Creative Control

Antonioni, Kubrick, Allen..., Benjamin Dickinson ha visto cine. Tiene influencias y las maneja. El hecho de mezclarlas sin que la cosa sea un engendro ya tiene su merito, aunque los maestros citados solo queden en eso, en referencias. Hay que reconocerle además que con poco presupuesto ha sabido crear con contados detalles de tecnología una atmósfera futurible creíble, aunque esta esté acotada a una determinada y privilegiada "clase media tecnológica". Todo ello redondeado con una excelente fotografía en blanco y negro de Adam Newport-Berra y un hábil contrapunto en la bso entre la música clásica y la popular. Aparte de la historia de amor o desamor que sirve de subtrama o Mcguffin, la "moraleja" en la linea de otras propuestas con desigual acierto como "Her" (Spike Jonzer / 2013)  "Don Jon" (Joseph Gordon-Levitt / 2013) o incluso "S1m0ne" (Andrew Niccol / 2002), es oportuna y ambiciosa.

 El nuevo mundo digital nos conecta en la misma forma que nos desconecta. Nos hace ser más individuales, más egoístas, más cómodos creándonos un sentimiento de privacidad que a la postre es todo lo contrario. Las relaciones de pareja están disminuyendo y entre las mismas se hay menos sexo. El poder de nuestra propia mente y sus fantasías es "el dorado" que nos ofrece la era digital, una falsa realidad a medida, virtual, tan frustrante y tan satisfactoria como la realidad con la que puede competir sin tener que quitarte las zapatillas.

De todo ello nos habla Dickinson con buenas intenciones y ambición en esta cinta que no es como hemos dicho la primera ni será la última sobre el tema, pero le falta carisma en la narración y en los personajes, sobre todo el protagonista interpretado por el propio director que también guioniza. Le falta tono, adopta un perfil bajo sin conseguir el equilibrio entre lo que quiere denunciar y una "comedia" neoyorquina de hispster y en definitiva acaba imponiéndose la forma sobre el esquemático tratamiento del fondo.

cineziete.wordpress.com




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No sé por qué hay esa tendencia últimamente a denostar la tecnología. El cine siempre ha denostado todo lo nuevo que venía y ahora toca a la tecnología. No veo esta película como una crítica a un cierto tipo de gente, creo que pretende criticar a la tecnología y a la gente que la usa. Lo peor es que propone que su uso masivo será solo sexual.

Creo que es una película aburrida. El sexo, las drogas y el alcohol, son la mayor parte del tiempo. Si bien vivimos en una sociedad con una gran pérdida de valores, no creo que sea como esta película lo pone. Al final, la película logra ser básicamente lo que critica.

Tiene unas interpretaciones suficientes. No hay ninguno que sobresalga y ninguno que no esté bien.

Una película en blanco y negro que contrasta con tanta tecnología, ¿para qué? Me gustaría que el director me lo explicase. No creo que aporte nada.

Tiene muchos efectos visuales, que al fin y al cabo son muy simples. Pero tan mal usados que solo consigue hacer primeros planos con un efecto delante.

El director, no sabe que aburre, que no avanza. No sabe poner la cámara. De vez en cuando deja la cámara lejos de la acción y te saca del todo.

Por suerte el mucho no es esto

"Creativ control" de Benjamin Dickinson ( directro/actor) sigue las pautas del movimiento "New Age" ( Nueva Era o Nueva conciencia) alejado del mundo tradicional cargado de estereotipos. El personaje se encuentra inmerso en su mundo personal y se la suda todo lo que le rodea. No se mueve por comportamientos externos, ni consejos, pese a que se encuentra absorbido en un trabajo que le permite vivir bien. Sin embargo, mantiene un compromiso de independencia consigo mismo y pasa de las estupideces que se le crucen en el camino. El trabajo le sirve para llegar a sus propias pretensiones, si al mismo tiempo consigue dar el pego en el curro, pues mejor que mejor. Para situarse más allá de este mundo, va siempre chutado de pastillas, droga y alcohol. Sin embargo, esa condición planetaria diferente a la Tierra no acaba de arrancar hacia delante, porque mantiene una relación amorosa que le supone un estorbo más que una compañía. Su mundo choca constantemente con la mujer que le acompaña. Por eso se centra más allá en sus pasiones virtuales, intangibles que aparentemente le llenan más que la vida rutinaria.
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Es estéticamente llamativa pero su reflexión superficial y simplona sobre el mundo tan superficial y simplón devorador de almas en el que vivimos junto a ciertas pretensiones artísticas, queriendo aparentar ser una obra mayor de la que es, hacen que falle. Falla porque se le ven las costuras a los guiños que le hacen a Kubrick y el guión no está a la altura.

Se entiende que esa mediocridad y superficialidad de la que hace gala la película forman parte del mundo que quiere criticar pero lo hace de una forma demasiado obvia, burda y sin ningún interés más allá de los cuatro tópicos ya conocidos.

Nota: 5'67890