Tygra, hielo y fuego

Un magnífico film de aventuras y fantasía.

Tomando esencialmente como base los mundos de fantasía creados por Robert E. Howard y los diseños e ilustraciones del gran artista Frank Frazzeta, Ralph Bakshi decidió rendir su propio homenaje al universo de la fantasía heroica.

El resultado fue un film fascinante, en el que Bakshi supo captar bien la magia, violencia y erotismo que impregnaban las obras de Robert E. Howard, en mundos repletos de criaturas, monstruos , hechiceros etc... con personajes que encajan perfectamente como la espectacular y curvilínea Tygra, cuya figura, aspecto y movimientos otorgan a la peli un alto voltaje erótico o Larn, un rubio héroe en la mejor tradición de Conan.

Al igual que en su ¨Señor de los Anillos¨, Bakshi utiliza aquí el sistema de animación Rotoscópica dándole a los personajes una gran fluidez y realismo en sus gestos y movimientos.

La única pega es que el film se me hace demasiado corto, dejándote con ganas de mas, y que podría haber profundizado mas en algunos personajes, por lo demás, una peli de animación magistral que no hay que perderse.

Si algo no se puede negar, es que "Tygra" tiene una animación que es para desayunar, porque es la leche, la verdad. Gran diseño de personajes, con sus protagonistas masculinos hiper-anabolizados y sus hembras de infarto e hiper-voluptuosas. Pero por otro lado, es bastante coñazo, que la verdad es que cuenta mucho. Si fuera solo por la calidad de la animación, una peli que fuera una hora y media de «Las meninas» de Velázquez en movimiento sería una triunfada sí o sí.

La cosa es que la historia al principio engancha. Tenemos un futuro en el que la gente se divide en 2 reinos: el del fuego (los buenos), que como te resbales, adiós muy buenas, y el del hielo (los malos, con un ejército de simios) que debe hacer más frío que robando vacas, así que no sé en cual cagarme. De futuro no hay nada, de hecho, podría ser perfectamente una representación fantasiosa de las guerras en la edad de hielo y no habría por qué alarmarse, mientras no prediques por el rigor histórico y esas cosas. Porque no hay armas láser, ni alienígenas ni nada. Hay tíos disfrazados de bárbaros, con hachas, hondas y espadas, zurrándose con unos homo habilis. Y por medio, magia y dinosaurios, que tampoco es que sean muy futuristas. El prota es un He-Man por el que no se siente ni la más mínima simpatía. El malo es una versión anoréxica (por tanto, ridícula) del malo del "Warcraft 3". Luego están la (tetuda) princesa en apuros que no hace más que correr para rellenar aburrido metraje, unos tipejos que no pintan ni el huevo, y un híbrido entre Pantera Negra y Conan, que es sin duda lo mejor del film, todo un bárbaro que se dedica a soltar hostias como panes a todos los malos, y que protagoniza los momentos más emocionantes y entretenidos.

Así, nos sale una pinícula que resulta bastante aburrida en gran cantidad de su duración, más que nada porque es gente corriendo de un lado para otro con el fondo ese borroso tan odioso (y encima, rima), o momentos lentos, leeeeeentos y que no hacen sentir nada. Hay otros, sin embargo, sobretodo en las primeras escenas, que tienen su emoción, enganchan, pero claro, luego se echa bastante a perder, teniendo sus puntos álgidos bastante aislados. Ni siquiera la batalla final es de esas que dices: "WOAH!", porque no. O sea, mola, pero no es la leche.

Eso sí, el dibujo me encandiló (es similar al de ESDLA, también de Bakshi). Seguro que los fans del hentai se lo pasarán en grande viéndola (que conste que no hay desnudos, sólo sensualidad).

Hielo y Fuego es una fantasía de acción y aventuras ambientada en una prehistoria verosímil.
La naturaleza tiende a la paz y el equilibrio. La evolución debe ser pareja, pues allí donde surge la negación, prospera la congelación, de la cual, finalmente, cuando resulte menos esperable, surgirá una revolución que, contradiciendo la publicidad invernal, trasciende la mera reacción opuesta, para constituirse en una recuperación del paraíso perdido: Un acto creativo fundacional.

No he visto ningún otro título de Bakshi, ni ningún documental de cómo hacía películas como esta. Eso no quita que, viendo su año de producción, se pueda entender a las claras que hacer algo así tuvo que ser realmente complicado, al tiempo que arriesgado.
Debió ser complicado porque es una película de animación artesanal, de las que se dibujaban fotograma a fotograma, pero al mismo tiempo tiene un tratamiento del movimiento tremendamente realista. Independientemente de la falta de medios técnicos que hay hoy en día, el director se esfuerza por dotar a sus personajes de una agilidad y dinámica muy superior a lo acostumbrado en lo poco que había en el género en aquel momento. Por ello, tuvo que ser revolucionaria en cierto modo.
También tuvo que ser un proyecto muy arriesgado a nivel comercial. Desconozco si “Tygra” fue un éxito o fracaso comercial, pero de lo que no me cabe duda es que el público no estaba acostumbrado a esto. En aquella época, los dibujos animados se asociaban a los niños. Sin embargo, “Tygra” es una historia absolutamente adulta, con violencia, seria e incluso políticamente incorrecta. La espada y brujería empezaba a estar muy de moda, pero verla en una película sin imagen real tuvo que ser algo bastante extraño. La protagonista es, curiosamente, voluptuosa y va siempre bastante escasa de ropa, algo que no creo que fuera muy habitual ver en dibujos animados. Por tanto, Bakshi supongo que le echó valor en realizar este proyecto, desde el punto de vista de la industria del cine.
Por supuesto, solamente por eso la película ya tiene bastante mérito de por sí, y debería estar en la historia de la animación por sus logros técnicos. Pero, además de eso, el argumento está bastante bien. Aunque tiene muchos tópicos (princesa secuestrada, malos contra buenos, héroe que parece Conan), es bastante entretenida, muy variada en sus situaciones y sin la más mínima escena de relleno (comprensible, porque cada segundo representa varias horas de trabajo, imagino).
La verdad es que, vista con los ojos de hoy en día, puede parecer que no sea gran cosa, incluso aunque la hubieran hecho con las técnicas actuales. Pero, tenemos que ponernos en su contexto, y vista así, no se puede negar que es una buena película, de ahí mi nota.
Creo que una versión en imagen real habría sido un pelotazo, aunque seguiría estando por debajo de la mítica “Conan el bárbaro”, y seguramente habría sido prácticamente imposible de hacer, por los efectos especiales requeridos.

Lograda película de animación del maestro Ralph Bakshi (“El señor de los anillos”, 1978) que sigue la estela del cine de espada y brujería que consagró John Millius apenas un año antes con su excepcional “Conan el Bárbaro” (1982).

“Tygra, hielo y fuego” es un compendio de tópicos del género de fantasía épica y del cómic para adultos. Se ambienta en un tiempo lejano y desconocido, en un mundo gobernado por Nekron, un rey malvado y poderoso que controla los hielos y los hace avanzar congelando la tierra a su paso. Haciéndole frente está el rey Jarol, señor del fuego, que gobierna un bastión asentado en las tierras de los volcanes. Hielo y fuego frente a frente, y entre medias la hija de Jarol, Tygra, secuestrada por los esbirros de Nekron.

El filme se centra en ese secuestro, en el camino de regreso a la fortaleza de Nekron con Tygra. En alguno de los momentos en los que consigue escapar de sus captores, se encuentra con un joven de cabellos rubios que quiere vengarse de lo que Nekron ha hecho a su pueblo, por lo que sus caminos se unen. Ella es voluptuosa y se pasa toda la película en cueros, y él es una especie de He-Man de melena rubia, pero en ningún momento se meten mano para disgusto del público al que parece ir destinada la cinta. Bakshi no se arriesga y hace lo que Roger Vadim con Jane Fonda en “Barbarella” (1968): poner la miel en los labios y dejar al respetable con el calentón.

Lo que más llama la atención es lo de siempre en la obra de Bakshi: la excelente técnica de animación. Utilizando imagen real con dibujo animado, consigue movimientos fluidos y un realismo espectacular en los trazos que aún hoy, con la perfección de la animación digital, sigue sorprendiendo. Además, sabe dar también el ambiente adecuado a las historias épicas que narra, lo que ya demostró en su mejor filme: “El señor de los anillos” (1978).

Lástima que Bakshi haya sido tan tremendamente conservador y no se haya saltado ni un solo arquetipo, ni en personajes ni en guion, por lo que “Tygra, hielo y fuego” es terriblemente predecible. Aun así, no deja de ser recomendable su visionado para cualquier seguidor de la fantasía épica, y como curiosidad animada para el resto.