Haz click aquí para copiar la URL

La isla de las almas perdidas

Terror. Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras En una isla remota, el doctor Moreau (Charles Laughton), un científico un tanto desequilibrado, lleva a cabo extraños experimentos con animales. Su objetivo es transformarlos en seres humanos. Adaptación libre de la novela "La isla del doctor Moreau", escrita por H.G. Wells. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
27 de enero de 2010
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película, esta obra garantiza una tarde muy entretenida disfrutando del buen cine, la fotografía es siempre correcta y se ambienta en escenarios bellos. Es muy destacable las actuaciones sobre todo de Charles Laughton que puede llegar a dar escalofríos si uno se imagina en el lugar del protagonista.
Aradyel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
248/48/28(06/21) Notable film que mezcla con habilidad y gran ritmo el terror, ciencia ficción y thriller, bajo la dirección de Erle C. Kenton, filmando el guión de Philip Wylie (“Cuando los mundos chocan”), y Waldemar Young (“Ámame esta noche”), que adaptan por vez primera no silente la famosa novela de HG Wells de 1896 “La isla del Dr. Moreau”, la para mí, mejor versión del libro, producida por Paramount Pictures, que vio en esta producción una forma de aprovechar el auge del cine de terror a principios de la década de 1930, sobre todo los éxitos de la Universal con “Drácula”, “La Momia”, o “Frankenstein”. Con esta última guarda muchos paralelismos la historia tanto que la publicidad intentó ir a rebufo con la publicidad diciendo, "La ciencia intenta crear vida!", en claro guiño al Monstruo de Frankenstein y el modo de crearlo, también hay un clásico megalómano ‘Mad Doctor’ jugando a ser Dios (cosa que él mismo se auto define), y donde su creación se le va de las manos, como en la referida adaptación dela novela de Mary Shelley, donde además se pueden ver (rascando) alegoría al poder totalitario sobre razas inferiores, o también se puede atisbar una metáfora de la Revolución contra el poder, cuando La ley se retuerce a antojo del poder los cimientos de la sociedad se derrumban.

El viajero naufragado Edward Parker (Richard Arlen) es rescatado por un carguero que lleva animales a una isla aislada de los mares del Sur propiedad del Dr. Moreau (Charles Laughton). Después de que Parker pelea con el capitán borracho del carguero (Stanley Fields) por maltratar a M'ling (Tetsu Komai), un pasajero de aspecto extraño con algunas características bestiales, el capitán arroja a Parker por la borda en el bote del Sr.Montgomery (Arthur Hohl), con destino a Isla de Moreau. Cuando Parker llega a la isla, Moreau le da la bienvenida a Parker a su casa y le presenta a Lota (Kathleen Burke), una joven atractiva, pero algo extraña, con poca ropa que parece temerosa y retraída. Cuando los dos escuchan gritos provenientes de una habitación cerrada, que Lota llama "la Casa del Dolor", Parker investiga. Ve a Moreau y su asistente, Montgomery, operando a una criatura parecida a un hombre sin anestesia. Convencido de que Moreau está involucrado en una vivisección sádica, Parker intenta irse, solo para encontrarse con humanoides de aspecto brutal que se asemejan a simios, felinos, cerdos y otras bestias que emergen de la jungla. Aparece Moreau, hace restallar su látigo y ordena al conocido como el Rector de la Ley (Bela Lugosi), un hombre peludo parecido a un lobo, para recitar las reglas contra la violencia (La Ley). Después, los extraños "hombres" se dispersan.

Tiene su gran aliciente en un protagonista sublime en la encarnación de un villano que ha creado escuela, alejado de la caricatura, un tipo elegante, cínico, educado, manipulador, culto, inteligente, jugando con la gente, con un carisma que desborda la pantalla el majestuoso Charles Laughton (el para muchos mejor actor de la historia del cine). Tipo amanerado que se mueve con tremenda soltura con su traje blanco, con autosuficiencia, dominado a los híbridos con su látigo y sus leyes deidíficas. Da vida al científico arrogante que es marginado por sus ideas ‘revolucionarias’ y se encuentra aislado con sus sacrílegos experimentos, donde se rige por la amoralidad más absoluto, rebasando cualquier ética profesional en pos de convertirse en un Dios en su pequeño Reino, regido por sus particulares Mandamientos (no comer carne, no andar en cuatro patas y no derramar sangre), donde la fotografía lo recoge (sabiamente) entre sombras en muchas ocasiones. Donde el quebrar las reglas se paga en la Casa del Dolor, donde Moreau parece dar rienda suelta a su vena sádica

Un film trepidante que hace que sus exiguos 70 minutos resulten extasiantes de principio a fin, donde las elipsis son manejadas de modo formidable en su nitidez expositiva, con una recreación de la lóbrega isla excelente gracias a la gran labor en la dirección artística de Hans dreier (“Perdición” o “Sunset Boulevard”), envuelta en sombras y brumas, ello gracias a una primorosa cinematografía en glorioso b/n de Karl Struss (“Amanecer” o “El Gran Dictador”), de claros efluvios expresionistas, edificando un clima oneroso cuasi-fantasmagórico, irradiando sensación pesadillesca, en su tensa ambientación de carácter amenazante, donde las sombras alargadas, los claroscuros y la oscuridad sobre rostros remarcan el dramatismo de su aura de terror, sustentado en secuencias de brutalidad tremebundas. Donde las bestias que pueblan la isla son en sus apariciones tétricas con esos espantosos híbridos entre humanos y animales, esta impresión alcanzada gracias al brillante maquillaje creado por Wally Westmore (“La Guerra de los Mundos” o “El Profesor Chiflado”), recreando con espectacular realismo a estos seres mitrad hombres, mitad bestias, ello en una galería de diferentes seres, como hombres-perro, hombres-cerdo, u hombres-gorila, extraordinario trabajo que aun hoy casio 90 años después de su estreno resulta asombroso. Y todo esto sin música extradiegética, dejando que sea la historia la que sin manipulación externa t atrape en sus malsanas redes.

Elemento crucial es Lota, la Chica Pantera (bonita pero sin expresividad Kathleen Burke), la para el Dr. Moreau su mejor creación, joven hermosa de apariencia humana (solo sabremos es un híbrido por sus afiladas uñas), vestida con escasa ropa, única hembra en la isla. Con la que pretende ante la irrupción de un visitante hacer un experimento que tiene que ver con el sexo y como ver este instinto en sus creaciones, promoviendo se aparee con el visitante, con este ejerciendo de cobaya sin saberlo. Esto da un tinte aún más perturbador a la situación, donde Moreau se coloca como un Dios frio sin más sentimientos que su afán mesiánico. Es en esta relación artificiosa manufacturada por el Maestro de Marionetas Moreau que será la implosión de la isla... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de marzo de 2015
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No va a estar entre mis películas clásicas de terror favoritas, aunque he de reconocer que tiene su encanto. La Isla de las Almas Perdidas puede ser una opción si has visto ya otros grandes clásicos del género, pero queda muy por debajo en cuestiones técnicas -salvando la acertadísima fotografía- y narrativas de otros gigantes.

Es cierto que eran otros tiempos, pero eché de menos que Erle Kenton profundizara en el mensaje y no se quedara simplemente en lo terrorífico de la novela de Wells -el cual tampoco disfrutó demasiado de esta adaptación por motivos similares-. La película no goza de la profundidad suficiente como para ser tomada tan en serio, aunque en sus trucos de terror consigue aprobar aportando cierto ingenio más allá de las meras escenas de composición típica de los años 30.

Como digo, puede servir como alternativa, pero no me pareció gran cosa a la hora de la verdad, dejándome muy frío.
NeoJ
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de agosto de 2009
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera de una serie de adaptaciones cinematográficas de la novela de "La isla del Dr.Moreau", bien oscura en su impronta visual donde vemos cómo el hombre juega a ser Dios creando, donde se manipula la bioética de manera alevosa, donde se busca humanizar lo salvaje paradójicamente con métodos bestiales, donde el animal y la persona se mezclan de manera patológica hasta derivar en mutantes, donde se respira aire a trasgresión científica y algo de referencia a la megalomanía.

Una cinta a la que los años le desnudan algunas falencias desde el vestuario y los disfraces con que se dio vida a lo sobrenatural, donde hay algunas sobreactuaciones (en las escenas de lucha), y donde se evidencia la escasez de recursos económicos ... pero donde también en general y a grandes rasgos se nota que es una producción interesante desde los planteos morales polémicos que pone sobre la mesa y desde la lúgubre atmósfera que surgen de los tétricos escenarios isleños y desde la oscura aclimatación visual.

En fin, interesante adaptación, sórdida y siniestra en sus planteos bioéticos que emanan de los retorcidos experimentos científicos llevados a cabo por el Dr Moreau.

Palabras claves; bioética, doctores locos, medicina ilegal, fauna, monstruos, experimentación científica, exótica isla.

(cualquier aporte, sugerencia, o simple acotación a esta crítica serán bien recibidas en el espacio de comentarios de mi blog personal)
Pasatiempos Digitales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de febrero de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Eso es para mí esta película: un delirante pero estimulante argumento de ciencia-ficción para una alegoría política, pues un científico británico, el inquietante Doctor Moreau (Charles Laughton) es un científico loco que con sus extraños experimentos, que convierten a los inocentes animales en humanos de aspecto amenazador, ha creado una delirante dictadura, poblada por monstruos, o por patéticos seres híbridos, en la que él es el líder supremo. Una dictadura, disfrazada de paraíso tropical, que pronto se verá alterada por la llegada de visitantes como el infortunado personaje de Richard Arlen, nuevo visitante de un nuevo Conde Drácula de los Mares del Sur.

La escenografía, la fotografía en blanco y negro, el vestuario y el maquillaje crean un microcosmos lleno de una turbiedad y un misterio muy dignos de comentar, y Laughton compone un villano realmente memorable; es interesante comprobar que los ingleses son los malos en el cine estadounidense.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow