Foxcatcher
16.202
Drama
Cuando Mark Schultz (Channing Tatum), medallista de oro olímpico, es invitado por el rico heredero John du Pont (Steve Carell) a su magnífica mansión para ayudarle a crear un campo de entrenamiento de alto nivel en el que preparar a un equipo para los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, Schultz dice que sí inmediatamente. La razón es que allí espera poder concentrarse en los entrenamientos y evitar así que su hermano Dave (Mark Ruffalo) ... [+]
7 de febrero de 2015
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ver la película, indagué, me informé del caso por internet, vía wikipedia. La verdad es que es una historia, un caso bastante crudo y duro de asimilar. Aunque, el director Bennett Miller ha conseguido llevar la mar de bien este proyecto hacia adelante. Con un guión escrito a cuatro manos por el actor, productor y guionista Dan Futterman y E. Max Frye. De este director he visto sus dos anteriores films, tales como Truman Capote (2005) con el fallecido Philip Seymour Hoffman y Moneyball: Rompiendo las reglas (2011) con Brad Pitt y Jonah Hill. Ahora nos ha llegado otro caso real. De hecho, la cinta ya empieza con lo de "Basado en una historia real" para tenernos preparados para lo que está por llegar. Con un buen trabajo actoral, ese trío de actorazos que son Steve Carell como John duPont (muy bien caracterizado, con prostéticos y maquillado, casi irreconocible) y Channing Tatum y Mark Ruffalo como los hermanos Mark y Dave Schultz respectivamente. No me extraña las varias nominaciones que ha conseguido a los premios de la Academia, pero en especial tengo que nombrar la nominación de Carell como mejor actor principal. Otra cosa es que lo gane, que tiene muy buenos oponentes, pero quién sabe, puede dar la sorpresa. Y el otro nominado es Mark Ruffalo como secundario, pero también deberían habérselo dado a Tatum, ya que andan a la par en cuanto a interpretación. El film está muy bien, no es de sobresaliente, pero casi, casi. Eso sí, percibo que han habido cortes de metraje en la sala de montaje. Lo digo por ciertas reacciones de los personajes de Mark y John llegado a uno de los puntos críticos de la película, y del que no voy a mencionar nada, pero se nota algo raro en el ambiente. Como una anécdota: Miller en su anterior film reunió en el reparto a Jonah Hill, y aquí vemos que ha contado con la presencia de Tatum. Estos dos actores han sido compañeros de fatigas en las dos entregas de 21 Jump Street (Infiltrados en Clase e Infiltrados en la Universidad).
Tal y como he mencionado al principio, es una película bastante cruda y dura, sobretodo en su tramo final, en el que la tensión se percibe en el aire. Es que la secuencia en la nieve te deja destrozado, es un momento inesperado que te deja petrificado. Y bueno, ese final que le han dado, en mi opinión me ha parecido acertado para un más que notable film. Mi nota final es de 9/10.
Tal y como he mencionado al principio, es una película bastante cruda y dura, sobretodo en su tramo final, en el que la tensión se percibe en el aire. Es que la secuencia en la nieve te deja destrozado, es un momento inesperado que te deja petrificado. Y bueno, ese final que le han dado, en mi opinión me ha parecido acertado para un más que notable film. Mi nota final es de 9/10.
2 de febrero de 2015
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda que FOXCATCHER es una película excelentemente trabajada, tanto por su director BENNETT MILLER, como por el trío de actores. La historia nos narra la relación entre los hermanos (medallistas olímpicos en lucha) SCHULTZ y su “mentor” JOHN DU PONT.
MILLER realiza una dirección bien trabaja, cambiando los diálogos por secuencias cargadas visualmente y llenas de calidad, dotando de un gran peso el trabajo de los actores. Respecto a estos, STEVE CARELL se mete en la piel (nunca mejor dicho) del ínclito DU PONT, dando una vuelta de tuerca a la mayoría de sus papeles y realizando un trabajo excepcional y muy trabajado. Los hermanos SCHULTZ son encarnados por TATUM y RUFFALO y al igual que su compañero STEVE, realizan un muy interesante trabajo.
Después de que todo lo expuesto sea positivo os preguntareis el por qué de mi baja nota. El problema reside que este drama psicológico aunque muy bien realizado y trabajado tiene un resultado demasiado plano, bajo de emoción y poco gratificante. Como curiosidad, es interesante informarse de lo que se cuenta de la verdadera historia que aconteció y el misterio respecto a si existió sexo en aquella complicada historia, cosa que la película no cuenta pero que deja entre ver.
MILLER realiza una dirección bien trabaja, cambiando los diálogos por secuencias cargadas visualmente y llenas de calidad, dotando de un gran peso el trabajo de los actores. Respecto a estos, STEVE CARELL se mete en la piel (nunca mejor dicho) del ínclito DU PONT, dando una vuelta de tuerca a la mayoría de sus papeles y realizando un trabajo excepcional y muy trabajado. Los hermanos SCHULTZ son encarnados por TATUM y RUFFALO y al igual que su compañero STEVE, realizan un muy interesante trabajo.
Después de que todo lo expuesto sea positivo os preguntareis el por qué de mi baja nota. El problema reside que este drama psicológico aunque muy bien realizado y trabajado tiene un resultado demasiado plano, bajo de emoción y poco gratificante. Como curiosidad, es interesante informarse de lo que se cuenta de la verdadera historia que aconteció y el misterio respecto a si existió sexo en aquella complicada historia, cosa que la película no cuenta pero que deja entre ver.
21 de enero de 2015
38 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto diría para definir esta peli en tres palabras.
Sólo porque los críticos señalan con la boca abierta, cual invasores de cuerpos, la gente presta atención a este engendro de talonario. Salen decenas de obras al año mejor interpretadas, mas comprometidas e interesantes. Rindo tributo a Steve Carrell y la excelsa "The office", pero admitámoslo, el merito es de los maquilladores y del chico que le llevaba el café con Valium durante el rodaje. Ponerte protuberancias de goma no potencia las facultades (¡Eso dijo ella!). Me animo a mencionar que el emperador va desnudo ante la ausencia, a día de hoy, de críticas negativas. El resultado se queda en el acabado, lo que llamo "producto retina".
Señores, lo siguiente va por todas estas abominaciones de marketing con las que nos golpean últimamente "El aviador", "Lobo de Wall Street", "La red social", "El gran Gatsby" o "Pancho el perro millonario": ¡¡Estoy harto de lavados de cara de ricachones yankis!! Dejen de intentar dar pena o justificarse corrompiendo venerables directores (Ya lo hacen ellos solitos).¿Qué demonios será lo próximo? ¿Gurtell eleven's? ¿Don ERE que ERE? ¿El Pujolldrino? Cuanto daño hizo Orson Welles...
Dejemoslo claro de una vez, el jodido yonki de John Eleuthère du Pont se montó un gimnasio sólo para follarse un medallista olímpico y no tienen huevos a reflejarlo, además el final real da mucho juego, dos días atrincherado en su casa, no esta porquería edulcorada y censurada.
Sólo porque los críticos señalan con la boca abierta, cual invasores de cuerpos, la gente presta atención a este engendro de talonario. Salen decenas de obras al año mejor interpretadas, mas comprometidas e interesantes. Rindo tributo a Steve Carrell y la excelsa "The office", pero admitámoslo, el merito es de los maquilladores y del chico que le llevaba el café con Valium durante el rodaje. Ponerte protuberancias de goma no potencia las facultades (¡Eso dijo ella!). Me animo a mencionar que el emperador va desnudo ante la ausencia, a día de hoy, de críticas negativas. El resultado se queda en el acabado, lo que llamo "producto retina".
Señores, lo siguiente va por todas estas abominaciones de marketing con las que nos golpean últimamente "El aviador", "Lobo de Wall Street", "La red social", "El gran Gatsby" o "Pancho el perro millonario": ¡¡Estoy harto de lavados de cara de ricachones yankis!! Dejen de intentar dar pena o justificarse corrompiendo venerables directores (Ya lo hacen ellos solitos).¿Qué demonios será lo próximo? ¿Gurtell eleven's? ¿Don ERE que ERE? ¿El Pujolldrino? Cuanto daño hizo Orson Welles...
Dejemoslo claro de una vez, el jodido yonki de John Eleuthère du Pont se montó un gimnasio sólo para follarse un medallista olímpico y no tienen huevos a reflejarlo, además el final real da mucho juego, dos días atrincherado en su casa, no esta porquería edulcorada y censurada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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7 de febrero de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mérito más importante conseguido por Bennett Miller es haber colado “Foxcatcher” en los Oscars como una película comercial al uso, cuando no lo es, hacerse con cinco nominaciones, entre ellas el de mejor director y que vaya a hacer taquilla, es decir, y hablando en plata, se la ha metido doblada al imperio de Hollywood. Porque sin tanto oropel su suerte hubiera sido muy diferente y, con el paso del tiempo, posiblemente se hubiera convertido en film de culto a descubrir. Exactamente lo ocurrido hace algunos años con su “Capote”, ya que ambas además recrean, bajo diferentes prismas, una Norteamérica sombría, en la que el desencanto y la frialdad están siempre presentes, y bajo su aparente patriotismo late una crítica amarga no sólo a la sociedad sino al sistema.
Miller no solamente sabe escribir sino que sabe dirigir, y muy bien. De hecho saca partido de todo lo que le rodea, sabe crear atmósferas y dirigir a unos actores que sublimen incluso a los personajes en que se centra la historia, basada en hechos reales: el apadrinamiento del magnate Du Pont a los hermanos Schultz, dedicados a la lucha libre en su categoría olímpica y que se desarrolla en la década de los ochenta del siglo pasado. Vamos, que del tema de lucha libre o grecorromana lo único que recuerdo haber visto es la mítica escena entre Bates y Reed a la luz de la chimenea en “Mujeres enamoradas” o la película "El luchador" de Aronofsky.
Por eso, a priori, al menos para mí, el tema no parecía demasiado atractivo, pero ha sido una sorpresa que me haya interesado en todo momento. Quizás porque no sólo va “de eso”, hay muchas ramificaciones que brinda su argumento y las sabe mezclar. El pero de su guión, que sabe hilar fino en muchas situaciones, es que da la impresión de que se nos escamotean ciertos datos, sobre todo los concernientes (y ya van no sé cuántas películas que caen en este error) a las relaciones sexuales de sus protagonistas. El mismo Mark Schultz anda en la producción y la familia de Dave Schultz ha colaborado estrechamente, lo cual haya sido un handicap para matizar con valentía sus partes más tenebrosas. Aún así queda claro que el tal Du Pont lo que quería, aparte de montarles un gimnasio y montarlos en el dólar era montárselo con los hermanos Schultz.
Sus actores están muy bien, aunque no sean ninguno de mis favoritos en esta carrera de los Oscars y eche en falta entre los nominados a Gyllenhaal o Spall, por ejemplo. Es más, incluso ya puestos, podían haber nominado a sus tres protagonistas y no dejar de lado a Tatum, en lo que será uno de sus mejores trabajos en años. Se le nota algo verde, pero casa muy bien con su personaje y se nota el esfuerzo. Su banda sonora, tanto la original como los temas elegidos, casi es de lo mejor del film, junto a su dirección artística y su fotografía. Y aunque un reclamo menor, ya que es un papel minúsculo, aunque con tiempo suficiente para dar las pinceladas necesarias, es un placer siempre ver a la gran Vanessa Redgrave. En fin, película con suficientes atractivos para recomendársela a los aficionados al cine y que, a la vez, con muchos obstáculos para que el gran público sepa apreciarla.
Miller no solamente sabe escribir sino que sabe dirigir, y muy bien. De hecho saca partido de todo lo que le rodea, sabe crear atmósferas y dirigir a unos actores que sublimen incluso a los personajes en que se centra la historia, basada en hechos reales: el apadrinamiento del magnate Du Pont a los hermanos Schultz, dedicados a la lucha libre en su categoría olímpica y que se desarrolla en la década de los ochenta del siglo pasado. Vamos, que del tema de lucha libre o grecorromana lo único que recuerdo haber visto es la mítica escena entre Bates y Reed a la luz de la chimenea en “Mujeres enamoradas” o la película "El luchador" de Aronofsky.
Por eso, a priori, al menos para mí, el tema no parecía demasiado atractivo, pero ha sido una sorpresa que me haya interesado en todo momento. Quizás porque no sólo va “de eso”, hay muchas ramificaciones que brinda su argumento y las sabe mezclar. El pero de su guión, que sabe hilar fino en muchas situaciones, es que da la impresión de que se nos escamotean ciertos datos, sobre todo los concernientes (y ya van no sé cuántas películas que caen en este error) a las relaciones sexuales de sus protagonistas. El mismo Mark Schultz anda en la producción y la familia de Dave Schultz ha colaborado estrechamente, lo cual haya sido un handicap para matizar con valentía sus partes más tenebrosas. Aún así queda claro que el tal Du Pont lo que quería, aparte de montarles un gimnasio y montarlos en el dólar era montárselo con los hermanos Schultz.
Sus actores están muy bien, aunque no sean ninguno de mis favoritos en esta carrera de los Oscars y eche en falta entre los nominados a Gyllenhaal o Spall, por ejemplo. Es más, incluso ya puestos, podían haber nominado a sus tres protagonistas y no dejar de lado a Tatum, en lo que será uno de sus mejores trabajos en años. Se le nota algo verde, pero casa muy bien con su personaje y se nota el esfuerzo. Su banda sonora, tanto la original como los temas elegidos, casi es de lo mejor del film, junto a su dirección artística y su fotografía. Y aunque un reclamo menor, ya que es un papel minúsculo, aunque con tiempo suficiente para dar las pinceladas necesarias, es un placer siempre ver a la gran Vanessa Redgrave. En fin, película con suficientes atractivos para recomendársela a los aficionados al cine y que, a la vez, con muchos obstáculos para que el gran público sepa apreciarla.
24 de enero de 2015
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bennett Miller está construyendo con su tercera película un estilo propio de hacer cine. Después de haber visto su primera película (la magistral Capote), y de estar algo perdido con la segunda (Moneyball), comprendo ahora con Foxcatcher que el cine de Miller es casi cine posdramático, cine basado en la observación más que en la narración, cine en el que nada explícito es dicho por sus personajes, pues éstos se limitan a vivir, como pueden, sus tragedias personales.
Foxcatcher es una película incómoda, áspera y fría, una crónica de la América gris contrastada con la cultura del éxito y con la vieja nobleza americana. A través de la historia de Mark Schultz, campeón olímpico junto a su hermano y coach Dave Schultz de wrestling, Miller construye un delicado cuadrilátero de lucha de poderes, de ambiciones y de sesgados traumas emocionales, con la aparición de ese millonario sociópata que es John Du Pont. Miller, en este tenso y delicado triángulo, es capaz de construir una alegoría sobre la vampirización del protagonista por parte de Du Pont, a su vez que éste se erige a sí mismo como un filántropo y modelo a seguir por parte de la América que tanto ama.
En este delicado nudo de relaciones es donde Miller tensa las cuerdas, creando una atmósfera pesada, irrespirable, trágica, que va encerrando a sus protagonistas en un destino cada vez más definitivo. Y su cámara aparentemente estática, su fotografía hermosa en su frialdad, su escaso pero clave uso de la música, envuelve a estos tres seres y a cada espectador en el destino fatal de esta sutil crítica social y gran tragedia personal.
Foxcatcher no existiría como lo que es, si no fuera por los tres rostros que tienen Mark, Dave y John. Tres actores que fácilmente dan de las mejores interpretaciones del año y de sus carreras.
Infravalorado tal vez por el recorrido pasado de su carrera, Channing Tatum entrega su cuerpo a su personaje (como ya hizo, y muy bien, en un registro completamente distinto en Magic Mike). Su composición de Mark Schultz es brutal en lo primario de su carne, pero también en el carácter introvertido, rasgado y rumiante de sus sentimientos. Con murmullos, esquivas miradas, y tensión física, Tatum es capaz de recrear el terror, el asco y el odio al que su personaje es empujado.
No es ninguna sorpresa que Mark Ruffalo es un actor extraordinario. Sin ir más lejos, este año ha noqueado a cualquier espectador sensible en The Normal Heart, Begin Again y Foxcatcher. Y aquí, componiendo físicamente a un personaje de manera perfecta, vuelve a llenarlo de esa humanidad desbordante y transparente, capaz de conmover sólo con cualquier mirada que le dedica a su hermano.
Finalmente, incluso sabiendo perfectamente que Steve Carrell interpreta aquí a John Du Pont, durante el metraje me pregunté muchas veces si realmente el actor que interpreta a este personaje era efectivamente Steve Carrell. No solo desaparece en esta creación, y eso no sólo ocurre por un maquillaje fantástico. Carrell evoca a un ser repugnante, mostrando sin demostrar un mundo interior aciago, traumático y profundamente peligroso. Su interpretación es aterradora a la par que sutil; llena su personaje de contradicciones, de patetismo, de poder, de una aceptada locura. Resulta tan incómodo mirarle como terrible pensar en el desarrollo de sus actos.
Y con estos actores, un director único en su estilo, y una historia insólita y llena de capas de lectura, Foxcatcher es, de repente, una inusual obra maestra del nuevo cine americano.
Foxcatcher es una película incómoda, áspera y fría, una crónica de la América gris contrastada con la cultura del éxito y con la vieja nobleza americana. A través de la historia de Mark Schultz, campeón olímpico junto a su hermano y coach Dave Schultz de wrestling, Miller construye un delicado cuadrilátero de lucha de poderes, de ambiciones y de sesgados traumas emocionales, con la aparición de ese millonario sociópata que es John Du Pont. Miller, en este tenso y delicado triángulo, es capaz de construir una alegoría sobre la vampirización del protagonista por parte de Du Pont, a su vez que éste se erige a sí mismo como un filántropo y modelo a seguir por parte de la América que tanto ama.
En este delicado nudo de relaciones es donde Miller tensa las cuerdas, creando una atmósfera pesada, irrespirable, trágica, que va encerrando a sus protagonistas en un destino cada vez más definitivo. Y su cámara aparentemente estática, su fotografía hermosa en su frialdad, su escaso pero clave uso de la música, envuelve a estos tres seres y a cada espectador en el destino fatal de esta sutil crítica social y gran tragedia personal.
Foxcatcher no existiría como lo que es, si no fuera por los tres rostros que tienen Mark, Dave y John. Tres actores que fácilmente dan de las mejores interpretaciones del año y de sus carreras.
Infravalorado tal vez por el recorrido pasado de su carrera, Channing Tatum entrega su cuerpo a su personaje (como ya hizo, y muy bien, en un registro completamente distinto en Magic Mike). Su composición de Mark Schultz es brutal en lo primario de su carne, pero también en el carácter introvertido, rasgado y rumiante de sus sentimientos. Con murmullos, esquivas miradas, y tensión física, Tatum es capaz de recrear el terror, el asco y el odio al que su personaje es empujado.
No es ninguna sorpresa que Mark Ruffalo es un actor extraordinario. Sin ir más lejos, este año ha noqueado a cualquier espectador sensible en The Normal Heart, Begin Again y Foxcatcher. Y aquí, componiendo físicamente a un personaje de manera perfecta, vuelve a llenarlo de esa humanidad desbordante y transparente, capaz de conmover sólo con cualquier mirada que le dedica a su hermano.
Finalmente, incluso sabiendo perfectamente que Steve Carrell interpreta aquí a John Du Pont, durante el metraje me pregunté muchas veces si realmente el actor que interpreta a este personaje era efectivamente Steve Carrell. No solo desaparece en esta creación, y eso no sólo ocurre por un maquillaje fantástico. Carrell evoca a un ser repugnante, mostrando sin demostrar un mundo interior aciago, traumático y profundamente peligroso. Su interpretación es aterradora a la par que sutil; llena su personaje de contradicciones, de patetismo, de poder, de una aceptada locura. Resulta tan incómodo mirarle como terrible pensar en el desarrollo de sus actos.
Y con estos actores, un director único en su estilo, y una historia insólita y llena de capas de lectura, Foxcatcher es, de repente, una inusual obra maestra del nuevo cine americano.
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