El último gran mago

Nos encontramos ante una desgastada Catherine Zeta-Jones que consigue levantar las pasiones más masculinas gracias a su mirada de gata en celo (su cuerpo por desgracia ha desmejorado con el paso del tiempo) y un cambiado Guy Pearce cuyas dotes interpretativas siempre han estado en entredicho (aquí no va a ser menos).
La primera parte está perfectamente engrasada y consigue hacer funcionar toda la maquinaria sobre la que se ideó el guión. La presentación de los personajes es perfecta y atrapa al espectador fácilmente. Parece que la película se plantea como algo entretenido e incluso hace esperar un desarrollo posterior más que sorprendente.

Pero no es así, camaradas. A partir de un instante (cuando los tres protagonistas suben a la torre) el tono, el ritmo y la dinámica, se truncan dando paso a una simplicidad tal que deja de interesar todo lo que se ha visto durante la primera parte. La historia se simplifica en grandes dosis y pasa a convertirse en una película de ¿amor?... No, en realidad pasa a ser un telefilm más. No es que se haga aburrida pero no destaca y se ve ciertamente descuidada.

Creo que la labor de dirección aquí, se ha visto precipitada y ese posiblemente haya sido el error de esta película. Una pista de esto y de la manera descuidada con el que el director remata la faena, se puede apreciar en Catherine y su pelo. Casi toda la película aparece con pelo corto y a partir de un momento (en teoría la historia no ocupa más de una semana) empieza a crecerle el pelo en cantidades industriales hasta que al final muestra una melena propia de Mario Vaquerizo.

Eso sí, como nota para los enamorados de películas como el "El ilusionista" y "El truco final", les diré que no esperen trucos, ni magia, ni ilusiones, ni nada que se le parezca ya que esa es sólo la coraza bajo la que se presenta esta película.

El Gillian Armstrong nos ha engañado como a chinos, ha querido mostrarnos un producto que no se parece nada a la idea original. Vamos, que nos ha dado gato por liebre.

En un primer momento fui a ver la película con la intención de conocer más en profundidad a este famosísimo personaje, ya que a lo largo de toda mi vida he escuchado mucho hablar acerca de él, pero nunca he buscado información ni nada al respecto de su biografía. Consideré que esta sería una buena oportunidad para conocer más en profundidad y de primera mano, lo más interesante de su vida.
Sinceramente creí que me encontraría con un Harry Houdinni niño y la historia iría avanzando paulatinamente hasta que llegaríamos a la edad adulta, donde se convierte en mito de multitudes. Pues nada de nada. En resumen el film es como la vida de Houdinni, una mentira, un engaño, una ilusión o una estafa. Comenzando por su título, hay que dejar claro que Houdinni nunca fue un mago, porque no hacía trucos de magia, sino escapismo. Durante el metraje la hora y media que dura, solo conoceremos del personaje la gran obseción que sentía por su difunta madre y el hecho de descubrir a falsos medium y espiritistas. De forma lenta y aburrida el guión nos cuenta un poco de su vida y nos envuelve en una falsa historia de amor, que en realidad no hay Dios que se la crea. Todo resulta falso, desde el comportamiento de la madre y la hija, hasta el maquillaje. Es increible como Catherine Zeta-Jones hasta siendo una mujer pobre y harapienta está irresistible, suspenso a los encargados de maquillaje.

Sin lugar a dudas gran decepción de película, solo recomendable para disfrutar de la gran belleza de su actriz principal y para ver un domingo por la tarde después de almorzar.

Recién salido del cine y de terminar de ver El último gran mago hay que decir que estamos ante una película más de cine americano para un público sencillo y con pocas exigencias pues esta película ha sido algo interminable de ver pero para que no se quede en una crítica tonta intentaré justificarla aunque la película no se lo merezca pero sí los lectores de esta crítica.
La primera razón por la que uno pierde el interés es por la fácil deducción de lo que pasará en el final, una vez más una triste y barata historia de amor que se sabe desde el principio.
El guión es sencillo y tonto pues es absurda la historia del mago por querer saber si alguien le adivinará las últimas palabras de su madre en el momento de su muerte.
La otra razón en el que se cae el guión es en el trato de los personajes pues hay momentos en los que se hablan del pasado de estos para podernos hacernos una idea sobre sus personalidades pero estos momentos son fugaces, nos imaginamos como son estos pero no nos lo exponen con claridad.
Una cosa interesante son ciertos momentos de fotografía o de ambientación pero al final estos no sirven para nada para crear un ambiente a la historia, la ambientación acaba pasando desapercibida y de poco interés.
La película resulta barata y en mi opinión de guión fácil y muy mal llevado, los personajes aburridos y sin ningún interés y el desenlace de la película más absurdo en lo relacionado sobre todo por el desciframiento de las últimas palabras de la madre del mago y sobre la muerte de éste.
Les aconsejo que no se gasten el dinero en esta película si están todavía a tiempo pero si el interés les mueve alquílenla les costará más barato y se ahorrarán unos euros.

Gillian Armstrong, autora de la excelente "Charlotte Gray", nos presenta una película de magia, amor, intriga, farsa y supervivencia. Combina hechos reales con ficción. Que nadie espere una biografía de Houdinni.

La manera de rodar es de corte clásico, con buenos encuadres, cuidada ambientación y con el sano intento de hacernos pasar un rato entretenido, sin más pretensiones. Tras esto, hay que decir que da la sensación de que, en algunos momentos, a la historia le cuesta avanzar y resolver los encuentros y desencuentros entre Pearce y Zeta-Jones.

Así las cosas, para el que vaya con unas expectativas altas, quizás le defraude un poco, dado que lo tiene todo para ser una muy buena película: acotres, directora, presupuesto, equipo técnico..., excepto un guión resolutivo, dado que en el tramo final te deja con la miel en los labios, sabiendo a poco.

Los actores están todos bien. Destaca el secundario Timothy Spall, en su papel de apoderado de Houdinni, que se desvive porque a su pupilo todo le vaya bien.
Catherine Zeta-Jones aparece bellísima, con especial atención al baile que se marca con Guy Pearce y el magnífico beso, uno de los mejores vistos últimamente. También la escena en que se ve la silueta de los dos en el cementerio (aunque la mantiene muy poco tiempo).
Guy Pearce está correcto, sin desbordar en su interpretación, le falta un poquito de chispa, y Saoirse Ronan (la niña) lo hace realmente bien.

Una de sus mayores virtudes es la duración: nos cuenta todo lo que pasa con su nudo, desarrollo y desenlace, sin alardes gratuitos. En este sentido, es una película honeta por su claridad (nada de trucos de papel y cartón).

Por desgracia, uno de los mayores problemas del cine actual (en realidad el de todos los tiempos) es tener un final convincente y el de "El último gran mago" es un poco tibio.

El título original (“Death-defying acts”) se puede traducir mas o menos como "Actos (o actuaciones) que desafían a la muerte". Sin embargo en España se ha llamado “El último gran mago”. Despues de verla creo que ninguno de los dos títulos es apropiado. Ni es sobre magia, ni sobre lo que hay más allá de la muerte, ni sobre Houdini. Un titulo más adecuado sería algo asi como “El último rollete de Houdini”.
La película comienza relativamente bien, con el reto (histórico) de Houdini a los espiritistas de contactar con su difunta madre, pero se centra rápidamente en una floja historieta romántica sin interés (al menos para los que creían ir a ver una nueva "película de magos" al estilo de "The Prestige" o "El Ilusionista").
En un simil con el propio Houdini, es como si esta película hubiera sido incapaz de soltar las cadenas que ella misma se ha puesto y perece ahogada.