Si decido quedarme

Curiosamente una de las películas que más me llamaban la atención de este año era esta, pero tras los malos comentarios y críticas de la gente decidí prevenir pese a mi afición al cine de Chloe Grace Moretz. Esperé a verla y al final me ha resultado una de las peores películas románticas que he visto en mi vida, la peor de Moretz y de lo peor del 2014. La sencilla razón es por lo artificial que resulta la historia con un montaje confuso e irregular que se solventa por el buen tratamiento dramático de la parte trágica pero se hunde por lo asquerosamente empalagosa que resulta la parte romántica. Sin apenas emoción en escenas pretenciosas resulta ser una película previsible, larga y con sobreactuaciones dignas de mencionar en especial de los padres de la chica donde la vergüenza ajena abunda por todos lados. Aparte de copiarse en toda la parte trágica de la infravalorada The lovely bones lo hace de peor manera, sin emocionar y mucho menos sin un poderío visual que sí tenía Peter Jackson. El señor Cutler no sabe hacer una cinta que de una manera tan pobre narrada resulta más un telefilm que un drama conmovedor, una cinta previsible más que un arriesgado drama como quieren venderlo. Moretz tiene un par de momentos buenos pero resulta escasamente artificial sin emoción alguna y es una lástima porque veía mucho futuro en esta chica pero si se dedica a hacer cine de este tipo y de esta calidad acabará en el olvido. Decepción.

Cutler utiliza un drama para hacer una película sobre adolescentes. No está mal. Al final lo importante no es tanto si ella se queda o no, sino las historias que ha vivido antes, sus relaciones sociales, bastante curiosas por otro lado, ya que son los mismos padres los que tienen que animarla a salir. Poco se habla en realidad de la pérdida. Chloe está bastante correcta. Es una actriz que tiene mucho potencial, aunque no en esta película. Se le queda un poco "aburrida", tiene papeles mucho mejores. Aún así todos trabajan bastante bien y la B.S.O. no está nada mal. Es un drama adolescente. El guion no tiene apenas sorpresas, pero se puede ver. Al menos para una vez no está mal.

(Perdonen la falta de acentos, es el teclado ingles.)

Si decido quedarme es otro intento más de llegar al publico adolescente (al menos, el femenino) con chicos inalcanzables (aqui, un roquero), una chica atractiva pero tampoco la belleza personificada (porque hay que destacar al chico... si ese es feo, la pelicula fracasa) y un argumento sentimentaloide no apto para diabeticos. El problema de Si decido quedarme es que mientras que en la lacrimogena Bajo la misma estrella las interpretaciones son buenas y el ritmo es el adecuado, aqui todo cobra la apariencia de un telefilm.

Vayan a verla si les sobra el dinero y quieren gozar del ridiculo ajeno. Si no, sobreviviran sin verla.

Para la gente que piensa que esta es una pelicula estilo "Bajo la Misma Estrella" dejenme decirles que no lo es. Es una película con lo más trillado de los romances adolescentes con el cursilerismo total al estilo Disney. La mayor parte del reparto no empatiza con el público, o al menos a mí no me convenció los sentimientos de la protagonista y mucho menos el de su romeo.
Al igual que bajo la misma estrella no leí la obra, pero con satisfación a nivel del film esta no me cuadra nada, empezando por ese inicio tan a la carrera, esos flash backs tan melodramaticos y mucho menos ese final tan predecible y malo (espero el libro no sea así de machetero final).

Literatura adolescente llevada a la gran pantalla intentando emular éxitos precedentes de hermanas casi gemelas que circulan y se mueven por sendas tan cercanas, parecidas y, en ciertos aspectos, iguales que podrían ser ofrecidas en un maratón continuo de sesión ininterrumpida y dejarse de tanto cuentagotas aunque, el estreno de ésta ha sido tan cercano a "Bajo la misma estrella" que en la comparativa y expectación, sin duda, sale perdiendo.
Introducción de familia idílica, prototipo de felicidad, comunicación, alegría, sonrisas y salud emocional, todo un ¡guay del paraguay!, cuyo brutal accidente inesperado obligará al espíritu de la joven protagonista en coma a decidir si vale la pena seguir viviendo o si abandona y se deja llevar al más allá, todo ello con alternos flasback de relato y memoria de su inicio, desarrollo y vivencia de su perfecto y romántico amor verdadero expuesto en un tono dulce, cálido, suave, tranquilo y reposado que apenas transmite nada más allá de cuatro momentos de emotividad que puedan valer la pena.
Percepción muy ligera, superficial y nimia para intenciones tan profundas, penetrantes y dramáticas, debilidad que no logra motivar o hacer aparecer la tan socorrida lágrima buscada, alguna mínima implicación o, ni siquiera, un posible y deseado nudo en el estómago pues tus sentimientos no bailarán a ritmo alguno, tus emociones no sentirán ni vivirán intensamente su vida, levedad de una rotativa que pasa a pies juntillas por todo su contenido.
Intenta recrear un impacto ambiental, huella exclusiva y conmoción en sus personajes que nunca se percibe, distancia sensitiva que sólo permite hablar de una visión plácida y relajada, un relato de amor, pérdida, dolor, ilusiones rotas, esperanza que se desvanece lentamente que no alienta frenesí, arrebato o excitación alguna ni motiva otra sensación que su lineal seguida pasiva y apacible.
Tiene momentos puntuales de carisma y delicadeza donde acierta en su empatía interpretativa y expositiva con el espectador pero no sabe explotarlos ni alargarlos más allá de su breve espacio de duración, corto tiempo que sabe a insuficiente para la consistencia y solidez de una historia que habla de hechos tan trágicos y rotundos, no vale ni para adolescentes vírgenes y puros de creencia e ilusión aún innata ni para mayores de corazón sensible e inercia receptiva predispuesta pues deja una sensación de todo-muy-bonito-y-genial pero una evidente e indeseada carencia anímica por falta de empeño, profundidad, energía, carácter y pasión, mucha pasión, énfasis, adrenalina, movimiento y menos belleza espiritual y contemplativa que, está bien y se agradece pero, que por si sola sabe a bocadillo de pan y nada más, sin el ingrediente puntilla que le da ese toque exquisito y mágico de delicia gustativa, vamos, aunque sólo sea ¡un poco de aceite y sal!, pues cada uno de los bocados de esta cena que sólo da para tentempié liviano resultan tan efímeros e insustanciales que apenas recuerdas haber cenado después de ella.
Entretenimiento demasiado vacío y superfluo para lo que vende y promete, la tragedia e incógnita de su elección no te quitará el sueño, es más, que elija lo que quiera..., ¡ya puestos!

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