Haz click aquí para copiar la URL

Django desencadenado

Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
<< 1 2 3 4 10 129 >>
Críticas 643
Críticas ordenadas por utilidad
19 de enero de 2013
43 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, y para no llevar a engaños a nadie, me reconozco amante incondicional de Quentin Tarantino. Por tanto, soy de esa amplia mayoría que aplaude cada nuevo estreno del "enfant terrible" de Hollywood como maná caído del cielo.

Una vez avisados de esto, y para resultar lo más objetivo posible, diré que "Django Unchained" es una película que admite varias valoraciones: para aquellos que como yo, nos dejamos empapar por la cinefilia de este genio y su magia, sin duda estamos ante una obra maestra, un 9 o 10 absoluto; aquellos que no sucumban a los encantos del director de "Pulp Fiction", podrán gozar de una película digna de un 7 u 8; los detractores de Tarantino, podrán ponerle a caer de un burro, pero aún así, es de justicia rendir pleitesía a un trabajo que no puede bajar de un 6, por mucho que se le busquen los puntos débiles.

Porque "Django Unchained" (la D es muda), es en primer lugar, la reinvención definitiva de un género cinematográfico, el spaguetti-western, al que Quentin Tarantino llevaba guiñando innumerables ojos durante toda su filmografía. Como el gran amante del séptimo arte que es, desnuda la esencia de un género que hizo grande el gigante Sergio Leone, y lo empapa de su propia materia prima. Narrador icónico donde los haya, cada segundo de metraje se justifica por sí mismo y se añade a la memoria de una cultura pop que desde "Reservoir Dogs", se ha visto enriquecida por su arte y sus innumerables secuencias míticas. Diálogos ágiles y ácidos, cargados de ironía que vuelven la vista atrás a una de las etapas más oscuras de la historia norteamericana, y de la que aún pretenden renegar. La mirada y el toque tarantiniano ahondan en las raices de un racismo sudoroso y sangriento que tras pasar por el filtro de su cámara, se torna en un espectáculo que desarma cualquier intento de justificación xenófoba. Su uso de la violencia muestra dos caras en esta nueva obra: por un lado, la tradicional trivialización de la violencia que tan característica es en el guionista y director, una visión alocada y salvaje de la locura sangrienta; por otro lado, Tarantino esta vez sorprende, destapando un nuevo enfoque a su transgresor morbo, buscando la repugnancia y el rechazo del espectador. Por primera vez en su carrera, se atreve a despojar de sarcasmo y acidez algunos de los arranques violentos del film, buscando la reacción tensa y frustrada de un público que asiste boquiabierto al espectáculo de la irracionalidad.

Espectáculo... eso es lo que al final termina siendo "Djando Unchained". CINE en el sentido más extenso de la palabra. Un ejercicio de disfrute y placer para aquel que se deja embaucar por el poderío visual y lingüístico de un maestro. Un deleite que mantiene pegado a la butaca, deseando que el metraje se extienda eternamente por los campos de algodón que recorren los cazarrecompensas protagonistas. Ahí reside la otra grandeza del film. No solo del trabajo del director vive Django. El reparto es magnífico e impecable, resaltando dos actuaciones maestras. Waltz y DiCaprio, o Schultz y Calvin, son personajes míticos llamados a ser leyendas que perduren en el recuerdo colectivo.

Aderezado todo ello con una banda sonora que aporta su ración de incongruencia (¿Hip-Hop en el lejano oeste? Por qué no), y su toque de genialidad de la mano de Ennio Morricone. Señoras y señores, el señor Tarantino lo ha vuelto a hacer: conseguir que salga del cine con una sonrisa de oreja a oreja por haber empleado 260 minutos de mi vida, en el ejercicio del disfrute y de la magia del cine.
EuTheRocker
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de enero de 2013
76 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento por los acólitos de Tarantino, pero si esto es una obra maestra que nos parta un rayo a todos, porque la película como tal no vale nada.

He de reconocer que al principio, cuando apenas llevaba media hora de película, pensé que Tarantino de verdad se había tomado en serio la idea de hacer un western, y que la película iba a ser digna de los 10 eurazos que cuesta el cine hoy en día...iluso de mi, no podía estar más equivocado. Es cierto que la película comienza bien, si, pero según avanza se va convirtiendo en una mezcla grotesca entre un western, humor cutre y un drama sobre la esclavitud.

A pesar de ello, y de una música completamente absurda e incoherente prácticamente en su totalidad, uno todavía llega con esperanzas a ver el supuesto desenlace del film, que al fin y al cabo te puede medio arreglar una película en la cual has perdido la ilusión por completo.

De nuevo pequé de iluso, ya que lo que parece el gran desenlace, el momento cumbre de la película, no es más que el preámbulo de 30 minutos de auténtica basura (lo siento, no tiene otro nombre) que termina de destruir lo que ya se estaba cayendo a pedazos.

He de reconocer que para mi gusto ninguna de las principales actuaciones es mala, me gusta tanto el señor Christoph Waltz, como DiCaprio, Jamie Foxx o Samuel L Jackson, pero no pueden salvar una película que carece de sentido pasados los primeros 40 minutos.
Adr
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de enero de 2013
64 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
No importa si el guión es más predecible que un tiro oblicuo en el vacío, es Tarantino.

No importa si la mitad de la película es pura violencia hollywoodense (dosis necesaria del subconsciente colectivo), es Tarantino.

No importa si se violan las leyes de la física y un disparo en una dirección hace volar a la hermosísima dama en la dirección contraria, es Tarantino.

No importa si la estupidez de los personajes es, recurrentemente, pieza clave de toda causa (y es que es más fácil crear un tonto que un inteligente), es Tarantino.

No importa que la historia se desarrolle superfluamente en torno a la (¡núnca narrada!) historia de amor entre dos admirables y superemotivos personajes, es Tarantino.

No importa si el desarrollo de la historia son un conjunto de hermosos y memorables "Momentos Kodak" (indudablemente, para la posteridad, al lado de los molinos del Quijote), en vez de un desarrollo verosímil e inteligente, es Tarantino.

No importa si los bravos y supermalos pistoleros aún no pueden superar su shock a la hora de disparar, y un admirable pero triste letargo les impide entrar en acción justo cuanto nuestro buen Django desenfunda su gloriosa arma y acomete contra sus adversarios, es Tarantino.

Y es que no importa si hay más violencia que emotividad, más disparos que diálogos inteligentes, más sangre que reflexiones, más héroes que humanos, más explosiones que realismo, más tontos que inteligentes, más hazte la fama y échate a..., más críticos obsecuentes, más sobrevaloración, más perros comiendo negros, más látigos marcando negras, más y más sangre (¡explícito, explícito, qué se vea todo, por favor!), más superexplosiones (¡Oh!), más superdiálogos con superbuscaproblemas, más pochoclo, más Hollywood, más ficha de director, no, por supuesto que no importa, es Tarantino.
Estepario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de septiembre de 2013
34 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Django desencadenado”, primera incursión de Tarantino en el género del western, puede considerarse como un homenaje a dos de los mejores directores del género, los míticos Sergio Leone y Sam Peckipah, pero adaptando el film a la era moderna del cine y con ese toque tan especial que plasma el director norteamericano en todos sus largometrajes.
Una mezcla explosiva que podría haber generado tanto un bodrio como una genialidad. Por fortuna para los amantes del cine de Tarantino, entre los que me incluyo, nos hallamos ante su mejor film desde “Pulp Fiction”, una película apasionante que te deja sin aliento hasta el final y cuyo largo metraje se te hace muy corto.
Pero el director de obras como “Reservoir dogs”, “Kill Bill” o “Jackie Brown” no podía conformarse con homenajear a estos dos maestros del género filmando un western de corte clásico. Tarantino introduce en la película el complejo tema de la esclavitud, que habitualmente había sido tratado en dramas, mezclando con su maestría habitual matices y realidades y conformando una obra de obligado visionado para amantes de su cine, del “Spaghetti-Western” o de la legendaria “Grupo salvaje”.
Pasen y vean…
lisufelligus
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de enero de 2013
37 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debemos remitirnos a “Reservoir Dogs” para encontrar la primera muestra de admiración de Quentin Tarantino por la cinta dirigida por Sergio Corbucci y protagonizada por Franco Nero en 1966, “Django”. En el largometraje dirigido por el realizador italiano aparece una sangrienta escena que el genio de Tennessee calcó para su aclamado trabajo de 1992. Los guiños de Tarantino hacia ese fabuloso, violento y siempre sorprendente subgénero del spaghetti-western que tan buenos momentos nos ha regalado, se suceden hasta evidenciarse descaradamente en “Malditos bastardos” (2009), donde su banda sonora incluye diversas composiciones de películas como “El retorno de Ringo” (1965), “El halcón y la presa” (1966), “De hombre a hombre” (1967) o “Salario para matar” (1968), todas del inimitable maestro Ennio Morricone. Unas partituras que no hacen sino sostener un conjunto cuyas referencias son más cercanas al spaghetti-western que al cine bélico en el que se cataloga “Inglourious Basterds”. Pero era el momento de convertir las insinuaciones en descaro. La sutileza en un golpe directo. Reunir a Quentin Tarantino con el género que llevaba tanto tiempo esperándole. Era el momento de “Django Unchained”.

Y se cumplieron todas las expectativas, por grandes que fueran, resucitando el espíritu de Django aún transformándolo por completo a imagen y semejanza de la genialidad perpetrada por Tarantino, que nos ofrece otro de esos inimitables trabajos con los que siempre sabe sorprender y, como en este caso, embelesar, entusiasmar, divertir. En definitiva, conquistar. Aquí, Django (Jamie Foxx) es un negro esclavizado que por obra del destino termina siendo, digamos, “tutelado” por un pirado brillante, un extraordinario, impredecible, elegante, refinado y extraño individuo germano llamado King Schultz (Christoph Waltz) que necesita de sus servicios para encontrar a unos tipos. Sus pretensiones son desconocidas, pero no tardará en mostrar sus cartas ante un sorprendido Django que encontrará en el citado caballero alemán su “carta de libertad”. Ambos nos pondrán ante las puertas de lo disparatado y original de esta fresca, gamberra y por momentos absurda película a través de la esencia del spaghetti y del peculiar estilo de Quentin Tarantino —tan influenciado por él—, regalándonos momentos tan desternillantes como violentos y cargados de adrenalina, mientras se despliega todo un abanico de personajes que, por breves que sean, siempre se terminan admirando. El argumento reposa en la esclavitud y el racismo como punto fuerte, sabiendo mostrar aun con el animoso estilo del director, toda la indignación que esa lacra puede producirnos.

Christoph Waltz (“Un dios salvaje“, 2011) vuelve a ser el que ya nos encandiló en “Malditos bastardos”, firmando una interpretación sublime que se convierte en el mejor papel de la película. Este hombre es una maravilla, cada gesto que reproduce, cada palabra que dispara, es una nueva lección, otra muestra de inmensa calidad del actor austriaco. Jamie Foxx (“Collateral“, 2004) cumple con una buena actuación, que raya a un nivel muy superior a lo acostumbrado por el actor en cualquier otra cinta. Se nota el ‘efecto Tarantino‘, pues este realizador siempre es muy capaz de sacar lo mejor de cada uno. Leonardo DiCaprio (“J.Edgar, 2011&#8243;), que encarna a un negrero que se cruza en el camino de los protagonistas, va de menos a más, pues se mueve mejor en el histrionismo despótico que en las escenas más tranquilas en las que debe transmitir la personalidad de un refinado hombre de buena posición. Samuel L. Jackson (“Hard Eight, Sidney“, 1996) enamora con su personaje de mayordomo cascarrabias, sorprendente en toda su interpretación, ya sea por caracterización o diálogos. Son las cabezas visibles de un reparto que fluye como la seda compenetrándose a la perfección a través de un metraje que dispensa escenas que van desde los diálogos mejor nutridos y que tan bien sabe desarrollar Tarantino hasta la acción más sanguinaria, pasando por toques de magistral humor que salpican toda la película pero que se ven culminados en la sobresaliente toma del Ku Klux Klan.

Quentin Tarantino (“Jackie Brown“, 1997), que se confirma (por si había alguna duda) como uno de los directores más brillantes de siempre, salda la deuda pendiente que tenía con una de sus pasiones, el spaghetti-western, ofreciéndonos un movido conjunto que se disfruta durante toda su duración, que aun siendo de 165 minutos pasa de un suspiro por la fluidez de todo lo representado. En el apartado musical no podían faltar los magistrales temas que siempre escoge, y aquí, en una selección en la que Ennio Morricone domina el grueso de la BSO, sorprende incluso con algunas inclusiones raperas que —en un western, quién lo diría— encajan a la perfección en las escenas que acompaña. Hay muchas razones por las que puedo afirmar que “Django Unchained” es excelente, pero lo preferible es que vosotros seáis testigos de por qué digo esto y concedáis vuestra confianza a la desfachatez más extraordinaria del cine, enmarcada en un género inmortal que, de la mano de Tarantino, ofrece mucho más de lo que pensábamos. El western no ha muerto, ni morirá jamás. Django ha vuelto.

__________
Bibliografía: Área Abierta Nº 26, “Influencia del Spaghetti-Western en ‘Malditos Bastardos’ de Quentin Tarantino“, por Dr. Vanesa F. Guzmán Parra y D. José Roberto Vila Oblitas, Universidad de Málaga.
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 129 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow