The House on Pine Street

¿Para qué te tiras casi dos horas esperando algo gordo que nunca llega a pasar? Dos horas de tu vida desperdiciadas para ver un supuesto espíritu que lo más que hace es jugar con los interruptores y abrir puertas. Dos horas pa no contar prácticamente nada.

En ocasiones el cine independiente, el que tiene menores medios para abrirse camino es el que más acaba por sorprendernos, con The House on Pine Street me ha sucedido exactamente eso. Estas pequeñas joyas realizadas a partir de modestas producciones, que al visionarlas puedes ver y sentir la pasión que hay depositadas en ellas y el mimo que hay detrás de cada escena y lo cuidadas que pueden llegar a estar, estas cosas son las que hacen sentir el amor por el cine.

Jennifer y su marido se acaban de mudar a Kansas, su tierra natal. Recién mudados Jennifer empezará a notar que en su nuevo hogar suceden extraños fenómenos paranormales. El problema que solo pasan estando ella sola, por lo que ni su marido ni su madre acaban de creérsela, achacándoselo a un embarazo difícil. Realmente la casa esta maldita o es simplemente la imaginación de Jennifer jugándole una mala pasada.

Segundo largometraje para esta pareja de prometedores directores, Aaron Keeling y Austin Keeling, los cuales también se encargan de escribir el guión junto a Natalie Jones. Personalmente creo que el guión está demasiado trillado, pues tenemos en el mercado cientos y cientos de films sobre casas encantadas, aunque aquí tenemos un pequeño añadido ya que juegan al despiste con la locura de la protagonista, cosa que ya hemos visto también, ¿El Resplandor os suena algo? Parecidos razonables aparte, cuando estaba viendo la película en lo último que pensaba es que estaba viendo un mero plagio de algo ya visto, pues consiguió engancharme desde el minuto 1 y no parpadeé hasta los títulos de crédito.

Las interpretaciones, aquí hay que destacar un nombre propio, y es que Emily Goss es la protagonista indiscutible y ella solita llena esta cinta de terror, dejando en total segundo plano al resto del elenco. Increíble la interpretación de Emily Goss, hasta ahora un tanto desconocida, pero espero verla pronto por otros títulos.

Otra cosa a destacar en esta cinta es el increíble diseño de producción, Monique Thomas, hace un trabajo increíble. El caserón elegido donde sucede todo la acción del film es perfecto. A eso le añades la fotografía de Juan Sebastian Baron, un señor que tan solo había trabajado como director de fotografía en varios cortos y aquí hace un trabajo más que meritorio, otorgando al conjunto un aire místico a la par que perturbador. Gracias a estas dos personas, y el trabajo de todo el equipo técnico el acabado de esta película parece el de una producción muchísimo más elevada y no una realización independiente de presupuesto ajustado.

Es fácil asustar al público, realmente fácil, tan solo necesitas una subida de volumen repentina, o una aparición fugaz en escena de un fantasma/monstruo/asesino. Pero cuando consigues transmitir terror sin necesitad de estos artificios, sabes que entonces has ganado. Con esta cinta me sucedía esto mismo. Llegar a sentir esa tensión permanente, esa inseguridad que algo malo va a suceder en cualquier momento, eso es lo que espero de una película de terror y eso precisamente es lo que me he encontrado aquí. Pese a que carece de sobresaltos ha conseguido que apriete los dientes en más de una ocasión por eso y mil virtudes más RECOMIENDO The House on Pine Street a todo el mundo.

http://www.terrorweekend.com/2015/03/the-house-on-pine-street-review.html

Película sobre casas encantadas que es el segundo largometraje de los mismos que firman la desconocida I.Q. (2009), y que está protagonizada por Emily Goss (Fiebre del Ladrillo, 2020), y Taylor Bottles (Orange Sunshine, 2016).

Poco después de mudarse a su nuevo hogar junto a su marido, Jennifer empieza a percibir una serie de fenómenos extraños. ¿Estará perdiendo la cabeza?

La película tarda mucho tiempo en arrancar, teniendo una primera hora en que pasan pocas cosas y bastante trilladas, con elementos para causar terror muy básicos y demasiado vistos. Tras esa primera hora, The House On Pine Street consigue remontar en gran medida, mostrando un ritmo más decente y consiguiendo inquietar al espectador e incluso mostrar algo un tanto diferente. Las actuaciones no sobresalen en ningún momento, y a la película se le nota su presupuesto ajustado, aunque esto no le sirva de impedimento para llegar a ser efectiva.

The House On Pine Street es una película con un argumento trillado que juega al no menos manido juego de locura o realidad, por lo que en este sentido no encontraremos nada de especial, pero una segunda parte muy correcta hacen que esta cinta independiente merezca al menos una oportunidad.

Nota personal 6/10

Quienes la vean podrán comprobar que trae a la memoria a dos películas de éxito: recuerda al clásico de culto ‘La semilla del Diablo’ (Roman Polanski, 1968) y tiene muchas cosas en común con la reciente ‘Babadook’ (Jennifer Kent, 2014). Al igual que pasaba con Mia Farrow, Emily Goss lleva todo el peso de la trama sobre sus hombros dentro de un perturbador ambiente que evoca al Polanski de su primera etapa. Si en ‘Babadook’ estábamos ante un drama familiar en el que el temor a la pérdida se veía reflejado en una suerte de Hombre del Saco, en ‘The House on Pine Street’ la añoranza a una antigua vida y el rechazo hacia el nuevo hogar, personifican al odio como sujeto clave en la historia. El principal problema que tiene la cinta es que parece no saber cuando acabar, y su excesivo metraje acaba por no convertirla en la gran película que podría haber sido. Aun así, absolutamente recomendable.

http://aterrorizate.com/

Aaron y Austin Keeling conocidos por dirigir «I.Q.» y algunos cortos se ponen tras las cámaras para dirigir «The house on Pine Street», una película en la que una joven pareja intenta recuperarse de una tragedia mudándose de Chicago a Kansas. Al poco de llegar a su nueva casa, Jennifer, que está embarazada, comienza a experimentar extraños sucesos pero cuando se los comenta a su marido parece no creer nada de lo que le dice. Ahora debe intentar averiguar si algo de lo que le pasa es real o si por el contrario es su imaginación. Los protagonistas son Emily Goss como la chica de la pareja y conocida por la mayoría cortos hasta después de esta y Taylor Bottles que interpreta al marido de la anterior e igualmente conocido por varios cortos hasta después de esta.

Se trata de una película de terror con elementos sobrenaturales, de drama psicológico, suspense y misterio. Ya que no sabemos hasta el final si lo que ocurre es imaginación de Jennifer, si le están haciendo luz de gas —maravillosa temática de las películas de suspense— o si pasa realmente, el misterio y el suspense son una baza importante en la película y justamente la ganadora para todos los amantes de esos géneros. También tenemos el terror típico sobrenatural pero debido a la temática más melodramática —que enfatiza los sentimientos— el resultado es más un telefilme que a mí me encantan si están bien hechos. No tengo prejuicios justamente porque suelen darle más importancia al suspense y al misterio.

Las actuaciones me parecieron buenas si tenemos en cuenta que son actores que están empezando. A Taylor Bottles ya le eché el ojo por guapo. No sé si destacar alguna pero la verdad es que la chica se lleva la palma por todo el trabajo físico que también realiza.

No tiene metascore ni tomatá y solo decir que aparentemente es una película que se ayudó con una campaña de Kickstarter, que no está tan mal y que el póster me recuerda muchísimo al de «We are still here» y «The house of the devil». Como opinión personal creo que es una película que gustará a los amantes de los telefilmes y que no hará mucha gracia a los que gusten de las películas que les den todo masticadito y además que busquen una producción más internacional, más tipo Hollywood.