Star Trek V. La última frontera

William Shatner se pone detrás de las cámaras en esta quinta entrega de "Star Trek"; en un desértico planeta, Sybog un vulcano (que resulta ser hermanastro de Spocjk) rompe con la pacífica filosofia establecida por su pueblo y organiza una rebelión. Su intención es encontrar a Dios a quien cree haber encontrado su paradero, ignorando que es un ser alienígena. Incluso los Klingon, en fase de tregua, serán presos de las intenciones de Sybog por alcanzar su objetivo.

Goza de una excelente introducción en donde Kirk alardea de sus nociones por la escalada en parajes naturales, aunque la veteranía empieza a hacer mella en todo el reparto. No obstante esta quinta entrega sigue fiel a su sentido de la acción y la aventura.

Apuesta muy arriesgada por parte de la saga. Encontrar a Dios... un debate teológico tremendamente interesante, pero hay un problema: no puede dejar indiferente a nadie. Al final, todo el argumento se queda en "mucho ruido y pocas nueces" y creo que es lo mejor, dadas las circunstancias.
Tiene otro par de debates interesantes, como el de la eutanasia de McCoy o el de Kirk, que dice que los errores que cometemos en la vida son parte importante de lo que nos hace ser lo que somos.
Entrañable el trío Kirk, McCoy y Spock en el campamento.
Algo que no me gustó nada es la entrada de Sivok en el Enterprise. ¿430 personas en la nave y nadie atento a la llegada de la lanzadera? Sobretodo cuando, además, se estrella. ¿Nadie va a socorrerles? Aparte de que muchas escenas y situaciones son, francamente, un poco ridículas.
No hay mucho más que destacar.

El renegado vulcano Sybok (Laurence Luckinbill) se ha hecho con el control de la cuidad de Paraíso en el planeta pacífico Nimbus III con la intención de tomar la nave U.S.S. Enterprise y hallar al mismísimo dios Zakarrin en un planeta más allá del centro de la galaxia.

¿Quién es este maniaco que dice ser un enviado de dios ? Se trata nada más, ni nada menos que el medio hermano de Spock, con todos los poderes que poseen los vulcanos.

Ahora el capitán Kirk (William Shatner) y a su tripulación lucharan por recuperar su nave y salir airosos de tan increíble aventura.

El actor Leonard Nimoy dirigió las últimas dos entrega, "Star Trek III: The Search for Spock" (1984) y "Star Trek IV: The Voyage Home" (1986), de forma exitosa en la taquilla, que es lo que finalmente cuenta.

Ahora le toca el turno a William Shatner, que ya había dirigido diez episodios de la serie de televisión "T.J. Hooker" (1982-1986) en donde él es el protagonista principal.

El film fue todo un éxito de taquilla, pero Shatner recibió unas duras criticas en su actuación, dirección, el guion y en manejo de la parte técnica. ¡Nada, no se puede complacer a todo el mundo!

La película tuvo un presupuesto de $28 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $70 millones, más $37 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió seis nominaciones a diferentes premios en festivales de cine, de los cuales ganó tres de ellos.

Posiblemente la peor de la saga. Es mejor empezar así porque aunque tampoco sea una secuela con la que tirarse de los pelos, el argumento a veces, detrás de toda la metafísica, es vacuo. Otras partes de él, en cambio, son interesantes a su manera, especialmente la comparativa (que siempre estuvo de manera velada en Star Trek) entre los exploradores que un día se lanzaron al descubrimiento de nuevas tierras (durante prácticamente toda la Edad Moderna y Contemporánea) y los futuros exploradores del espacio, como símbolo de la ambición (sana o no) de nuestra especie, ya sea por cuestiones puramente materiales de conquista y expolio, o de otra clase (pura curiosidad humana, las ganas de conocer, de traspasar las fronteras que se les imponen).

Artísticamente volvemos a tener un trabajo a la altura de la saga: efectos especiales logrados, música manteniendo ese ambiente propio de Star Trek, las interpretaciones... una mejores que otras. A William Shatner se le sube un poco a la cabeza no sólo ser el director, sino el capitán Kirk, y su personaje cada película parece más un Chuck Norris del futuro, que el capitán original de la serie que tanta confianza desprendía al dar las órdenes en el puente de mando del Enterprise. No por lo duro que era, que a veces también, sino sobre todo por sus dotes de mando y sacrificio.

A ratos la película te hace pasar por el aro, pero en otros momentos también te hace dudar si no le habrán dado el guión a un pastor evangélico para que lo revisara (en todo momento también hay una discusión teológica transversal al resto de asuntos). Al final, esta es de todas las películas, la que más se parece a un capítulo largo de la serie (y no de los mejores). William Shatner no alcanza a su compañero de reparto Leonard Nimoy en cuanto a dirección, dejándonos una cinta que se deja ver pero más bien creo que a pesar de Shatner y no gracias a él. Poco más que una mera distracción si no eres fan de Star Trek.

No obstante tiene algunos pros que le hacen ser más digerible, como su enfoque hacia el entretenimiento detrás de tanta metafísica, cosa que suple otros problemas; unos personajes principales a los que ya le hemos cogido cariño y un par de elementos más que puede que nos levanten curiosidad, esa curiosidad humana para animarnos a ver "La Última Frontera" si Star Trek te está enganchando.

La saga clásica de "Star Trek" tocó fondo en esta quinta entrega dirigida por William Shatner, o mejor dicho el capitán Kirk, aunque la culpa de esta debacle no fue suya, si no de un guión descafeinado ausente de toda épica y en el que ni siquiera nuestros queridos personajes hacen gala de su radiante carisma.

El desarrollo de acontecimientos es incoherente y no provoca la más mínima tensión, y el villano de turno queda relegado a un segundo plano, incluso por detrás en relevancia de las excursiones campestres de los protagonistas. Una piedra en el camino galáctico que marcó el inicio del fin de la tripulación original del Enterprise.

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