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Chicken Run: Evasión en la granja

6,5
33.944
Animación. Aventuras. Comedia 1959, Inglaterra. En el gallinero de la Granja Tweedy, la gallina Ginger sueña con un espacio más amplio y con la libertad. Cada día, intenta sin éxito escaparse del corral. La valiente Ginger se arma de paciencia y trata de hacer comprender a sus emplumadas amigas que la verja no está en torno a la granja, sino en sus mentes. Sus esperanzas se renuevan cuando un gallo americano, Rocky, aterriza en el corral. Ginger ve entonces en él al ... [+]
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Críticas 41
Críticas ordenadas por utilidad
25 de marzo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2000 y en plena revolución digital cinematográfica, donde incluso los dibujos animados, ó cine de animación, y las grandes productoras (como Pixar) llevaban ya unos años utilizando ordenadores para generar las animaciones, véase Toy Story, Bichos, Pequeños Guerreros... Los estudios británicos Aardman Animatons, en co-producción con la norteamericana Dreamworks Animation, se salieron totalmente del mercado y crearon esta maravilla visual utilizando una antigua técnica artesanal llamada "stop motion", que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

El guión y la historia es un claro homenaje, o parodia según se mire, de un clásico del cine bélico como es "La Gran Evasión" (John Sturges, 1963).
Ambientada a finales de los años 50 en la localidad de Yorkshire (Inglaterra), un grupo de gallinas que se encuentran cautivas en una pequeña granja a modo de campo de concentración, y donde su única esperanza es producir huevos sin cesar para poder sobrevivir, intentan escapar cada dia y por todos los medios de las manos de sus propietarios, el Sr. y la Sra. Tweedy, una malvada pareja bastante peculiar.

Entre ellas se encuentra Ginger, una valiente e inteligente gallina, que siempre está ideando nuevas formas de escapar pero que siempre fracasa debido a la falta de medios y a la ineptitud de sus compañeras. Pronto conocerán a Rocky, un gallo procedente de un circo circense que llega a la granja por casualidad, el cual les dará nuevas esperanzas de poder huir por fin.

La película es muy divertida y entretenida, con personajes muy graciosos como la gallina estúpida que no se entera de nada y que solo sabe coser, el viejo gallo veterano de guerra o los dos escurridizos y simpáticos ratones, cuyo doblaje al castellano corrió por cuenta de la mítica pareja cómica de la radio "Gomaespuma".

El resultado final fue una maravillosa y preciosa película para todos los públicos, hecha con mucho mimo y talento, y todo hecho a base de figuras artesanales de plastilina y mucha, mucha paciencia.

El rodaje de la película contó con un presupuesto de 45 millones de dólares, recaudando después 225 millones en taquilla. También recibió varios premios y nominaciones como mejor película de animación del año 2000.


Tengo que decir que a mi me encanta desde la primera vez que la vi, de hecho, es una de mis películas de animación favoritas.
Gañán Biónico
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25 de febrero de 2007
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absolutamente absurda y absolutamente genial. De las mejores pelis de animación que jamás he visto. Humor británico cien por cien, con unos divertidísimos gags y una animación muy simpática e incluso, innovadora diría yo.

En fin, que espero que los británicos sigan haciendo cine de animación para que se pueda competir con el también, muy buen cine de animación americano, aunque sea con unos cuantos millones menos de presupuesto para producción.
antonio_corleone
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30 de agosto de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que son las cosas. Como suele decirse: “En casa del herrero cuchara de palo” (aunque hay dichos que cambian la cuchara por cuchillo pero el material siempre es el mismo). Según cuenta la historia, la casa Aardman, la mítica compañía que ha dado a luz un listado de auténticas obras maestras, por extraño que parezca, no empezó con el stop-motion ni con la claymation. Para nada. Su origen no se encuentra en la “plastilina” ni la captura fotograma a fotograma. Su primer trabajo, “Aardman”, era un corto de dibujos animados cuyo original, tristemente, se perdió en un incendio para no recuperarse nunca. Fue a partir de ese momento cuando empezaron a trabajar con lo que les haría mundialmente famosos y que a día de hoy se han convertido en santo y seña de un sello inimitable. Su estilo tan peculiar, particular y con el arte necesario para insuflar a sus personajes de un carácter tan convincente hicieron que cada trabajo suyo fuese laureado con el aplauso de la crítica, la ovación del público y consiguiendo todos y cada uno de los premios a los que optaban demostrando que la (imperfecta) perfección tiene una marca registrada. La sensación de contemplar arte, detallismo e impureza a través de la poesía hecha figura (las huellas de los artistas son más que patentes dejando la sensación de cercanía y artesanía a partes iguales).

Después de batallar y trabajar en el mundo del corto, medio donde siempre se han desenvuelto como pez en el agua, su primer largometraje, “Chicken run: evasión en la granja”, tardó bastante tiempo en ver la luz. Está claro que no es lo mismo un fragmento de apenas minutos a algo mucho más serio como una película de larga duración (en comparación con lo que suele durar un corto). No fue hasta el año 2000 que dieron el salto a la gran pantalla estrenándose por “la puerta grande” con esta historia atractiva y original. Lo más importante es que sigue siendo (y estando) fresca. En cualquier historia, aparte de sus personajes, si hay algo que debe primar y funcionar desde los primeros instantes es el guión. Y aquí tanto Park como Lord consiguen, mediante un sinfín de referencias cinéfilas, un filme de exposición extremadamente detallista y contando con una lujosa, minuciosa y ante todo perfeccionista puesta en escena que queda patente nada más empezar. Es lógico que sea “La gran evasión” (John Sturges, 1963) el mayor exponente pues las referencias, los guiños y los homenajes a dicha película pueblan casi toda la película pero también es cierto que el género bélico de aventuras se convierte en la guía que sirve de enfoque a esta historia de altos vuelos y minimalistas detalles, con el deseo de libertad frente a un sistema opresor.

En este caso, el equipo va un paso más allá en lo que a ambientación se refiere. Su mayor interés es dotar a algo tan infantil y tierno como unas gallinas de sonrisa característica y afable forma de ser en auténticas prisioneras de una cadena de alimentación que no duda en acabar con ellas si no dan la productividad exigida por los encargados que regentan la granja. Aardman, en un alarde osado, convierte un simple caserío en un auténtico, triste y bastante siniestro campo de concentración donde las aves protagonistas se encuentran en un auténtico infierno. Encerradas en barracones cochambrosos, rodeadas con alambrada de espino, vigiladas bajo la amenaza de perros guardianes y siendo víctimas de asesinatos selectivos mediante la técnica del hachazo en una de las escenas más terroríficas de todo el filme (lógicamente a través del plano subjetivo para no herir más sensibilidades de las necesarias), está claro que la ambientación aquí lo es todo. En ese aspecto el arte implícito es más que suficiente para plasmar con todo lujo de detalles la tensión del momento, muy bien planificada en más de una ocasión y jugando con los fuera de campo en según qué secuencias para insinuar mejor todo lo que los directores quieren exponer. Claro, también se cuenta con unos villanos que resultan antipáticos en su forma de ser y eficaces en lo que a maldad se refiere. Granjeros reconvertidos en militares cuya estricta forma de ver el negocio lo convierte todo en un auténtico ejercicio deudor del mejor cine de prisioneros de los años 50 y 60. Ella, la líder, podría verse como una versión perversa y maquiavélica de la señorita Rottenmeier mientras que el esposo es el clásico zote que obedece sin plantearse nada en el camino.

Lógicamente, la parte de nuestras heroínas, gallinas lozanas que dentro de sus gallineros son felices bailando y disfrutando de la poca alegría que les queda, es la más visual, la más colorista, la más divertida y por ende la que hace que simpaticemos con ellas desde el primer instante gracias, también, a una gran variedad de caracteres. Y entre todas ellas, animales que no comprenden sus vidas de otra manera que poniendo huevos, como si naciesen con el automatismo activado, está Ginger, una gallina que desea ser libre, poder poner sus huevos cuando ella desee y no cuando se lo digan o dicten. Es el símbolo de la libertad y de la esperanza. Desde luego, no hay duda que la esencia de Steve McQueen en “La gran evasión” se encuentra homenajeado a través de este personaje, de entrañable forma de ser pero de actitud decisiva ante la adversidad (hay infinidad de situaciones donde el actor está homenajeado a la perfección). No se puede negar que al ser una película para todo tipo de público quizás le falle un poco el tipo de humor en ciertos momentos pues se antoja, a veces, un tanto forzado o quizás más infantil de lo necesario pero aún así no lastra el conjunto pues hay tal caudal de calidad en la concatenación de set pieces, tan lograda en su ejecución e inyectando vitalidad en los movimientos de forma tan convincente que los errores de los cuales pueda disponer acaban eclipsados por la maestría de todo su conjunto.

- continúa en spoiler -
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
claquetabitacora
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30 de septiembre de 2005
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solamente por el trabajo necesario para realizar esta película, y que no se note ningún defecto en la superficie de la plastilina, esta película merece la máxima puntuación.
Además, Evasión en la granja es una película que nos adentra en la cooperación, el trabajo en equipo, y la dedicación, objeto de un bien preciado por una comunidad. Las gallinas viven en comunidad y sólo con la ayuda de todas conseguirán ser libres.
Con muchas pinceladas políticas y revolucionarias, contra los poderes opresores y los regímenes totalitarios. Una oda a la libertad y a la unión de un grupo por la individualidad, y la separación de él de un sistema injusto.
Una gran película con mucho trasfondo. Mi co
charliembassy
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14 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece increíble que hayan pasado 20 años desde su estreno. Ésta es una de las películas que más cariño le tengo de mi infancia y, todavía hoy, me encanta. Volver a verla después de tantos años no hace más que confirmar el gran trabajo que pusieron en desarrollarla, un esfuerzo enorme sabiendo que se hizo con plastilina plano por plano.

Hablar de ''Chicken Run'' es volver a la infancia, a aquellos maravillosos años donde veía ésta película, y muchas otras, tantas veces que llegabas a saberte hasta los diálogos de memoria. El tiempo pasó y anoche le volví a echar el ojo, por nostalgia y para rememorar antiguas sensaciones. A pesar del paso del tiempo la cinta sigue tan fresca como el primer día y su calidad no ha bajado nada.

La historia fue un chute de originalidad. Ver como un gallinero planea su fuga ha sido original como poco. Todo ello plasmado mediante plastilina, con un trabajo increíble. Arranca fuerte desde el inicio, dejando claras sus bases y manteniendo el nivel durante todo el metraje. Consigue que nos sintamos parte de esas gallinas en su búsqueda de la libertad y funciona muy bien. Y es entretenida a más no poder. No se le puede pedir más.

Los personajes son pintorescos y carismáticos. Se te quedan en la memoria por su personalidad y aspecto. Todos son diferentes entre sí, formando un puzle variopinto y singular. El gallo viejo, la gallina joven y líder, la tejedora, la grande, la científica o el gallo volador; sin olvidarse de la pareja de humanos que acompañan el relato, también con fuerza y carisma. Forman un grupo curioso y funcional.

Y terminar citando el gran trabajo depositado en la fabricación. Todos los personajes están hechos con plastilina, pero además con gran detalle y calado. No se puede hablar de ésta película sin resaltar un aspecto técnico, en éste caso manual, asombroso. De niño no te fijas tanto en ciertos detalles, solo en divertirte y disfrutar de una trama amena y muy chula de ver.

En resumen ''Chicken Run: Evasión en la granja'' es una película corta, de apenas hora y 20, pero muy disfrutable y recomendada. Serán quienes la vimos en su día quienes más la queramos, ya que hoy en día el camino es otro, pero nadie debería dejar pasar la oportunidad de disfrutar una película tan mítica y bien realizada.

Lo mejor: Es entretenida, la historia y el gran trabajo realizado.
Lo peor: Nada importante.

PD: Tiene una pequeña escena post-créditos donde los ratones debaten sobre la historia del huevo y la gallina muy curiosa.

* Un 7 *
John Kramer
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