Tres días con la familia

La familia. Nadie duda de su importancia en nuestras vidas. Los grandes sociólogos, como por ejemplo Durkheim, llegaron a la conclusión de que era una de las instituciones, socialmente hablando, más importantes que habia en nuestro entorno.

Muchos quebraderos de cabeza ha traído "mantener" en pie su unión, vigor y fuerza. El cine los ha retratado en infinidad de ocasiones. No ha sido menos esta cinta dirigida y escrita por Mar Coll e interpretada magistralmente por Nausicaa Bonnín, quien hace el papel de Léa, una joven, estudiante en Toulouse pero natural de Barcelona, a la que le toca volver a su tierra natal, para reunirse con su familia, a consecuencia de la muerte de su abuelo. Tres dias en los que el velatorio, la misa y el entierro serán la excusa ideal para retratar ese mundo de apariéncias del que Léa parecía haber huído a Francia.


La muerte golpeará la, ya de por sí, endeble estructura familiar de los Vich i Carbó. El matrimonio de sus padres, un auténtico desastre tapado bajo el paraguas de la felicidad. Sus tíos, ni fu ni fa, pero siguen mantiendo su realidad de color de rosa a toda costa. Su tía, desaparecida en combate total, una reo más que reniega de su pasado familiar. Los primos, hay de todo. No es la família de sus sueños que dijéramos. Además, Léa no pasa por un buen momento sentimental, pues su chico parece ya no amarla. Muerte, falsedad y soledad. Todo se le juntará a la protagonista.

La amargura se abrirá con fuerza en su interior. Una amargura extrapolada a su entorno, conformando una simbiosis perfecta, un pozo sin fondo. El mundo de falsedades que ella rechazaba le perseguirá durante tres días. Tres días que nos servirán para desmitificar a la famila de los Vich i Carbó. Una família con problemas, como cualquier otra. Unos problemas nada públicos. El circo de los hipócritas se mantendrá, ese que luce colgantes, vestidos de lujo, buenos coches, vacaciones de placer, trabajos soñados y verborrea de autopromoción a mansalva, no entrará dentro de los planes de Léa, quien se recluirá en su pensamiento interior, aislada de su grisáceo entorno.

El cine ha encontrado, con esta cinta, a Mar Coll y Nausicaa Bonnín, o viceversa. De lo que no cabe duda es de que ellas han aprovechado la oportunidad para tumbar mitos y leyendas existentes entorno a la figura de las ideales famílias burguesas. Lo han hecho, un poco a la francesa, pero esto es cine español de calidad. No es una película redonda, pero hay calidad desprendida en ese retrato de los Vich i Carbó, una família triste a más no poder.

Siempre he oído decir que la sangre es más espesa que el agua, pero eso no convierte a las unidades familiares en estructuras sólidas. Mar Coll-realizadora y coguionista-nos revela en su ópera prima las fracturas internas de una familia de clase alta que se reencuentra en el funeral del patriarca. Durante esos días coincidirán formalidades, indiferencias, rencores, envidias y divisiones propias de la principal institución social de nuestros días. Para ello, cuenta con un reparto excepcional en el que destaca la juventud y el prometedor futuro de Nausicaa Bonnin, así como consagrados como Ramón Fontseré o Eduard Fernández, que continúa embelesándome cada vez que coincidimos en una sala. Tanto diálogos como silencios marcan momentos de desnudez emocional que tocan la fibra del espectador .El largometraje va generando una sensación de malestar a medida que los personajes van mostrando sus miedos e inseguridades, que deviene en ansiedad observando cómo se sobrevive al dolor en silencio y soledad. Si bien la falsedad de una unión familiar extensa no es motivo de asombro, sí que tienen que alarmarnos las carencias afectivas y de comunicación del trío protagonista – madre, padre e hija –, que son un claro reflejo de las que sufren las familias fuera de la pantalla, en este mundo que nos marca el individualismo como trampolín al éxito. Un buen guión, una buena fotografía y una gran interpretación que nos habla de nosotros mismos

Cine Club FAS, Bilbao, 6 de octubre de 2009. Mar Coll, encantadora, presenta su película y contesta a los participartes en el cine forum.
Tiene 28 años, pero aparenta menos. Un poquillo tímida , pero segura; segura de sí misma, de lo que hace, de lo que dice, de lo que filma.
Su "ópera prima" ha sido producida (tras un concurso previo) por la Escuela de Cine Catalana.
La película es como la vida misma, los problemas cotidianos y crispaciones de una amplia familia cuando entierran al abuelo. Como dijo John Lennon, "la vida es eso que va pasando mientras tu te dedicas a resolver todo tipo de problermas" (more or less).
A Mar Coll no le tiembla el pulso al filmar la historia. Lo hace con aplomo, con seguridad, con calidad, parecería que con experiencia. Escasos (o nulos) movimientos de cámara hacen que la película se vea con sosiego. El guión es preciso y elegante (co-escrito por la propia Mar).
El film, según Mar, tiene "algo" de autobiográfico (se le ocurrió cuando murió su propio abuelo); por eso quizá se respira esa seguridad en la película.
Cuenta Mar que ella tenía una gran admiración por Edward Fernández y lucho por incorporarle al reparto desde un primer momento. Tras una cerveza en Madrid, lo consiguió, y luego para el resto del reparto, todo fue más facil.
Excelente sin duda Edward Fernández (en esta película y en todas). ¡Que pedazo de actor!. Muy bien también, en el papel protagonista, Nausicaa Bonnin.
Dice Mar que ya está planificando su segunda película, la cual parece ser, irá por parecidos senderos que la primera. "está casi descartado que sea de ciencia ficción". Esperemos.

Observo que es la ópera prima de una joven directora. Pues es un prometedor y magnífico debut. Suavemente sin dramatismos ni altibajos estridentes, van mostrándose los retratos del álbum de una familia acomodada. Deliberadamente, ninguno de ellos es claramente explicado pero queda suficientemente esbozado para mostrar sus debilidades y flaquezas.

Una eficaz sucesión de secuencias - teóricamente anodinas – dan la oportunidad de exhibir un montón de detalles sutiles y ricos en matices - hasta me he quedado con ganas de verla otra vez para degustar los que me he perdido – a través de los cuales van aflorando hipocresías, incomunicaciones, fracasos y otras lindezas: Todo ello en un marco de intimidad y contención en la forma. Paradigmático el brindis del personaje que adopta el papel de portavoz familiar.

En cualquier caso, tampoco quiero decir que sea una obra maestra. Simplemente que me ha gustado y recomiendo su visión a los amantes del cine no convencional.

Esta es una película muy correcta en su concepción, en su interpretación y en su forma. Pero como decía otro usuario en su crítica, más o menos, habrá gente que no empatizará con la historia al ser muy lineal, y eso es lo que pasa en mi caso.

En todo momento daba la sensación de que alguien hubiera cogido una cámara y se hubiese puesto a seguir a una familia anodina de clase media sin relación que tiene unos problemas que solo se nos intuyen y por los que nunca te llagas a interesar. Tiene en cierto sentido un carácter tan hiper realista y tan aséptico que en ningún momento te implicas ni con la historia ni con los personajes. En mi opinión este tipo de cine no me aporta gran cosa porque aunque la película en todo momento es correcta el cine debe aportar algo más que la simple y llana realidad.