The King

El rey de Inglaterra está agonizando, pero no elige a su hijo mayor como sucesor. Es que tiene mala imagen, la de un hombre banal, sin condiciones para el liderazgo, víctima proverbial del alcoholismo. Pero de entrada, el joven demuestra que no es lo que parece, que tiene condiciones para ejercer el gobierno. El es un pacifista, poco amante de las epopeyas guerreras, prefiere siempre el tono del conciliador, aunque implique un fuerte autocontrol, como lo exhibe al no responder el agravio recibido desde Francia desde donde le envían como presente por haber asumido la monarquía -como Enrique V-, una pelotita envuelta primorosamente. Este no es más que un ejemplo, entre varios otros, de cómo reacciona frente a los agravios. En realidad, cuando se van a batir dos ejércitos (entre ellos, el que él o su país deben administrar), apela a otros expedientes, como retar a duelo singular a los líderes rivales, dando por clausurada la posibilidad de una batalla colectiva, método que intentará, al menos, usar en más de una oportunidad. El film es heterogéneo en su interés pero por fortuna, éste va in crescendo, asumiendo perfiles más activos y épicos conforme avanza, con fluidas escenas bélicas de buen efecto visual y diálogos atinados. El tono general del film es sobrio, sosegado, pero logra una buena caracterización del personaje central, y las actuaciones, tanto de los actores principales como los de reparto, cumplen a carta cabal su objetivo.

En su cuarto largometraje, el director de "Animal Kingdom" (2010) realizó para Netflix un drama de época. Una acomodada adaptación de la obra de William Shakespeare "Henriad", sin tanta recitación lírica como el libreto original y sí más apropiada para el gran público ávido de un relato de cohesionado de ficción, con acción de batallas y estratagemas geopolíticas de su época medieval.

"The King" triunfa en su forma, mientras que en su fondo se queda por los terrenos timoratos, vulgares, básicos y usuales. Y es que en "The King" tenemos un guion que nos presenta a unos personajes unidimensionales (su protagonista es un zombie que deambula con desgana por el relato excepto cuando se le presenta una ocasión para "guerrear"... pero eso sí, siempre con coyunturas justificadas (al dibujarse como "el bueno" mientras que "los malos" son por supuesto los franceses (si el film se situara cien años más tarde entonces serían los españoles) y se garabatean como payasetes, desquiciados y malvados a secas (cambiando además los hechos históricos de forma flagrante respecto al personaje encarnado por Robert Pattinson). Y sus acólitos no pasan del estereotipo de "amigo incondicional", "consejero sospechoso", etc.)) y unos avatares tan trillados y elementales como parsimoniosos y dilatados.

Así que efectivamente sus más de 2 horas las parecen y no se esfuman con un disfrute instantáneo a lo "Braveheart" (1995). Y es que en "The King" no tenemos una construcción de personajes multiversada (al contrario que otros protagonistas de productos de la Inglaterra del medioevo o los principios de la era moderna como "Los Tudor" (2007-10), "Elizabeth" (1998), "María, Reina de Escocia" (2018) o "El león en invierno" (1968). En ellos tenemos a seres humanos con todas sus facetas (humor, introspección, maquinaciones, romances, etc.), no solo las ganas o no de guerra) ni tampoco unos hechos históricos prolijos y vehementes. Por lo tanto es muy fácil que el largo nos distancie y nos importe bastante poco lo que suceda o deje de suceder (tan solo unos minutos de su último tercio logran captar más interés durante la planificación de la estrategia militar y su desenlace, pero es una excepción a la regla de un guion que redunda, que se pierde en la ceremonia de tanto en cuanto y que se pausa entre frase y frase de forma realmente pánfila). Así que no, "The King" no tiene el potente ímpetu de "Elizabeth" ni el taimado gusto de "Los Tudor", más bien se acerca a "300" (2006), "Troya" (2004), "La reina del desierto" (2015) y demás productos donde prima más la percha que el contenido.

Y la envoltura de "The King" casi está a punto de contrarrestar todas las carencias y fisuras del guion. Pues nos encontramos con una cinematografía imponente (si se tiene una buena pantalla, "The King" es una delicia para la vista... si se ve como una obra pictórica y no como una ficción audiovisual), con una fotografía primorosa tanto en sus lúgubres interiores como en sus parajes exteriores (hay un despliegue de naturales paneos y planos generales que nos embeben en esos maravillosos paisajes). Hay en "The King" una iluminación perfecta, una realización siempre espabilada (lástima que el libreto no acompañe) y cuidada en su honestidad para con la trama (ya sea en la acción de combates o en los tardos diálogos) y una labor inconmensurable de vestuario y maquillaje (hermosísimos). El elenco también está eficiente (que Timothée Chalamet (poco importa que se parezca lo que un huevo a una castaña al personaje real en el que se basa su papel) es un actor superlativo es algo que ya lleva tiempo demostrando ("Beautiful Boy" (2018), "Call Me By Your Name" (2017))... siempre y cuando tenga sobre el papel personajes ricos, caso que aquí no sucede y no es capaz de obrar un milagro con este Enrique V tan cachazudo. Mientras que los secundarios que no pasan del cliché cuentan en sus encarnaciones con nombres como los de Joel Edgerton, Robert Pattinson o Ben Mendelsohn) pero no tiene momentos (en sus más de dos horas) para desarrollar a sus personajes con variadas aristas... así que se limitan a mostrar naturalidad que ya es bastante.

Así pues tenemos un film de género épico de entretenimiento limitado y nunca continuado. Muy bello a nivel audiovisual y muy mediocre a nivel argumental. Solo recomendable a los muy aficionados el género de época (o a los que siguen el Séptimo Arte por su ambientación y no tanto por sus historias. Pues la cinta sabe zambullir a la audiencia en sus escenarios... aunque en ellos no pase demasiado), que verán en "The King" una aceptable experiencia cinematográfica. Absténgase el resto si no quieren acabar hastiados. "The King" no es cinta que traspase géneros a lo "Gladiator" (2000), "Salvar al soldado Ryan" (1998), "Braveheart" o "Apocalypto" (2006)... más bien se queda en un "La mula" (2013), "La leyenda del Samurai" (2013), "Che" (2008) o "Ira de titanes" (2013) si de avatares bélicos (reales o no) en épocas muy pasadas se refiere.

Lo mejor: Su espectacular cinematografía en general, su formidable fotografía en particular.
Lo peor: Su abúlico guion.

Un gigante del audiovisual como Netflix se ha atrevido con todos los géneros, estilos cinematográficos y temáticas posibles. Tanto en películas como en series, sus creaciones propias han pasado desde el western, la animación japonesa, los relatos medievales o los thrillers futuristas. Ahora sin embargo, la multinacional del entretenimiento ha apostado por su propia versión del relato de Shakespeare sobre Enrique V. El resultado deja una sensación irregular pero traslada una intención honesta y con un brillo visual notable.

El director David Michôd es el encargado de dirigir esta nueva versión shakesperiana, que ya ha sido representada en la gran pantalla por eminencias británicas como Laurence Olivier, Kenneth Branagh, Tom Hiddleston y el estadounidense Orson Welles. El actor encargado de dar vida a la versión de 2019 por parte de Netflix es Timothée Chamelet, el joven de 23 años más codiciado por los grandes directores de la industria del cine -ha estrenado hasta cuatro películas este año-.

La historia de Enrique V está basada en la obra teatral de Shakespeare, datada del siglo XVII. La versión de Netflix profundiza en sus orígenes y coronación, en cómo un joven heredero de la corona inglesa se reivindica en su posición y lucha contra los franceses en la inacabable guerra de los Cien Años. Tras la muerte de su padre, el Príncipe Hal es coronado como Enrique V y afronta las luchas internas de la corte, su valía en el campo de batalla y las traiciones de época, dignas de cualquier guión de Shakespeare.

La cinta, de producción australiana, es una apuesta arriesgada por parte de Netflix. El primer error es acortar los versos del autor inglés, uno de los pilares de cualquier obra que se deba a su pluma. La jugada desprende un aroma adolescente, con la intención de aproximar a un público más joven, millenial y de consumo rápido en streaming una obra con una gran potencia visual, un Chamelet en estado de gracia y sin tantas florituras en un guión más bien pobre.

El punto a favor de la película es el realismo -otro ingrediente shakespeariano- en la ambientación, en especial las escenas bélicas. No tiene ningún punto romántico ni idealizado: es la guerra medieval en estado puro, lenta, torpe, llena de sangre, hígados, chillidos y mucho barro. Sin embargo, el film es lento y con unas interpretaciones que nunca acaban de estar bien situadas en sitio. La aportación final de Robert Pattison en el papel del Delfín francés es para olvidar, sin ningún sentido ni encaje.

En definitiva, una versión irregular de Shakespeare para Netflix, que será toda una sorpresa para los ignorantes de la obra del más famoso escritor británico y una absoluta decepción para los que se fascinaron viendo a Olivier, Welles y Branagh interpretó a Enrique V

Pues casi en el título de mi crítica lo digo todo.Decir que la película en cuestión está bien dirigida ,guión aceptable basado en una obra de shakespeare a la que se quiere añadir más épica de lo habitual pero que no consigue convencer entre otras cosas porque este papel le viene grande a Chalamet que nunca consigue transmitir lo que pretende. La actuación del personaje principal hace aguas por todos lados y no consigue ser creíble. Me sorprende que se esté ensalzando tanto este papel en la mayoría de las críticas que he leído..No se si el doblaje también influye y quizá verla en versión original cambia la cosa pero en ciertos momentos desentona un poco la situación con los diálogos. Por lo demás actuaciones pasables del resto del reparto sin ser nada del otro mundo porque la historia dista mucho de tener algún impacto o ser diferente de lo que hemos visto hasta ahora en cuanto a peliculas de este género. Podría perfectamente ser una de las típicas películas de sobremesa los fines de semana. Por destacar algo la localización de la batalla principal está bastante bien y la batalla en sí aunque con su dosis de absurdez está bien conseguida. Sigo en spoiler.

La actuación del personaje principal

*Un inicio dubitativo

The King tiene un arranque precipitado que se prolonga hasta casi los tres cuartos de hora de duración de la película, esto es debido a un guión que es flojo e inconsistente a manos de Joel Edgerton y David Michôd. Cuesta entrar en esta historia de tragedia inspirada en las obras de William Shakespeare. Da la sensación que han querido simplificar las obras de Shakespeare y les has salido un guión precipitado sobre todo al arranque de la cinta.

*The King remonta

A medida que va llegando la acción, Michôd se va sintiendo más y más cómodo hasta regalarnos momentos de violencia ciertamente sobresalientes y con un manejo de la cámara notable. Claramente influenciado por el capítulo de «La batalla de los bastardos» de Juego de Tronos, nos entrega una escena de batalla digna de recordar y mencionar.

The King acaba remontando hasta llegar a convertirse en una buena película con momentos notables.

*Joel Edgerton es el auténtico Rey

The King era muy esperada era entre otras cosas por la participación de Timothée Chalamet en el proyecto, el joven actor cumple en su papel de Enrique V, aunque no realiza una actuación destacable. Mientras tanto Joel Edgerton, el cual, además de co-guionista de The King, realiza una fantástica interpretación como Sir John Falstaff, el consejero del joven príncipe/rey.

Por otro lado, hay que destacar también a Robert Pattinson como Delfín, y por desgracia no como algo positivo, es posiblemente una de las peores elecciones de casting que recuerdo recientemente. Y esto lo escribe un defensor de Robert Pattinson, pero por momentos su personaje es comedia involuntaria.

*El apartado técnico es una maravilla

El apartado técnico de The King es genial, cabe destacar una fotografía preciosa a cargo de Adam Arkapaw, el cual ya trabajo en «Macbeth», trabajo con el cual tiene muchas similitudes.

También cabe destacar la estupenda banda sonora realizada por el compositor estadounidense Nicholas Britell (Moonlight). La BSO acompaña y ensalza la belleza de las imágenes componiendo escenas realmente bellas.

*Conclusión

The King es una película con un potencial magnífico pero que un guión flojo y precipitado, sobre todo al inicio, hace que se quede en una buena película, cuando podría haber sido mucho más del resultado final. En cierta manera recuerda a la cinta, también de Netflix, El Rey proscrito, ambas acaban siendo un tanto fallidas a pesar de ser buenas películas. La película merece la pena por su apartado técnico, es preciosa visualmente, y por la buenísima actuación de Joel Edgerton.

Lo mejor: la escena de batalla en Francia, cruda, violenta y muy bien filmada, espectacular.
Lo peor: el guión, por momentos muy precipitado, supone que la película no alcance todo lo que podría haber alcanzado.

Escrito por Samuel Alvarez