiva una maravilla del cine de Martin Scorsese, del modo personal, esta cinta fue una revelación para mi, otra muestra de lo que es el cine, así como lo fue “La Lista de Schindler”, la primera cinta me mostró cómo el cine es capaz de mover las emociones, los sentimientos, su capacidad de contar y narrar una historia. En cambio, “Casino” me mostró el cine desde el lado más artístico, como un arte estilizado, un arte único en su tipo. Se llamaba cine de autor, lo descubrí gracias a Martin Scorsese, de cómo en cada una de sus películas colocaba una marca suya, marca que descubrí en cada película que fui viendo de él, fue gracias a él que decidí tomar mi camino, como autor, como director de cine.

Aunque pocos lo conocen o tal vez no, “Casino” forma parte de una trilogía de películas que Scorsese hizo con temáticas de gangster, esta trilogía es conformada por historia del crimen organizado de los Estados Unidos, dividida a mi parecer en tres clases, los gangster mero ladrones (Goodfellas, 1995) los gangster medio jefes (Casino, 1995) y los mega jefes (The Irishman, 2019). Una línea que avanza desde el rango más bajo hasta los jefes máximos. Y una de las bases de estas tres películas incluyendo “Casino”, es que cuentan el principio y fin de una era. De la historia de la mafia, el inicio, su apogeo, su decadencia y final, además por supuesto que ambas cintas están protagonizadas por tres personajes y siempre aparecen Robert de Niro y Joe Pesci.

Esta no es la primera vez que Scorsese realiza una de sus obras con la temática de los gangster, siempre fue una marca en gran parte de su trayectoria, desde sus primeros trabajos en “Mean Streets, 1973”, luego se volvería a la temática con “Goodfellas, 1990” como su gran retorno como uno de los directores más importantes, luego en 2002 tomaría a los gangster desde un punto más primitivo en “Pandillas de Nueva York” luego se movería a un punto más contemporáneo en Boston con los gangster irlandeses con la ganadora al Oscar “Los Infiltrados, 2006” luego a los gangster clásicos de la ley seca, en la serie “Boardwalk Empire, 2010” y finalmente en 2019 con “The Irishman” donde Scorsese reunió a todos sus antiguos colaboradores como los vuelvo a mencionar de Niro, Pesci y a su primer actor, Harvey Kaitel.

En la cinta, Scorsese vuelve a usar la ciudad de las Vegas como un personaje más de la película, así como hizo con la ciudad de Nueva York en Taxi Driver. Las Vegas, un lugar de diversión y placer, pero que fuera de ello, solo está el desierto que cubre a toda la ciudad con oscuridad. Así como en las cintas de su trilogía, desde las narraciones y la combinación de un montaje rápido, una gran repertorio musical y juegos de planos y secuencias, logran un ritmo sorprendente, que hacen la película mucho más ágil en sus casi 3 horas de duración. Y no hablar de la banda sonora, como casi siempre, usando música de varios cantantes, consiguiendo una lista de canciones exquisitas, que le dan su identidad a la cinta y al ambiente de la misma.

Como casi todos los personajes de Scorsese, son una serie de antihéroes, no son los personajes con ideales, siguen sus propias reglas, están desde los estables como De Niro y los locos como Pesci y por supuesto Sharon Stone, de las pocas veces que Scorsese le da protagonismo a una mujer y consigue una de las mejores interpretaciones de la actriz, siendo nominada al Oscar.

La cinta si bien tuvo un buen recibimiento, muchos vieron las muchas similitudes que tenía con Goodfellas, pero se debió a que la cinta fue escrita por el mismo autor y guionista de Goodfellas, Nicholas Pileggi que junto a Scorsese adaptaron la obra de este casi de la misma forma que la cinta anterior. De los demás aspectos técnicos, se destaca a Thelma Schoonmaker la montajista habitual de Scorsese y al multipremiado ganador del Oscar, el director de fotografía Robert Richardson. Y por supuesto al maravilloso cast de la cinta.

La cinta, representa lo mejor de Martin Scorsese, desde un género en el que ha sido su mayor fuerte, vuelve a trabajar con de Niro su actor fetiche con quién con volvería a trabajar otra vez hasta The Irishman, como dije hace unos instantes, Scorsese, plasma es sus personajes a toda una era, en este caso a la ciudad de las Vegas. Como las otras cintas de su trilogía, muestra su inicio y su fin, el fin de una generación. Pero eso se vería mejor en The Irishman.

Termino esta crítica diciendo lo importante que es esta película para mí, no solo me mostró otro tipo de cine, me mostró su rica y amplia cultura y a su director, que fue la entrada a un viaje por el universo infinito y loco llamado, cine.