Leaving Las Vegas

Aunque, sin duda, es el mejor papel de Nicolas Cage, he de decir que la película no ha cubierto mis expectativas como esperaba. Había escuchado maravillas de la historia y a mi no me ha gustado. Creo que no he sabido encontrar el sentido que se pretende transmitir.
De nuevo, y me repito, Nicolas Cage está fantástico y por eso el oscar que ganó. En cuanto a la historia no me parece que transmita correctamente la vida de prostitución ni la decadencia del personaje principal. Reconozco, eso sí, cierta transgresión de lo ya establecido.

Clásico drama oscuro y emotivo de los 90's con un Nicolas Cage sorprendentemente bueno y Elisabeth Sue.
No es mi estilo de película el drama romántico y mucho menos el particular romance de 2 almas en pena como lo son Ben y Sera. "Leaving Las Vegas" es más arte y "ópera" que efectos prácticos, cine clásico con todas las letras. No obstante, el film más allá de ofrecer el deterioro y declive de los personajes en la ciudad del pecado, parece no ofrecer mucho más que 100 minutos emotivos y que intenta mostrar al espectador haces de luz en la más absoluta oscuridad.

Fotografía regulera para tratarse de un film que transcurre en una ciudad única y lo mencionado arriba. Una película que consigue su propósito pero que en mi caso, no puedes generar empatía o conexión con ninguno de los personajes. Eso no quita el entretenimiento, y salir con el "check" al finalizar el film.

Para amantes del drama más oscuro y cine artístico es imperdible.

Es una película buenísima!!! Algunos de los diálogos me dejaron huella, como 'Gatita, eres luminosa!' .... Nicolas Cage hace un papelón, y la historia es buena, diferente. Me encantó...

La película en sí: plúmbea e inverosímil, aunque es cierto que la realidad siempre suele superar la ficción; o sea, que bien pudiera suceder que algún vecino de cualquiera de nosotros dispusiera de dos hígados y fuera capaz de beber el doble y mitad de lo que el director le hace tragar a Nicolas Cage escena tras escena, toma tras toma, fotograma a fotograma convirtiéndole en una especie de Bob Esponja de las bebidas espirituosas. Collage de anécdotas más mal que bien engarzadas, aunque debo reconocer que alguna soprende un tanto así. El final se ve venir.
El protagonista: Nicolas Cage en su registro de siempre. La misma cara, los mismos gestos que ha empleado en todas sus películas anteriores y que, sin duda, volverá a utilizar en las venideras por los siglos de lo siglos. ¡Qué aburrido es este hombre! No sé, pero me da a mí que a este actor no hay director que le tosa y le exija una aportación algo más original, distinta, según la historia que se cuente. O tiene bula o no da más de sí.
La protagonista: tengo para mí que recae sobre Elisabeth Shue todo el peso de la historia y que en ese reto se desenvuelve muy bien, pero que muy bien. Bella, frágil, dura a veces, sutil. Una pena que no haya correspondencia en su partenaire, el bueno y aburrido Nico.
Película de usar y tirar. Una vez vista nada invita a una revisión porque no hay sutilezas que poder redescubrir.
Desastroso y granítico directo a la mandíbula de cualquier espectador, cultive o no las buenas costumbres.

Es el sobrino de Francis Ford Coppola y por eso ganó un Oscar. Su interpretación es un insulto al gremio de actores, al escritor de la película, a los alcohólicos del mundo y por supuesto, al público.

Elizabeth Shue está muy bien como Zera y la película logra un par de momentos agradables


Pero la irrespetuosa presencia de Cage y su falta de sentido dramático tira todo por la borda, una lástima...