El idiota

Lamentablemente me quedo muy lejos de considerar esta película una obra maestra, muy lejos de haber quedado prendado con las idas y venidas de los personajes, el frío de Rusia puesto en Japón, las palabras de Dostoyevski al servicio del normalmente excepcional trato de la imagen de Kurosawa. "El idiota" es sólo para aquellos que quieran completar la filmografía del maestro japonés, aquellos que quieran descubrirlo no deberían empezar por aquí.

Un maravilloso Mifune, como casi siempre, y poco más. No es que el resto no lo hagan bien, pero el personaje más agradecido es el de Toshiro, el único que dentro de la gran exageración que es todo parece más convincente. No quiero entrar a valorar la literatura, no creo que sea bueno entrar en comparaciones. Yo valoro el cine, y "El idiota" me ha producido un aburrimiento colosal, salvo la primera parte, muy prometedora, el resto es para dormir. No es sólo que no me crea la actitud de ninguno de los personajes, es que además si lo reducimos a las ideas básicas todo es demencialmente ridículo. Que si mensajitos, que si me caso o no me caso, que si crees eso, que yo no me lo creo... cansinos y exagerados. ¿Y el idiota?; pues un ser triste, apocopado y lento y lento al hablar...

Para mí es un patinazo de Kurosawa, que ya en ese año tenía a sus espaldas un buen bagaje. Sin embargo de esta película no se pueden decir grandes cosas...

Casi lo he dicho todo con el título. Realmente se me ha hecho pesada por momentos, no tanto por el desarrollo de la historia, que creo que te deja en ascuas permanentemente, creando interés por cómo se desarrollarán las cosas y las reacciones de los personajes, sino más bien por el uso casi abusivo cuantitativamente de escenas demasiado alargadas para mi gusto. Me ha dado la sensación que hay escenas que han sido estiradas más de la cuenta y que éstas han sido demasiado utilizadas como elemento dramatizador o intensificador de lo dramático, sin que ello haya tenido un resultado más eficaz en lo que yo creo que el director quería transmitir. Además es curioso leer en el apartado de curiosidades, dentro de los extras del dvd, que la versión original del director fué finalmente recortada ya que duraba 265 minutos!!! Realmente tengo la sensación que el director, al pretender captar la atmósfera y las tensiones emocionales contenidas de los personajes, ha llegado por momentos a parecer algo pretencioso (a pesar de ser un grandísimo director). Tal vez la obra en la que se basa, sea demasiado extensa y difícil de plasmar en el cine, aunque el que lo haya intentado sea uno de los más grandes genios que el celuloide haya dado, y el reto le haya superado por la dificultad añadida de adaptarlo a un ambiente cultural diferente.
Otro punto flojo, que ya alguien ha apuntado, es la música escojida. Para mi desde el principio me pareció más una música para una película de terror psicológico que para un drama: no creo que haya encajado bien con la temática, pero en todo caso es una opinión personal.
En la parte positiva destacaría las excelentes interpretaciones que realmente te atrapan y llegan a emocionar, y el mensaje o moralina de transfondo de la historia, que personalmente me agrada mucho (soy humanista cinéfilamente hablando). Sólo por éstas se merece un notable.

El gusto por la literatura rusa que Kurosawa heredó de su hermano Heigo le condujo a adaptar la novela “El idiota” de Fedor Dostoievski, uno de sus autores preferidos, publicada en 1868. Su predilección por este escritor era del todo esperable, pues en su filmografía siempre destacó por profundizar en el análisis psicológico y moral del ser humano. Kurosawa explicaba que: “la gente hoy no lee demasiado, por lo que hay que intentar conducirles hasta la literatura por medio del cine”. De todas las obras del escritor ruso escogió aquella cuyo protagonista mejor expresaba el paradigma de la bondad humana. Kurosawa trasladó la acción de la Rusia zarista al Japón de la época del rodaje sin voluntad alguna de retratar la miseria que ya había plasmado en otros films anteriores.

Tras ser indultado de una condena a muerte, el joven Kinji Kameda (Masayuki Mori) viaja desde Okinawa a Sapporo para visitar a un pariente que le oculta la posesión de una herencia de 125 acres de tierra. En el trayecto conoce a Akama (Toshiro Mifune), un hombre pasional que está enamorado de Taeko (Setsuko Hara), una mujer de semblante triste prometida en nupcias con el pusilánime secretario Kayama. Durante la cena de celebración de su aniversario, Taeko, con la ayuda de Kameda, rompe su compromiso de boda al descubrir los sórdidos intereses que tienen todos los que participan de este matrimonio pactado. Desde ese instante Kameda, en virtud de su honestidad y su buena fe innatas, se convertirá en objeto de envidias y admiraciones por parte de toda la comunidad que le rodea.

El resultado es un film acusadamente literario, dentro de su propia estructura narrativa, lo cual no significa que no sea interesante, aunque puede carecer de cierta fluidez, en mi opinión, demasiado lastrada a la fidelidad del original. El ensamblaje de imágenes y diálogos aparecen un tanto asfixiados por la explicación. El cineasta siente tanta admiración y concede tanta reverencia al texto original que parece sentirse inseguro de su propia capacidad para ponerlo en escena. Según sostenía el propio Kurosawa, con esta adaptación trataba de reflejar con la mayor fidelidad posible, la densidad y la riqueza que se ocultan tras las páginas de este escritor ruso. Ello le condujo a montar un film de más de cuatro horas que los distribuidores dejaron en 166 minutos, “El idiota” se ha convertido en la película más discutida y polémica de su autor. A pesar de todo la cinta posee un notable interés por las inquietudes humanísticas del cineasta nipón.

Realmente no sé qué hubiese pensado Dostoievski de la adaptación de Kurosawa sobre uno de sus personajes icónicos, lo que yo pienso es que no me convence. No me convence el personaje, ni la historia, ni la manera en la que están narrados los hechos y, mucho menos, los diálogos. Kurosawa consigue que sus películas fluyan cuando incluye teatralidad en las escenas. La primera parte de la película, vista como una obra de teatro, es convincente, con diálogos fuertes y llevando al espectador hacia la cabeza de Kameda, un tipo que, ante la visión de la muerte, comprendió la verdad de la vida. Pero la segunda parte es un galimatías, con diálogos absurdos y escenas deslavazadas. Yo, personalmente, siento no ser tan culto como para entender esta parte final de la película, pues cualquiera de sus desavenencias escapan a mi comprensión.

De todos es sabido el amor de Kurosawa por los clásicos, sobre todo de Shakespeare, sin embargo en esta ocasión el cineasta japonés se arma de valor para plasmar en fotogramas la extensa obra de Dostoievski "El idiota", tan ardua labor da como resultado esta cinta de interpretaciones soberbias ambientada en Japón, sin embargo la extensión de la obra parece haber pesado en demasía en el metraje produciendo que esta sea densa, e incluso farragosa por momentos, aun así otra buena adaptación de Kurosawa.