Star Trek, la película

Decide este espectador, un buen día, pese a no ser fan de la franquicia Star Trek, darle una oportunidad a su primera película para el cine. Lo hace en el convencimiento de que una banda sonora tan prodigiosa como la que le compuso Jerry Goldsmith, hace ya tres decenios, no puede acompañar a un simple capítulo de la serie televisiva. Y no se equivoca, al menos no completamente: encuentra un más que digno trabajo de diseño visual, un hiperespacio quizás no muy realista para estos tiempos que corren, pero indudablemente subyugante; encuentra lo que ya sabía que iba a encontrar: una de las bandas sonoras que más le han impactado, por siniestra, por innovadora. Pero el espectador no está preparado para otras cosas: no para que todo en ella se reduzca a una simple y llana imitación de la otra Odisea, la caleidoscópica, la de Kubrick; no para que el mismo elenco que ya hiciera el ridículo en la tele lo siga haciendo en la pantalla grande (un monitor LCD de 22 pulgadas, en el caso particular del espectador); no para esos uniformes de lycra ceñidos y de vivos colores que dañan la retina, ni para las mal disimuladas lorzas de William Shatner, ni para que se fuercen las casualidades con el objeto de reunir en la misma nave a los mismos viejos personajes conocidos.

En fin, le dará el espectador un cinco y medio, que tiene el día afable y ha sido capaz de encontrarle un par de virtudes.

Una extraña nebulosa se acerca irremediablemente y con señales de gran violencia hacia el planeta Tierra. Allí, los seres humanos viven en medio de paz y armonía, con vidas placenteras y tranquilas. Han logrado una civilización tecnológica capaz de crear naves espaciales de exploración. Sin embargo, el castillo de naipes se puede venir abajo. Por ello, jugarán la carta del almirante Kirk, quien se pondrá a los mandos de la Enterprise, una gran nave especial, pero medio en ruinas, secundado por el comandante Decker, el doctor McCoy, el oficial Spock y todo su séquito (a los que no conozco, pues era mi primer contacto con la saga).

¿La misión? En principio, salvar a la Tierra. Una misión que les llevará a partir hacia la temida nebulosa, surcando el universo y dándose de bruces contra ella para depararnos un memorable final.

‘Star trek’ es una gran cinta de ciencia-ficción. Se podría catalogar de ‘atípica’, ya que, en su mayoría, las carreras espaciales, rayos, pistolas láseres y demás abundan dentro del género. Aquí no. Aquí tenemos un alto grado de reflexión en detrimento de la acción, entendida ésta como disparos y explosiones. Una reflexión derivada de los densos y largos planos con los que Robert Wise visualiza el punto al que ha llegado la civilización humana (y de paso farda de efectos especiales, que en su día serían la hostia), de los diálogos entre la tripulación y de su escena final.

Comenzamos a ver una por una las películas de Star Trek. Esta primera entrega no deja indiferente a nadie, ya sea para bien o para mal. Se aleja bastante de lo visto en Star Trek: The Original Series, siendo una exploración profunda del espacio y la vida, pero a la vez mantiene todo el espíritu de la serie, y bajo la grandeza de una de las mejores bandas sonoras de la historia y como no, a bordo de la nave Enterprise, remodelada con un resultado impresionante. A veces es un poco lenta y los exteriores ocupan muchos minutos como pretexto para los notables efectos especiales, pero tiene cierta profundidad que va mas allá de lo superficial. Sin duda, es una de las mejores Trek.

La franquicia cinematográfica de Star Trek comenzó en 1979 en plena efervescencia del cine de ciencia ficción. Con un presupuesto aproximado de 35 millones de dólares Robert Wise fue el escogido para adaptar a la pantalla grande la exitosa serie televisiva que había hecho furor en los sesenta. Wise responsable de títulos inolvidables como Sonrisas y lágrimas o West Side Story era un fan de la ciencia ficción y ya había dirigido películas de este género consideradas de culto como Ultimátum a la tierra y La amenaza de Andrómeda. Finalmente Star Trek fue un gran éxito de público y la serie continúa hasta nuestros días. Pero la primera parte es un film que me pareció excesivamente lento que se toma demasiado tiempo para contar una historia aburrida y confusa. (spoiler)

El desenlace de la trama incluye reflexiones filosófico-metafísicas que pueden despistar a más de uno que a lo mejor se pensaba que vería un espectáculo pirotécnico ambientado en el espacio. En este sentido la película es más adulta que La guerra de las galaxias y se acerca más a Encuentros en la tercera fase. El guión trata de temas trascendentales y complejos sobre el universo que invitan a la reflexión, no obstante contó con el asesoramiento de Isaac Asimov, y parece escrito por el típico cerebrito friki que se pasó de listo escribiendo una historia poco digerible que abusa en exceso de terminología técnica.

Uno de los temas más tratados en la saga Star Trek es la de humanizar a los personajes, es decir, que sujetos tan inteligentes como Spock no guíen su comportamiento exclusivamente por criterios basados en la lógica sino que sean más humanos porque de lo contrario con el tiempo acabaremos actuando todos como máquinas. Se defiende la idea de que el avance científico y tecnológico no debe hacernos perder la humanidad. Es esa chispa de humanidad e ingenio característica de los humanos la que nos hace únicos y no debemos perder. En definitiva la película trata temas interesantes pero no los hace atractivos al gran público, juega con la baza del suspense por la amenaza que supone para la Tierra esa gran masa de energía pero no funciona porque la historia avanza a un ritmo tedioso y la intriga acaba difuminándose para recuperar algo el pulso al final.

Lo que sí es un gran mérito de la película es contar con un gran equipo técnico de profesionales que desarrollan un excelente trabajo en el campo de los efectos visuales, el responsable es el mismo que el de Blade Runner y Encuentros en la tercera fase y su trabajo recuerda mucho al de estos dos films. Toda una serie de efectos ópticos y luces que viéndolos en alta definición no han envejecido mal. El vestuario no es el habitual con el pantalón negro y la chaqueta roja, van vestidos de gris con una especie de chándal cutre de regusto inequívocamente setentero con el logo trekkie mal bordado. El diseño de producción sí está bien hecho y al igual que los efectos especiales y la banda sonora fue nominado al Oscar. Jerry Goldsmith compuso uno de sus trabajos más inspirados con una bella música que encaja como un guante en la película. Los actores son los mismos de la serie original, veteranos pero en plena forma aunque el desarrollo de los personajes es escaso y se produciría en posteriores entregas.

En resumen, podía haber sido una obra maestra pero se pierde en una farragosa intriga de pretensiones trascendentales.

Soy escritor y un amante del fantástico, en especial del cine de Ciencia Ficción. Nací el año que estrenaron la primera "Guerra de los mundos", así que no me dejo llevar por los juicios rápidos e insensatos; y al igual que Harryhausen o Bradbury sigo siendo un joven lleno de sueños y con mucha imaginación; aunque algo más listo. Me he decidido a realizar una revisión de todos los títulos del género, y comprobar a fecha de hoy su frescura. Ésta merece el calificativo de: MUY BUENA.
Una película de excepción para los amantes de la Ciencia Ficción, de fino paladar, y una obra conceptual de vanguardia sobre máquinas pensantes, el universo y los límites del conocimiento. Así es el maravilloso filme de Robert Wise que dio origen a la franquicia que hoy día aún seguimos disfrutando. El creador de "Ultimatum a la Tierra" y "La amenaza de Andrómeda" ofrece una cinta seria con un maravilloso mensaje: celebrar nuestra humanidad y diversidad. En el 2001 el director pudo hacer realidad su sueño de realizar una versión mejorada, puesto que las fechas de producción de la época dejó muchas cosas en el tintero. En su día no gustó excesivamente por su ritmo demorado, antítesis de obras como "La guerra de las galaxias". El nuevo montaje del director alivió parte de ello; no obstante es una obra que deja respiro al espectador para que vea y sienta la inmensidad del espacio y de los elementos que aparecen en pantalla. Muchos cineastas se quejan hoy día del abuso de la velocidad y los cientos de elementos que aparecen en cuestión de segundos ante nuestra retina, no pudiendo retener ni asimilar nada en concreto. Para llevar esta obra a la pantalla relatando la odisea de estos exploradores y aventureros espaciales de espíritu indomable, una gran coyuntura hubo de darse. La suma de talentos aquí reunida sentó las bases de una generación de películas. Diseñadores como el mítico Syd Mead; creadores de efectos de la talla de Douglas Trumbull y John Dykstra; un músico excepcional como Jerry Goldsmith, etc. Y todo tratado con la seriedad y minuciosidad requerida: asesoramiento de la NASA y de escritores como Asimov, etc. Por no hablar de la increíble bobina de Tesla que se creó para conseguir un efecto real en los rayos. En definitiva, una película preciosa, por la que no pasa el tiempo.