Maridos

Película dirigida por John Cassavetes en 1970 con dos de sus actore fetiche como protagonistas: Peter Falk ("Una mujer bajo la influencia", "Un hombre en apuros") y Ben Gazzara ("El asesinato de un corredor de apuestas chino", "Opening Night") y el propio Cassavetes completando el terceto.

Los tres acuden al funeral de un amigo. Después se reúnen, charlan, reflexionan, beben, se divierten, juegan al baloncesto. Sobre esto gira la película durante sus dos horas y media. existen varios leitmotiv también presentes en toda la filmografía de Cassavetes:

- Fracaso vital. Tema recurrente en todas sus películas, personajes que se preguntan por su pasado, perdedores como en "Faces" o en "Una mujer bajo la influencia" o como en este caso retrato de una burguesía decadente.

- Alcohol. Otro de los temas estrella y que estuvo muy presente en la vida del director. Aparece en muchas de sus películas: "Too Late Blues", "Faces". Aquí aparece no como válvula de escape sino como parte de la vida cotidiana.

- Relaciones interpersonales. Los personajes se desnudan y se muestran tal como son. Sin artificio, sin trampa ni cartón.

La película se hace larga, sobrando media hora de metraje. Demasiadas conversaciones estiradas que aportan muy poco. Las interpretaciones del trío protagonista son convincentes destacando un gran Ben Gazzara. Un actor muy infravalorado en mi opinión.

Cuando empecé a ver está película me pareció un embrollo. Sin embargo, conforme los minutos pasaban me di cuenta que estaba ante una película interesante, a pesar de sus fallos.
El cine estadounidense está en deuda con Cassavetes. Actor que un día decidió tomar una cámara y romper con los paradigmas de la todopoderosa Hollywood. Cassavetes fue el padre del cine independiente, y un soplo de aire puro en el cine estadounidense.
La forma que Cassavettes concebía el cine es criticado por unos y admirado por otros, pero no se puede negar que fue un director de talento y de gran valentía.
Maridos muestra la historia de un grupo de amigos quienes después del entierro de de un amigos de ellos, deciden irse de fiesta y después viajar a Londres. Lo que a primera vista perece la historia de tres hombres actuando de manera inmadura; se esconde (en mi opinión) una reflexión sobre las muerte, la llegada a la mediana edad y las decisiones que tomamos en nuestras vidas. Estos son hombres con vidas monótonas. La muerte de su amigo sirve como motor para impulsarlos a cuestionar sus vidas, Es evidente que se sienten poco satisfechos con la vida que llevan.
No es un filme excelente. Pero es una obra a destacar. El final es estupendo. Me dejó con un vació.

Seguí el consejo de Motta, me cargué de alcohol para paladear las venturas y desventuras de este atómico trío, y pese a que no me cautivó tanto como Faces o Una Mujer Bajo La Influencia, pasé un buen rato.

Por encima de todo, subrayo el tono agridulce que imprime Cassavetes, y que entronca perfectamente con ese sufrimiento sordo que genera el mundo adulto y sus infiernos, y que plasman a la perfección unos inspiradísimos Gazzara, Falk y el propio Cassavetes.

La química entre ambos, la fluidez con la que se ríen del mundo mientras el mundo les clava la lanza en el costado es lo mejor de la función, sin duda. Hay secuencias muy divertidas, entre las que destaco una de las iniciales, en las que charlan sobre el drama que supone comprobar como, progresivamente, tus ídolos deportivos tienen menos edad que tú, y que es mi momento favorito de la película.

Qué diablos, ésa es una de las mejores secuencias que yo haya visto en el cine de este hombre, sin duda.

Por lo demás, hay tramos un poco aburridos, Cassavetes quizá estira demasiado el chicle y no explota todas las posibilidades que le ofrece este volcánico trío, pero el sabor de boca es agradable, la honestidad y la ausencia absoluta de concesiones a la comercialidad es elogiable, la personalidad de su autor es incontestable y la rumba del sabor amargo, por supuesto, sigue sonando.

Y en breve, y para rubricar la trilogía cassavetiana que Motta me estampó en un glorioso DVD, la noche se abrirá de piernas.

Sí.

Cuando vi esta película, en las primeras escenas ya no pude despegarme del televisor. Increible manejo del lenguaje cinematográfico. Una película íntima, profunda, en donde pasan tantas cosas y tan pocas cosas. Cassavettes es un genio, y esta pelicual es una genialidad.