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Algunos hombres buenos

Intriga. Drama El teniente Daniel Kaffee es un joven y prometedor abogado de la Marina que tiene una excelente reputación. Sus superiores le confían la defensa de dos marines acusados de asesinato. A primera vista, el caso no parece complicado. Pero cuando tenga que vérselas con el Coronel Nathan R. Jessup, Comandante en Jefe de la base de Guantánamo, saldrán a la luz nuevas pistas que harán que el caso adquiera dimensiones insospechadas. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 114
Críticas ordenadas por utilidad
13 de octubre de 2008
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de las mejores, por no decir la mejor peli que he visto (muchos me criticarán por decir esto), pero sus actores estan todos en unas de sus mejores interpretaciones, el guión es de lo mejorcito de las últimas 2 décadas y desde luego sus últimos 20 minutos (sin desmerecer al resto de la película) son dignos de estar en el Olimpo del cine.
De los actores, por supuesto destacar a Jack Nicholson (es un genio), pero Tom Cruise está ante su mejor papel de siempre con diferencia, Kevin Bacon en su linea de calidad, Kiefer Sutherland lo borda y Kevin Pollak da la réplica como nadie en el viaje a Guantánamo (ya famoso antes del 11-S). Hasta un desconocido Noah Wyle (Dr. Carter en la serie Urgencias) tiene una de las frases más graciosas de la peli. Lástima de Demi Moore (sin hacerlo estrepitosamente mal como otras veces) cuyo personaje metido con calzador solo servía para la escena de cama con Cruise y que debido a la duración de la peli fue suprimida.
En resumen, una peli muy entretenida (hasta en la tele con anuncios engancha) y con unos diálogos vertiginosos y afilados que gustan incluso a los objetores de hace años.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Almejamac
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11 de agosto de 2008
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Va!!!!!......Tom Cruise, me decía cuando salió la película........una mierda, pensé. ( claro que por entonces tenía, cuantos?, 11 años?...pero aún así veía muchas películas)
Hoy, 11 de Agosto del 2008, 16 años después, y me encuentro con una de las mejores películas en su género!!!!!!!!!......dios!!!!!.....pero como me he podido perder esta película?!!!!!......supongo que tenía que pasar este tiempo para entenderla ( algunos somos un poquito cortos).....pero como he disfrutado de esta película, se la recomiendo a todo el mundo, porque aunque dure 136 min. no se le hará larga, es más incluso desearia que filmen más películas como esta...para todo aquel que no la ha visto, disfrútenla!!!!
artorius
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20 de agosto de 2011
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de machos vociferantes que se escupen saliva mutuamente en duelos dialécticos sin solución de continuidad. El protagonista es un abogado que, atención ( os aviso porque seguramente nadie se ha dado cuenta aún de este detalle), requiere un bate de baseball para pensar. No importa. Tom cruise es tan chulo y le sienta tan bien el uniforme de marinerito que, por mí, como si reclama una sombrilla playera. Lo que haga falta con tal de que el fiera éste piense. Luego está Jack Nicholson haciendo de supergeneral divino de la muerte que se merienda un pelotón de marines sin pan antes de desayunar, un tío que vive en la frontera de Guantánamo donde la ambigüedad campa a sus anchas y todos los cubanos son pardos. Pues bien, estos dos fenónemos de la naturaleza acaban enfrentados como si se tratara de un caballero de bronce y un caballero de oro. En el camino, entretanto, nos encontramos a Demi Moore que representa a la Diosa Atenea y protesta siempre enérgicamente y a Kiefer Sutherland y a Kevin Bacon que podrían representar, por así decirlo, a los caballeros de acero, es decir, unos tíos muy guapos pero que realmente nadie sabe qué es lo que hacen ni qué pintan en la trama si al final es siempre Seiya el que se los carga a todos.

Tras esta presentación, mucha gente pensará de modo equivocado que esta película es una comedia de las gordas. Error, craso error. Hasta nuestro colega Sines crúpulos afirma que no se la cree ni el tato. Amigo Sines Crúpulos: no sea usted tan mijita y haga honor a su apodo porque lo cierto es que esta película está llena de combates tan épicos que ni Clint Eastwood mascando goma de regaliz a caraperro. Lo que pasa es que usted seguramente es más de Bola de Dragón y por eso no comprende los códigos de honor paramilitares que maneja esta delicia del séptimo arte. Tom Cruise, de hecho, se pasa toda la película intentando alcanzar el séptimo sentido y , al final, no tiene más remedio que elevar su cosmos hasta el infinito para derrotar al patriarca que se ha apoderado del santuario. Porque , amigos, eso es lo que es esta gran película: una lucha fratricida para preservar la libertad y la justicia a este lado del vallado.

Pues eso amigos: peliculón, peliculón de los gordos, tan burra como la saga de las doce casas y casi igual de divertida.
glothisman
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30 de julio de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las dos escenas iniciales delimitan cual va a ser el territorio temático de la película. Una es una exhibición, que sirve para presentar los títulos de crédito, donde los soldados realizan con sus armas una impresionante serie de ejercicios malabares al son de una popular marcha militar, y sugiere la idea de una maquinaria perfecta, deudora de una férrea y estricta disciplina. La otra escena muestra a dos marines de la base americana en Guantánamo, Cuba, aplicando un severo castigo a un compañero, que nos advierte que bajo la apariencia brillante y majestuosa de los desfiles, existe un submundo sórdido y tenebroso… que contribuye, a la vez, a descubrir que existen normas que no están escritas en el reglamento militar… como el “código rojo”.

El film denuncia el enfrentamiento de dos códigos de conducta dentro del ámbito militar: el que está sancionado por la ley y otro que rige en la vida cotidiana de los soldados. También de dos formas de entender el servicio a la patria: la que exige limpieza en los métodos y otra que no duda en apelar a procedimientos ilegales, convencida de que el film justifica los medios. Rob Reiner es un sólido cineasta que ha demostrado su pericia en géneros diversos, desde la comedia hasta el melodrama, incluyendo el terror. En esta ocasión es un interesante film judicial de gran presupuesto y grandes estrellas que, en mi opinión, realizan un buen trabajo, y que aborda temas decisivos como el honor, el deber, la dignidad y la honestidad.

Basada en una obra del dramaturgo Aaron Sorkin, que llegó a más de 500 representaciones en Broadway y adaptada por él mismo. El teniente Daniel Kaffee (Tom Cruise) es un joven abogado, algo frívolo, marrullero y pactista, que junto a una bella jurista, capitán de Navío (Demi Moore) se hacen cargo de la defensa de dos marines acusados de asesinato. Cuando decide llegar al fondo y enfrentarse al coronel Nathan R. Jessup (Jack Nicholson), un arribista, altivo y pretencioso oficial, deberá jugarse su carrera agobiado por la memoria de su padre que no deja de atormentarle, y en busca de la verdad que devendrá un emocionante interrogatorio al comandante en jefe de la base, sin duda lo mejor del film.

Aunque hay una cierta ambigüedad en todos los personajes, pues ninguno es bueno totalmente. También se critica ese ciego concepto de disciplina convertida en código de honor para los soldados (lo que llamamos vulgarmente “un lavado de cerebro”), los dos acusados son como individuos robotizados que se aferran a ese código. Pero la película en el fondo, es mucho más conservadora de lo que pudiera parecer, a pesar de que no gustó en el Pentágono. Pues no se propone atacar el estamento militar sino que el mismo estamento retirará las manzanas podridas como este impresentable coronel, es decir, la raíz del problema ha estado en las conductas individuales y nunca en el propio sistema. Y lo que se impone después de todo es el aparato legal norteamericano.
Antonio Morales
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1 de enero de 2010
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ejército, la profesión castrense, está tan rodeado de polémica como de fascinación. Ser soldado u oficial en esa institución destinada a la protección y la defensa estatal es algo denigrado, a veces admirado, y en cualquier caso perseguido por los prejuicios. Yo más bien me inclinaría a pensar en lo primero y en lo último. Muchos ven con malos ojos ese cuerpo constituido por unas jerarquías férreas y tajantemente definidas, con superiores y subordinados en una pirámide de disciplina y obediencia que la mayor parte de los ciudadanos no estamos por la labor de aceptar de buen grado. Yo sería incapaz de someterme a semejante régimen. Pero también intento comprender a quienes lo ven como su medio ideal de vida, como su ideal y su realización personal. Es positivo que haya quienes sientan la vocación militar, porque alguien tiene que estar preparado para actuar en caso de catástrofes y conflictos a gran escala, así como para asumir la defensa en caso de que seamos invadidos o se nos declare la guerra (Dios no lo quiera nunca). Yo nunca habría sido soldado (nada más lejos de mi naturaleza), pero respeto la profesión en sí.
Lo malo es que en todas las profesiones hay personas que se extralimitan, que mancillan la dignidad de su oficio, y/o que aprovechan su cargo para cometer atropellos, amparándose en su aparente respetabilidad, impunidad y en lo imponente del puesto que ocupan. Olvidan que nadie está en este mundo para servir a los demás ni para ponerse a los pies de nadie, ni para arrastrarse ni humillarse. Olvidan que todos, de partida y sin distinción de sexos, razas, credos ni otros rasgos que no deberían suponer discriminación (sólo nuestra propia forma consciente y asumida de actuar y de portarnos con los demás es lo que debería determinar el trato que los demás nos dispensen a cambio), tenemos derecho a ser tratados en un plano de igualdad. Tengamos los gustos que tengamos, el físico que sea, y seamos como seamos, mientras no hagamos daño malintencionado a nadie con nuestra forma de vivir, nadie tiene derecho a señalarnos, a imponernos nada ni a decidir si somos dignos o no.
Casos de discriminación injustificada, injusta y hasta con consecuencias graves se dan desafortunadamente en todas partes. Rob Reiner expone un drama judicial sobre un caso de atropello en el seno de la Marina estadounidense, y ahonda en algunos de los pilares podridos en los que se asienta nuestra muy imperfecta civilización.
Vivoleyendo
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