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La sal de la tierra

Drama La huelga que protagonizaron unos mineros de Nuevo México supuso una dura y amarga batalla, pero contaron en todo momento con el apoyo de sus mujeres. Controvertido melodrama semidocumental en el que intervienen personajes reales, pero que tuvo que afrontar innumerables problemas durante y después del rodaje: el director, el productor, el guionista, el compositor y el actor Will Geer figuraban entonces en la "lista negra" del Comité de ... [+]
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
2 de marzo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Sal de la tierra es una película única e irrepetible.

Durante la caza de brujas del senador McCharty en los años cincuenta se produjeron episodios verdaderamente lamentables. Directores, actores y guionistas que debían delatar a sus compañeros de profesión por el simple hecho de pertenecer a una ideología que no era aceptada durante la guerra fría. Tampoco había que ser estrictamente comunista para ser rechazado por Hollywood, con que uno profesara en público ciertas simpatías por algún movimiento social eran suficientes para entrar en la lista negra. Si un cineasta entraba en la lista negra del comité de actividades norteamericanas, seguramente no volvía a trabajar en Hollywood. El señor McCharty y sus acólitos se encargarían de ellos.

Una de las producciones más hermosas e insólitas que se dieron en aquellos años fue la sal de la tierra, rodada en el 1954 por Herbert J. Biberman y completada con multitud de miembros que pertenecían a la dichosa lista negra. En el reparto mismo encontramos a Juan Chacón, que no era actor sino un miembro del sindicato, y había participado en la huelga de mineros en Silver city en Nuevo México. La película retrata precisamente estos acontecimientos de la huelga. Que una película tratara este tema ya resulta un acto de valentía inigualable.

La obra combina el documental con la ficción. El interés está en retratar el hecho real que tuvo lugar en Nuevo México con el mayor verismo posible, y por eso se utiliza a actores que la mayoría no son profesionales, sino auténticos mineros. No es de extrañar encontrar en la película una mezcla lingüística más que curiosa. Los intérpretes utilizan indistintamente el castellano y el inglés, como una manera natural de expresión. La poética de la película está bastante clara y alejada de la ficción del cine clásico norteamericano: Lo importante es mostrar los entresijos de la huelga, mucho más que mostrar algún tipo de relato clásico.

La película utiliza la voz en off de la protagonista principal, la actriz Rosaura Revueltas. Sí, sin duda, otra de las características más elogiables del film es el protagonismo que le otorga a la mujer, que no se convierte en un ser anclado bajo la sombra de su marido, sino que recoge unas responsabilidades enormes, llegando a ser el motor auténtico de la huelga, una vez han prohibido a los hombres que actúen como piquetes.

La denuncia social de la película alcanza una gran variedad de registros. El motivo principal de la huelga es las pocas condiciones de seguridad que encuentran los mineros en la mina, después de que más de un accidente se haya producido sin que los superiores hayan movido un ápice por arreglar las cosas. Evidentemente la vida de un minero no vale lo suficiente como para dotar a la mina de una seguridad mínima. Pero la película no se queda aquí, sino que sigue registrando los demás incidentes. El racismo también hace acto de aparición. Nuestros personajes principales son mestizos o de origen mexicano, lo que condiciona el salario y las condiciones en las que deben subsistir. A diferencia de los otros compañeros de la mina de origen puramente norteamericano (si este origen tiene algún tipo de sentido, puesto que en realidad Los Estados Unidos son un país de inmigrantes), los mexicanos no tienen derecho a agua caliente. Como vemos, este problema racial tiene aún mucha vigencia y sigue dotando a la película de una gran fuerza.

Pero además la película dignifica el papel de la mujer, hasta unos extremos insospechados para el año de producción del film (1954). Rosaura Revueltas (haciendo honor a su apellido) interpreta en el film el papel de esposa de Juan Chacón. Como mujer de la época, se ve obligada a cuidar de la casa y mantener a los hijos. Pero poco a poco las mujeres se irán uniéndose para que este papel denigrante vaya cambiando. Cuando los hombres se vean obligados por la ley a abandonar el papel de piquetes, serán las mujeres las que se encargarán de realizar la revuelta, para llevarla hasta el éxito final. Por otra parte la película también hace hincapié en este rol tradicional de la mujer como ama de casa, demostrando en una secuencia casi cómica lo injusto de ese trato. Juan Chacón y un compañero suyo han adoptado los trabajos de sus respectivas mujeres mientras estas están en la huelga, y comentan lo arduo y duro que es el trabajo de la mujer, que hasta ahora habían infravalorado.

Por otra parte la película tiene detalles de gran interés. La policía aparece representada como un fiel esclavo de los grandes poderes (los empresarios de la mina) y no como el papel de ayudar al pueblo, que debería ser el que le pertenece por origen. Los empresarios de la mina actúan de todas las maneras posibles para conseguir sus objetivos, incluyendo agresiones físicas.

http://neokunst.wordpress.com/2014/03/02/la-sal-de-la-tierra-1954/
Kyrios
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13 de septiembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La sal de la tierra" trata sobre la lucha conjunta entre hombres, mujeres y niños de clase trabajadora frente a un conflicto común. Pionera para la época por su carga feminista, pone sobre la mesa la cuestión del trabajo doméstico y la necesidad de organización de las mujeres obreras ante la explotación y opresión -de clase y género- y ante la subestimación de sus compañeros. La narración va señalando actitudes machistas que dividen la lucha y que, como en la vida real, sólo pueden revertirse promoviendo la igualdad de sexos y la solidaridad de clase.

Por su parte, el rodaje de la película no fue precisamente un camino de rosas. Además de no contar con financiación externa, el equipo sufrió ataques físicos, control policial, campaña de denigración por parte de la prensa y hasta la deportación a México de la actriz protagonista, Rosaura Revueltas. La posproducción se hizo de forma clandestina y, finalmente, tras su estreno, la película fue censurada por la mayoría de los cines estadounidense. Biberman, víctima de la caza de brujas, ya había sido encarcelado por sus ideas políticas y por negarse a declarar ante el Comité de actividades Antiamericanas pero, desgraciadamente, esta película le costó el veto definitivo por parte de la industria cinematográfica.

En definitiva, "la sal de la tierra" es un clásico que, con todas sus limitaciones técnicas y los años que nos separan, sigue más vivo que nunca.
Caturla
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15 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por una vez da igual que la película esté bien hecha, que esos piquetes parezcan mejor o peor filmados, da igual que la actuación policial sea creíble, si la cámara está bien puesta o no, los planos fijos o la calidad de las interpretaciones: por una vez lo más importante es el mensaje y la valentía de un realizador que se pone detrás de la cámara a mediados de los cincuenta para apoyar la lucha obrera. No es lo mismo hacer una película ahora que entonces, "La sal de la tierra" sale a la luz en pleno choque entre bloques. Estamos hablando de una época en la que ser denunciado por comunista te podía llevar al exilio como mal peor, eso si no te acusaban de un delito contra el Estado con pena de cárcel.

¿Podría ser entendido por comunista algo así?; supongo que no, porque el factor racial y de género es tan decisivo como el estrictamente laboral o sindical. Supongo que no podrían ser acusados de comunistas porque esos obreros sólo quieren mejorar sus condiciones, no quieren destruir el sistema o cambiarlo (aunque esa sería la mejor solución para la mayoría) y ciertamente la aparición del factor feminista es lo que le da esa distancia. Porque son ellas las protagonistas, son quienes dan el verdadero empujón a la huelga y quienes protagonizan el éxito. Ellas, de cuyo vientre salimos todos, que trabajan a tiempo completo puertas adentro de casa, el sexo débil dicen, son ellas quienes de nuevo le dan la vida a quien lo necesita.

"La sal de la tierra" es contundente, es por momentos tosca, carece de una producción que le hubiera dado otras formas. Pero funciona, tantos y tantos años después podemos (y debemos) ponernos del lado de los luchadores, en el lugar de la dignidad. Dan ganas de cerrar el puño y gritar consignas a su lado caramba!!!
Luisito
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21 de agosto de 2008
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recomiendo ampliamente esta película para todo aquel espectador que goce de averiguar o bien de conocer un poco de la historia que viene arrastrando un país como México con dos aspectos en específico que es la discriminación racial, como la desigualdad entre hombres y mujeres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
alma
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17 de septiembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La clase obrera ha sido retratada en el cine infinitud de veces, pero en sus inicios, teniendo en cuenta la censura y la mentalidad cerrada de principios del siglo XX (cuando los blancos y los negros se montaban en distintas partes del autobús y cuando las mujeres no tenían derecho a participar en el sufragio en muchos países) fue retratada de una forma no muy verídica, hasta que llegó el denominado Cine Militante. “Los hombres de Arán” y “Octubre” fueron películas que Franco denominaría de izquierdas y que en un país como España no pudieron estrenarse, nótese que, respectivamente, el primero es un largometraje inglés y el segundo soviético.

El posicionamiento político de una obra audiovisual suele implicar que los guionistas y el director estén a favor del mensaje global y del contenido explicito que va a ser mostrado. El día que Hoover vio “La sal de la Tierra”, horas más tarde, Herbert J. Biberman fue añadido a la lista negra ó caza de brujas.

La persecución era brutal, empleando la estratagema del comunismo, los mismos mandamases que gobiernan al presidente de los Estados Unidos de América como si fuera un títere o incluso lo asesinan públicamente con cámaras grabando (John Fitzgerald Kennedy) censuraban todos aquellos largometrajes (o cortometrajes, mediometrajes, pinturas, esculturas, lo que sea…) por el simple hecho de mostrar una postura ideológica que pudiera restar valor al sistema político de entonces o motivar a los ciudadanos, en especial a los obreros, a que abrieran sus mentes y lucharan por recibir algo más de libertad e igualdad.

1954. Nuevo México. Una mina da empleo a más de cincuenta trabajadores que se parten la espalda día y noche para ganar un sueldo con el que a duras penas les da para mantener a sus propias familias. El desencadenante, un accidente que está a punto de cobrarse la vida de un minero, destapó las miserias de las pésimas condiciones laborales de los empleados, quienes a riesgo de perder la vida trabajando, seguían haciéndolo para que no les faltara el pan a sus hijos.

Pronto, los hombres que ocupaban los puestos altos en la mina, para seguir ostentando posiciones y sueldos privilegiados, abusaron de la jerarquía, distinguiendo entre empleados latinos y caucásicos, amenazando con despedir a aquellos que se rebelasen en contra del capataz y de sus absurdas órdenes, destinadas a perpetuar la sociedad de clases.

Una coalición de mineros y esposas de mineros comienzan una huelga con el propósito de exigir lógicas y buenas condiciones laborales. Todos ellos son tachados de agitadores, la policía es avisada y en poco tiempo empiezan a ser encarcelados muchos miembros, aparte de ser embargadas las posesiones de los más conflictivos, como es el caso del protagonista.

¡Qué irónica la unión entre cine y vida real, pues a causa de “La sal de la Tierra” su director fue encarcelado, tras un juicio contra él! Y yo me pregunto ¿Qué tipo de actividad criminal cometió ese hombre? ¿Acaso no fue la cámara, el arma del delito? ¿Acaso no es delito juzgar a alguien por el simple hecho de sacar las cámaras a la calle para contar al mundo una historia cercana, que podría ocurrir, que podría haber ocurrido? ¿Por qué estaba Hoover enfadado con Herbert J. Biberman? Porque Herbert era sincero, defendía causas justas, se atrevía a hablar de lo que nadie hablaba y empleaba el arte del cine como herramienta de guerra. ¿Qué guerra? La de la igualdad obrera.
Pep
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