Figuras ocultas

Muy posiblemente, los que se hayan documentado al respecto dispongan de cientos de razones para despellejar a la película y a sus responsables: la historia en la que está basada tiene toda la pinta de ser más interesante, más veraz, incluso, que la que se nos presenta en pantalla. Y es cierto que Kevin Costner, el jefe del Arca, simula ser el único que no ve a una mujer negra cuando mira a Taraji P. Henson, y tampoco es mentira, entre otros muchos chirridos, que la conversión para la causa de Kirsten Dunst es como de postal navideña.
FIGURAS OCULTAS, que se lanzó a la conquista de galardones de igual modo que los americanos se lanzaron a la conquista del espacio hace más de cincuenta años, es algo así como una sucesión de diapositivas o clichés que conducen, inexorablemente, al bonito y académico final; como si en la tierra de las oportunidades se hubieran acallado para siempre las voces que avisaban de problemas a los que se quedaron en Houston y como si la vida, en efecto, dentro de aquellas fronteras, fuera en todo caso justa. Así, más que dureza se traslada almíbar y antes que obstáculos, nos llegan farolillos.
No creo, siquiera, que un nuevo programa de Diversión con Banderas nos permita a los propios y a los extraños poner otra vez los pies en el suelo.

Formalísima producción que parece un producto de fabricación en cadena. Cuenta la historia de tres mujeres negras que alcanzaron puestos de relevancia en la todavía racista NASA de los años 50, en plena carrera espacial.

La historia realmente merece conocerse, eso vaya por delante. Lo que me fastidia es la pulcritud con que está filmada, cada plano milimétricamente construido, cada peinado perfectamente enlacado o engominado con su raya perfecta. Parece que te están vendiendo un producto en lugar de contándote una historia con tintes humanos.

Una historia de superación con la discriminación racial de fondo, pero muy de diseño. Y como se desarrolla en plena guerra fría, no podemos abstraernos del clima de patriotismo que transmite, una patria para la que la superioridad racial era más importante que superar los rusos en el espacio. Pero, aún así, es cine orgulloso. Y plumbeo.

Siempre he sentido como la más terrible paradoja que, un país avanzado, con tanto acceso a la cultura y a la educación, y con tantos logros en todas las áreas del conocimiento como, Los Estados Unidos de Norteamérica, sea a la vez una sociedad con unos atrasos en convivencia, moral y civilización, que resultan sorprendentes e inaceptables. Cuando veo una película como, <<FIGURAS OCULTAS>>, no consigo entender esos absurdos segregacionistas y de necia superioridad que asumen, los blancos contra los afrodescendientes, en “razón” de su color. ¿Por qué son incapaces de comprender que, si hay muchos negros en la pobreza, en el vicio y en la miseria absoluta, es porque siempre los han arrinconado? ¿Por qué no ver que, si un buen número de afrodescendientes son delincuentes y asesinos, es porque les han denegado cualquier posibilidad de superación o resocialización? ¿Por qué no aceptar que al haber padecido exclusiones y discriminaciones de todo tipo, eso los vuelve toscos, desaliñados y agresivos?

Sin duda -y ésto lo prueban cientos de años de racismo, atropellos y aniquilación-, la cultura estadounidense es tan avanzada en lo técnico y en lo económico (motivada por la ambición), como atrasada en la convivencia social y en la moral (incentivada por su arrogancia). Es una potencia con la más alta impotencia para vivir en paz.

Aunque el guion de, Allison Schroeder, basado en la novela de, Margot Lee Shetterly, nos ofrece una visión idealizada de los afrodescendientes, que no se contrasta para no empañar sus ocasionales y muy valiosos logros, la película logra plasmar la escandalosa forma como, en las primeras décadas del siglo XX, se les aislaba de tantísimas maneras y en casi todos los lugares, y es precisamente, éste aberrante apartheid, el que hace que los logros de las tres inolvidables mujeres que vemos en la película –¡que existieron y así fueron!- tengan un valor inconmensurable que apenas, ahora, se consigue exaltar.

Lo suyo, significaba un altísimo empeño formativo, una infinita tolerancia… y una capacidad de inventiva para vencer los obstáculos que solo queda aplaudir... y, empero, ¿qué les parece esa escena cuando, después de sus grandes logros como “computadora humana”, Katherine Goble Johnson, es relegada y ninguno de sus compañeros de labores es siquiera capaz de felicitarla o despedirse?

La película me ha llegado al alma y siento que el director, Theodore Melfi, ha logrado una historia que se propone poner las cosas en su lugar. Algunas escenas, como aquella en la que, Al Harrison, jefe del Space Task Group (Grupo de Tareas Espaciales), reclama a Katherine por sus ausencias… o esa otra cuando la muy bella, Mary Jackson, busca persuadir al rector de la Universidad de Virginia para que le permita ser la primera negra en estudiar allí… o también aquella en la que, Harrison, permite a, Katherine, acceder a una reunión de los altos ejecutivos a condición de que no hable, son de antología, emotivas, bellas e imponentes. Si esto no es cine en sus más altas cuotas de arte, entonces no sé lo que es el cine.

Taraji P. Henson, en su valiente rol de Katherine G. Johnson; Octavia Spencer, como Dorothy Vaughan, la hábil programadora de computadores y, Janelle Monáe, haciendo de, Mary Jackson, la irreverente chica en ascenso como ingeniera, se toman la película de principio a fin, con una lección de vida que deberían ver todos los discriminados del mundo.

Mención para la calificada fotografía, la efectiva banda sonora, y la amplia documentación que rememora lo acontecido, en los años 60’, en términos de carrera espacial cuando, a toda costa, los estadounidenses pretendían ser superiores a los rusos.

Título para Latinoamérica: <<TALENTOS OCULTOS>>

Está claro solo con ver los primeros minutos que la realización es impecable. Se nota en la fotografía y en la ambientación de los años 60.
Conocemos a tres mujeres negras que trabajaban como matemáticas en la mismísima NASA en los años 60. ¿Quién lo diría?
El trío protagonista le hace sombra al propio Kevin Costner. A este actor al menos le queda dignidad y sigue haciendo buenas películas aunque en muchas ocasiones lo haga como mero secundario. Supongo que todavía está recuperándose de la época en la que casi termina su carrera con sus sonados fracasos. No está mal esta cura de ego que está teniendo el de “Bailando con lobos”. Seguro que así está creciendo como persona.
En cuanto a Jim Parsons, encaja como un guante, pero creo que es porque lo tenemos asociado a su eterno personaje de la televisión. ¿Conseguirá desencasillarse del papel de científico repelente? Lo dudo muchísimo.
La historia de la lucha por los derechos civiles de los “de color” en los años 60, en esta especia de “apartheid” americano, está muy vista. Pero nunca lo han contado con este enfoque y en este contexto de la agencia espacial, lo cual me ha parecido bastante interesante.
Esto hace que sea incluso más entretenida que otras películas que han tratado la historia de la NASA, como la pesadísima “Elegidos para la gloria”, que nunca he sido capaz de ver entera.
El film es también un buen documental de los logros de esta empresa, que en el fondo no era nada más que una pieza más de la llamada guerra fría, pero que tanto consiguió evolucionar la ciencia en el siglo XX.
La labor de estas mujeres fue encomiable. Su trabajo supuso un gigantesco corte de mangas a la sociedad en las que les tocó vivir. Aunque hay que decir que, debido al respeto que se ganaron, no sufrieron (o al menos aquí no lo vemos) un rechazo social tan brutal como otros (véase “Arde Misssissippi”).
Los momentos más llamativos son los del lavabo de mujeres y los enfrentamientos con “Sheldon”.
Es una película interesante y muy entretenida para ser pura historia de la NASA y durar algo más de dos horas.
Por cierto ¿”Fortran” el lenguaje del futuro? ¡Qué ingenua!

La historia en sí me a parecido increible. ¿ De verdad gracias a estas señoras llegaron los americanos a alcanzar a los rusos en la carrera espacial? por poco que tuvieran que ver, estoy seguro de que tuvo mucho más mérito que el que refleja la pantalla. Las tres por sí mismas se merecen cada una de ellas una película. ¿ Mujeres, de color, y llegar donde llegaron? increíble. Déjate de gente que vuela con capa. Creo que la película refleja muy bien ( aunque a groso modo) los problemas que tenían estas señoras cuando incluso sus propias parejas las infravaloraban por ser mujeres, por culpa de la sociedad sexista, por que según la película parecen buena gente, y en el trabajo por ser de color, por culpa de la sociedad hipócrita. Bien ambientada, incluso con tintes que me han recordado a "Arde Mississippi". Si tuviera que ponerle alguna pega es la corta duración del film, con la materia existente y la interpretación de Jim Parsons, que pone la misma cara odiando que siendo simpático, aunque puede ser culpa mía por haberlo encasillado demasiado en el papel de Sheldon. En fin, que hay que verla
Y que no se os olvide. Es un echo real, y entre lo que te dicen y lo que se deja ver es vergonzosamente (por hombre y por blanco que soy) increible.