Kids

Larry Clark, uno de los máximos representantes del verdadero cine independiente norteamericano, inició su andadura de antropología juvenil con el estreno, después convertido en film referencial de Kids, en el año 95.

Con esta humilde película Clark presentaba lo que sería después su cine, y el de otros compañeros de generación: una visión sin censuras y cortapisas de los jóvenes de su tiempo, de la decadencia absoluta de su pequeña sociedad y de la violencia latente de sus vidas.

Kids es una película que no parece tal. Por momentos parecemos encontrarnos ante un insólito documental desprovisto del mínimo pudor o de la mínima moralidad. Sus personajes, todos ellos, no sólo hablan de sexo con total naturalidad, como hacen todos los adolescentes, sino que viven conforme a sus deseos, a los impulsos más irrefrenables de sus vicios, ya sean estos el sexo, la droga o el alcohol.

En el momento de su estreno, Kids generó una brutal polémica y no es extraño, puesto que Clark en ningún momento juzga las acciones deplorables de sus protagonistas (entre ellas la violación, el egoísmo, cierta pederastia, la homofobia, la irresponsabilidad, la incultura, la falta más absoluta de un fin en la vida), sino que las mira con una distancia parcial, e incluso tiñe ese día en la vida de este grupo de jóvenes de una ligera poesía, un halo de estilo en medio de la más absoluta de las miserias morales.

Por eso Kids es una interesante aproximación a esos cuerpos jóvenes que ya parecen ajados, a esa serie de vidas desperdiciadas por la falta de valores y aspiraciones y una de las primeras películas que muestra el fantasma del SIDA sobrevolando sobre todas sus cabezas.

La película podría haber sido mucho mas corta de lo que es, luego de un tiempo, los actos vandálicos se vuelven predecibles y aburridos. En el film se nos muestra como un grupo de jóvenes inconscientes, hacen una estupidez tras, otra, sin siquiera cuestionarse, ni sentir el mas mínimo arrepentimiento, mostrar tanta escena del mismo tipo se vuelve vacía y sin sentido. Rescato el tema del sida, pero creo que debió haberse trabajado de una forma mas profunda, quizás el rollo de la película debería haber ido por ese lado, que hubiese sucedido con Telly si se hubiese enterado de que era portador, como hubiese cambiado su visión del mundo...

Escuché a Quim Gutiérrez hablar de ella en una entrevista. La localicé y este fin de semana le eché una ojeada. Puedo decir que no está del todo mal, es desenfadada, joven, fresca, un poco salvaje... y moderadamente entretenida.

Algo que me sorprendió fue el año de producción 1.995, pensé que era mucho más antigua, unos diez años. Creo que si fuese un adolescente con granos y salido, me hubiera entusiasmado, pero lamentablemente me encuentro lejos de ese perfil. Tampoco es una película desdeñable, yo la calificaría como diferente y bastante anárquica.

Ponerse a ver esta película, así, sin concienciarse ni nada, es un ejercicio rayano en la auto-tortura. Uno ha de saber que cine, lo que se dice cine, lo que entendemos por cine normalmente, va a haber poco. El título no termina de dejar claro nada: 'Kids'... uhmmmmmm, ¿pero niños niños? ¿o más tirando a adolescentes? ¿pero pijos aburridos o desgraciados con problemas? ¿pero con alguna luz en el cerebro o completamente imbéciles? ¿pero conscientes de sus actos y pasando o lo que viene siendo pobretones desinformaos? En el transcurso de la cinta, déjame decirte, se revela poco poco poco, por no decir ná. Así que toca echarle cuento, como el niñato del principio y su talento indefinible para llevarse de calle a la que quiera con esa jeta tan hostiable que me luce.

Total, que cualquier día normal de la semana en que mi ciclo lunar fuera el correcto mandaba a tomar por culo a cuantos despojos sociales desfilan por pantalla. Claro, tanto colegueo, vacileo y folleteo en diferido no es sano: a mí que me lo traigan a las puertas de mi casa y nos montamos una buena, pero sin drogas, eh, que de eso paso, un porrete a lo sumo, colegas. Y es que he tenido que esperar a tener 21 años y estar fuera de mi tierra para saber de buena tinta que las fiestas a lo bestia de esta 'Kids', por ejemplo, existen. Donde aquí se les va la mano con la edad media de los chavales (joder, que les están creciendo los dientes a algunos) se compensa con la falta de otras sustancias que sí he visto rular y a muy buen ritmo. Alcohólicos, fumetas y promiscuos pero buena gente, al fin y al cabo, nada de ir más lejos todavía. Si acaso una paliza de vez en cuando.

Se infiere, pues, de mis palabras, que la peli en cuestión tira bastante del efectismo y de la repetición esquemática de situaciones, de ahí los odios que despierta. En cualquier caso, la hora y media escasa que dura tampoco es una pérdida de tiempo, pues aunque el drama no llegue (porque no llega) y todo parezca más una apología de la involución, al final se aprecia algo de honestidad y de transparencia, y hasta de buen cine, aunque sin pasarse. Digo al final y es al final, en los últimos 20 minutos o así, donde se enlaza con el principio de forma muy mañosa, se pasea un pequeño adelanto apocalíptico y se cuestiona abiertamente, mirando a cámara incluso, qué cojones nos está pasando. O nos lleva pasando desde hace ya varias décadas.

Como digo, respuestas la cinta da pocas, más bien se centra hasta ese final que menciono en inmortalizar lo más fielmente posible cuál es el problema, que ya nos lo sabemos. Es en su por momentos conseguida naturalidad donde encuentro el valor real de ésta, que acaba trascendiendo mucho menos de lo que pretende, pero no es ni mucho menos desechable.

Kids no es solo una película, es el punto de partida donde comenzó el talentoso tándem Clark-Korine, y que más tarde, ambos por caminos separados en la dirección, crearían una nueva forma de ver ese cine independiente norteamericano provocador y morboso. Tan singular es la unión de estos dos genios (y la manera en la que se conocieron) como el resultado de la química que desprenden cuando trabajan juntos, Larry Clark en la dirección y Harmony Korine firmando el guion.

Es inevitable que esta película no desatara polémica en el momento de su estreno, pero tampoco creo que sea ese el objetivo final del mismo. Por muy oscura que parezca, es una película tanto sombría como bella a partes iguales, con una perfecta y equilibrada armonía.

Los personajes del film, aunque están caracterizados de una manera concreta y particular, son unos chicos como los miles y millones que hay en New York o cualquier ciudad cosmopolita del mundo, con un estilo de vida que se llevaba entonces y aún a día de hoy forma parte de la sociedad actual. El debut de actrices como Chloë Sevigny o Rosario Dawson son algunos de los más significativos, aunque casi todo el casting sea completamente amateur o no profesional.

Lo más especial, lo que hace a este film único es la sensación de realismo o hiperrealismo social, no lo son solo la caracterización de los personajes y las situaciones a las que tienen que hacer frente, sino los propios actores que encarnan a los personajes. La mayoría de ellos, por no decir todos, son retratos de sí mismos, apenas tienen que modificar su personalidad respecto a sus personajes. El grupo principal de "chicos" son/eran skaters, incluido el propio Harmony Korine, con un cameo tan ambiguo como hilarante que también hace replantearse si hasta ese momento estaba actuando de verdad. Algunos de estos "chicos" morirían en los siguientes años, como Justin Pierce (Casper), Sajan Bhagat (Paul), y otros no volvieron "actuar" en otra película. Por lo que esa mezcla de carácter documental (o mockumentary) con ficción (o realidad) consigue proporcionar una sensación de verosimilitud de una manera tan natural que pocos cineastas a día de hoy son capaces de conseguir.

Kids difícilmente sería Kids sin el papel indispensable que juega la música, con la etiqueta de lo-fi de la mano de uno de los pioneros de este género, el "dinosaurio jr" Lou Barlow con su banda de aquel entonces, The Folk Implosion, pasando por otros como Beasty Boys, cuyas canciones vienen como anillo al dedo a la atmósfera general del film, concediéndole un gran dinamismo y marcando el ritmo.