Los Borgia

Vayamos por partes. Ambientación magnífica, vestuario casi perfecto (que en estos casos no son temas menores). Guión: adolece de la última moda de Lucrecia=víctima (es lo políticamente correcto) y de un par de giros de niña pija, por otra parte Rodrigo Borgia ¡¡¡llora!!!, inconcebible. Los secundarios espléndidos, Luis Homar, magnífico, la pobre actriz que le toca el papel de Lucrecia que va a hacer con semejante pánfila, Eusebio Poncela en las pocas intervenciones que tiene hace subir el nivel cargando las situaciones de matices, Angela Molina mucha actriz para tan poco papel, una pena; Paz Vega es Paz Vega y es demasiado bella y perturbadora incluso para el papel de Catalina Sforza, ya de por sí bella y perturbadora.
Ahora bien: César Borgia. No censuro la interpretación del actor es que, simplemente, no es el adecuado para ese personaje por limitaciones físicas. En ningún momento es creíble. Ni de lejos es el Príncipe maquiavélico y siniestro sino simplemente psicópata. Demasiado cachas, demasiado gimnasio, demasiado sensual y, además, el personaje -protagonistas casi absoluto- no acaba de dibujarse en el guión. Un error de reparto serio que hace que el resultado final se resienta en demasia.
Se echa de menos acción y morbo, orgías y desenfrenos a los que tan dados eran los personajes del renacimiento y que tanta tinta han hecho correr. Se hace larga y quizás hubiera convenido al guión un recurso para ir explicando al espectador -que no suele conocer la situación política de la época- la situación concreta del panorama político.
Una pena pues ni con todos esos fallos de bulto se puede considerar una mala película. Podía haber sido una gran película.

De actores. Porque con esta historia, se podía haber hecho una obra maestra ó casi. Desde luego ver al gran césar borgia, da risa.

En la Europa Renacentista, los Borgia - familia de cuna Valenciana - ven como Rodrigo, el progenitor, es proclamado Papa bajo el nombre de Alejandro VI (Lluís Homar).

La estirpe, integrada por sus cuatro hijos, intentará, bajo los designios del Pontífice extender su poder más allá del Vaticano con la ambición, el despotismo y la bajeza, tanto física como moral, como bandera enarbolada.

Segunda superproducción española después de "Alatriste", esta vez con el confortable respaldo proporcionado por diez millones de euros, dirigida por el salmantino Antonio Hernández - "En la ciudad sin límites", "Oculto", "Lisboa"-.

Llama la atención que en pocos meses asistamos a dos películas de temática idéntica, ya que en breve Neil Jordan expondrá el trabajo realizado por Scarlett Johansson en el papel de Lucrecia Borgia (María Valverde en la versión española) y Colin Farrel interpretando a su hermano César (Sergio Peris Mencheta dentro de nuestras fronteras).

Ante la obvia inexperiencia de directores españoles a la hora de orquestar producciones - presumiblemente- de la talla de la que nos ocupa, tendríamos que dejar antes claros varios puntos.

Si el presupuesto no llega para extras combatientes, no hay que rodar peleas; queda un tanto absurdo que la imagen se difumine para adivinar que la cruenta batalla la integran cinco personas, dos que atacan, dos que defiende y el pobre pardillo que muere.

Otro punto sería que si bien la voz en la post-producción se va a dejar en directo, no se pueden doblar las voces de unos actores y no de otros, ya que, al compartir escena, el espectador no sabe si está en una película argentina (por el ruido ambiente) o si ve una tv movie americana.

Tampoco está bien recurrir tanto en la publicidad de la cinta como en diversos medios de comunicación - incluyendo el cártel de la misma- la estelar actuación de una actriz que dentro de un soporífero metraje de más de dos horas y media, solo ocupa unos quince minutos de protagonismo - lo siento Paz Vega, pero alguien tenía que decirlo-.

Y ya por último podríamos añadir que los "extras" tendrían que estar algo más duchos en escenas de peligro, porque señores, por mucho que se intente, una persona que cae desde una muralla de espaldas no puede girar en la caída para hacerlo boca abajo buscando la colchoneta que le espera en tierra firme.

No resulta creíble y además, tenemos diez millones de euros para paliar estos y otros infortunios. Seamos serios.

Seguimos en spoiler, pero sin contar nada de la peli ;-)

Es como uno de esos grandes relatos italianos que ponen en Tele 5 de vez en cuando por las tardes. Se me hizo eterno y las interpretaciones están por los suelos, incluso Lluis Homar está tan mal como acostumbra. Mención aparte para "Cromagñon" Peris Mencheta, la repelentísima Paz Vega y la petarda de María Valverde, que parece que esté haciendo de Donna en "Sensación de vivir". Que lejos queda esa Obra Maestra de Antonio Hernández titulada "En la ciudad sin límites". Lo único salvable es la música de Angel Illarramendi.

Típica película que deja muchisimos cabos sueltos en cuanto a trama, argumento, e incluso interpretación. Es importante leerse el libro para poder entender (bien) la película. Tiene importantes errores cronológicos, geográficos e incluso historiográficos, una pena para una película cuya historia ha sido tan importante para España e incluso Europa. Se centra más en la parte culebrón que en lo realmente importante. En cuanto a la interpretación, un 10 al Sergio Peris-Mencheta, ya era hora que madurara ese Raúl que veíamos en Al Salir de Clase y que después vimos en algunas películas más de tres al cuarto e hiciera una interpretación óptima e importante como protagonista. El resto, bazofia.