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El ladrón de cadáveres

Terror. Thriller Edimburgo, 1831. Donald Fettes, un joven estudiante de medicina, llega a la mansión del doctor MacFarlane, un prestigioso cirujano y profesor, para servirle como ayudante. El siniestro cochero John Gray es quien le proporciona clandestinamente al médico los cadáveres que utiliza en sus clases y en sus investigaciones, cadáveres frescos procedentes de las tumbas del cercano cementerio. Gray aprovechará la situación para chantajear a ... [+]
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
10 de mayo de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El ladrón de cadáveres" es un filme muy bien hecho, rodado con enorme oficio (se nota quien está detrás de las cámaras, un Robert Wise que maneja bien los códigos del Terror y que, aunque lejos todavía de firmar su obra maestra en el género, The Haunting, ya apunta maneras), que evita las triquiñuelas y demás escamoteos típicos del mal cine terrorífico para presentar una historia oscura, moralmente militante (hay un cierto aspecto de la malignidad de esta obra que resulta aceptable hoy día) y respetuosísima con su espléndido original literario, rubricado por ese portento de las letras llamado Robert Louis Stevenson. Es un tanto previsible a veces, pero todos los elementos puestos en liza cumplen una función y tienen un fin. Poco sobra y desde luego, nada falta. Además, y en mi humilde opinión, "El ladrón de cadáveres" ofrece la mejor interpretación de la dilatada carrera de Boris Karloff, un intérprete siempre encasillado y a veces hastiado de sus papeles capaz de revelarse, como en este caso, como un actor de recursos si le ponían detrás de de la cámara a alguien con intuición y talento.
Una maravilla de la que debería aprender todo el cine de género actual.
QuinEastwood
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1 de febrero de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El productor Val Lewton, dentro de la RKO, pareció encontrar la gallina de los huevos de oro en la producción fanta-terrorífica de los cuarenta. En esa década, aquellas caracterizaciones de los mitos de la Universal que diez años atrás provocaran desmayos, pasaron a considerarse “disfraces”, y se precisaba un pulso firme y delicado para rubricar el terror.
El principal valor sería Jacques Tourneur, un genio que alguien definiría como “el cineasta más taciturno de Hollywood”, aportando obras maestras del cine como La Mujer Pantera (Cat People, 1942) o Yo Anduve con un Zombie (I Walked with a Zombie, 1943).
El film constituye una recuperación de dos actores a los que se suponía “baja forma”: Boris Karloff y Bela Lugosi. Principalmente destaca el primero, como el siniestro cochero Gray, que consigue una excelsa caracterización, incluso similar a las de Lon Chaney por su sentido de lo grotesco y abominable. Además, la cinta acredita haber adaptado el original literario de Robert Louis Stevenson.
El conjunto deriva hacia el melodrama criminal, variando además la ubicación moderna de los films producidos por Lewton por un decimonónico Edimburgo. Obsérvese además que el laureado director de fotografía Nicholas Musuraca, que tan gloriosas sombras ha dejado en el cine de los cuarenta, se ve en El Ladrón de Cadáveres sustituido por Robert De Grasse.
En definitiva, con todos los elementos para realizar una pieza artesanal de terror puro y duro, el cineasta se acaba decantando por el melodrama de raíz psicoanalítica, ahondando así en otro subgénero en ebullición por aquel entonces. Esta voluntad de estilo se aprecia principalmente en el perfil de la niña paralítica, confinada en su silla de ruedas por la añoranza que le produce la ausencia de un misterioso caballo blanco al que la misma alude. Es más; Fettes afirmará de su mentor, “me ha enseñado la matemática de la anatomía, pero no la poesía de la medicina”.
Principalmente en ese punto radican las grandes virtudes y flaquezas de la película de Wise; el gran artesano busca con cierto sentido del riesgo una nueva poética del terror, pero ésta le hace sucumbir ante la tentación del melodrama.
Quizás puedan parecer discordantes los 10 minutos finales de cinta: la calma de la puesta en escena se ve virada hacia un expresionismo manierista, y el retrato costumbrista de tabernas, personajes noctámbulos y ambientes médicos se ve sustituido por elementos sobrenaturales que no parecen obedecer continuidad alguna con lo previamente visto. De hecho, es esta parte final la que adapta de manera directa la prosa de Stevenson.
Cabe concluir de este film que quizás suponga un bienintencionado juego de complicidad entre sus responsables y los seguidores. No sería de extrañar, dado lo equívoco de El Hombre Leopardo (The Leopard Man, 1943), de Tourneur, cinta que evoca mitologías animales pero adapta un relato policial de Cornell Woolrich. Es el encanto de la añeja serie B...
Panadero
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16 de diciembre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terror gótico en esta genial película que ha sabido trascender de la serie B a los altares cinematográficos. Con un argumento que recuerda en ciertos aspectos a "Frankenstein" y una buena ambientación en el Edimburgo de principios del siglo XIX, la película cautiva en todo momento al espectador. Otro aspecto a tener en cuenta es que pese a contar con un reparto en su mayoría bastante desconocido, este va encabezado por las dos figuras por antonomasia de los comienzos del cine de terror: Karloff y Lugosi, que aunque aquí hacen patente el paso de los años, sobre todo el segundo, no deja de ser un lujo verlos juntos delante de la pantalla (incluso comparten una escena).
o0_oscar_0o
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23 de mayo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alto contenido social y tremenda capacidad de enganchar, una película que consigue hablar de la medicina y sus límites, cine de terror altamente realista que pone a sus personajes en diferentes apuros, investigaciones de alto precio son impuestas como un deber para conseguir progresar, hasta la llegada de las ratas de laboratorio no había otra, pero de ahí se pasa al chantaje y la envidia, es de las películas más directas y consecuentes que recuerdo en este género, el negocio que se esconde tras el oscuro conocimiento hasta que éste ve la luz, son situaciones desesperantes, dudas y deudas, temor al fracaso y diferencia entre la sabiduría y la comprensión, entre el el conocimiento y la sensibilidad.

Más que un relato de terror puro es una historia siniestra donde se pone a prueba a todo tipo de personajes y los señala como culpables, hay leyenda y hay pecados, todo es un engaño hacia los demás y hacia la propia persona, los métodos de la ciencia son cuestionables y a día de hoy lo siguen siendo, todo confluye en una tormenta en búsqueda de la libertad y la venganza, una lucha de clases donde el humilde busca sentirse imporante y el poderoso mantener un orgullo y una reputación, algunos desean disecar su pasado cuando en realidad la propia ciencia se basa en aprender de los errores, todos los caminos del aprendizaje salen de la oscuridad hacia la luz.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
stikma
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20 de septiembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lúgubre y oscuro clásico de terror, de atmósfera agobiante y tenebrosa.
Posee un insuperable reparto (impagable ver juntos a dos de los grandes mitos de este género), además tiene en mi opinión, a uno de los individuos más siniestros de la historia del cine, el siniestro cochero, magníficamente interpretado por el gran Boris Karloff, su sola presencia da escalofríos y hiela la sangre.
Muy entretenida, cruel y magnética película.
Imprescindible para los fans del género y del buen cine, esta es una de esas películas que es casi esencial disfrutarla en versión original.
Muy Buena.
espagueti con tu sangre
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