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Torrente, el brazo tonto de la ley

Comedia Torrente es un policía español, fascista, machista, racista, alcohólico y del Atleti. Tiene un vecino llamado Rafi, al que le gustan las películas de acción y las pistolas, y que vive con su madre y su prima Amparito, una ninfómana. Juntos, Torrente y Rafi, patrullarán por la noche las calles de la ciudad. (FILMAFFINITY)
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Críticas 137
Críticas ordenadas por utilidad
15 de octubre de 2014
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Desde chiquitito me había llamado la saga Torrente pero no fue hasta hace tres o cuatro años que vi su primera entrega y se me quedó en la memoria, sus secuelas me gustaron pero no al grado de esta primera entrega donde se inmortalizó a un personaje que nadie daría un duro por el, la representación gráfica del conjunto de defectos de todos los españoles en una sola persona, sí, duele decirlo pero tenemos a Jose Luis Torrente, el hombre más orgulloso de sí mismo que ha pisado España. Un grande sin ninguna duda y que siempre se quedará en mi cabeza escenas como la de Chinita en el restaurante chino, la patada en las partes con bingo de por medio y el torito guapo de la discoteca. Santiago Segura hizo lo improbable y lo consiguió, encandilar y crear una legión de fans que tras cinco películas la gente sigue yendo a ir al cine a ver a este particular y carismático personaje. No es una cinta que se salga de lo convencional ni rompa los esquemas de la comedia pero hace reír a carcajadas y eso es algo que no muchas comedias consiguen y más siendo españolas, y esta es un ejemplo a seguir a mi parecer. El principio del fín donde pudimos ver a un enorme Tony Leblanc y a un principiante tontorrón pero entrañable Javier Cámara además de la sucesión de cameos que tan graciosos sientan en varias partes de la cinta con diálogos realmente desternillantes.
He vuelto a verla unos años después y me sigo riendo más todavía que la primera vez, y eso es un efecto que solo ha dejado el señor Segura inmortalizando un personaje que no ha caído en el olvido y que sigue estando en auge aunque esté desgastado en la decepcionante quinta entrega. Buena.
StarNine27
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4 de julio de 2018
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El inicio casposo y más cutre del famoso policía encarnado por Santiago Segura fue una producción hecha con cuatro duros y un diseño de producción horrible, seguramente hecho así a propósito.
Sus andanzas con Amparito, Rafi, el restaurante chino y el padre inválido se han quedado ya como un pequeño clásico del humor español y costumbrista.
Hay mucha gente que odia al personaje, porque verdaderamente es detestable. Pero tenemos que entender que Segura no está defendiendo a un tipo así. Realmente, es un reflejo de lo más chusco de algunos estereotipos de nuestro país, exagerado hasta la extenuación. Es machista, soez, políticamente incorrecto, maleducado y un largo etcétera. Pero todo está hecho para hacer gracia. Entiendo que los espectadores más serios puedan considerar ofensivo que este tío se ría hasta de una discapacitada ("¡Pescao, pescao, que está muy rico!"), pero hay que tomárselo con buen humor, porque creo que en el fondo no hay mala intención por parte de Segura.
Pues bien, a pesar de los escenarios horrendos (bares de azulejos, barrios de tercera y pisos a los que les hace falta una buena reforma y limpieza), de los espantosos títulos de crédito iniciales que hasta el "Power point" podría mejorarlos, y del esperpento de los personajes, se nota en el fondo una buena técnica en la filmación. Esto ya subió mucho más en las siguientes entregas, pero aquí ya despuntaba. Al fin y al cabo, no olvidemos que se llevó algunos premios Goya y todo.
Entre los secundarios, tanto Javier Cámara como el recuperado Tony Leblanc hacen una labor realmente destacable. Cámara es capaz de ponerse a llorar como si tal cosa, y Leblanc es un viejo impedido absolutamente convincente, y que no tiene nada que ver con el papel que luego haría en la segunda parte.
El humor en sí, a mí me resulta divertido. Con esta película y con toda la saga, yo me río, y con eso me vale. Siendo una comedia, basta con eso para que yo la considere aceptable.
i42poloj
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4 de marzo de 2023
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Don José Luis Torrente. Historia viva del país. Un grande hecho y derecho, metiéndose la ley por el trecho jajajaja. Pues que decir de esta película y del inicio de la saga. Una maravilla divina. Espectacular su casa donde tiene a su padre moribundo y donde lo llega a alimentar con sobras del bar, la pescadera buenorra que bien que luego ella aprovechó sus dotes sexuales, el primo de la chica esta que es muy inocente y se hace amigo del personaje principal, momentos graciosos como el del restaurante chino y los grandes momentos musicales del Fary en el coche y en la discoteca jajajaja. Espero y deseo que vuelvan a retomar la saga porque es lo que necesita el país y mucho. Grande Torrente, grande Santiago Segura.

-Es recomendable para los que sepan entender su humor porque hay partes con algo de toque verde pero hay que saber de todo y no ofenderse. Igualmente es cultura del país y todo español la debería de ver. Me gusta mucho su banda sonora y de que la historia transcurra en Madrid. El papel de Javier Cámara como chico que no sabe nada me mola y el de Neus Asensi como la prima sexual, también está muy bien-
Nainggolan4
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10 de mayo de 2023
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Aunque dicho ahora pueda sonarnos a chino -bien empezamos con los dobles sentidos para hablar de su ópera prima- hubo un tiempo en el que a Santiago Segura le gustaba convertirse, en la ficción, en degenerados que se entretenían torturando, vejando y matando criaturas inocentes similares al tipo de público que hoy llenaría las salas de cine para ver sus películas.
De dos de sus cortometrajes previos amamantado por la teta de la turbia guarrería "jessfrankiana" Segura preservó -de momento- la atmósfera malsana y una personalidad que explotaba, reivindicándola, una estética feísta y desagradable con la repugnancia como señas de identidad celtibérica gustosamente rancia.
No es Berlanguiano. No es Azconiano. Ni tampoco Mariano Ozores. Ni Jess Franco. Es todos ellos, sencillamente, porque todos cabían como homenajeados en un festín de casposo marranismo rabiosamente divertido, una comedia de acción cañí repleta de chistes que sería imposible reproducir en redes sociales veinticinco años después:
"¡Vamosss! ¡Vengaaa! ¡¡¡Venga, corred a por la chuletaaa!!"
Los influencers aún no existían y los famosetes de medio pelo todavía no tenían tanto tirón en el cine como para ocupar más que unos pocos minutos (salvo si te dirigía Álvaro Sáenz de Heredia): a Cañita Brava le cundírían mejor unas pocas secuencias que al resto de los colaboradores pese a no llegar a cobrar jamás sus 5.000 pesetas de whisky.
El director Daniel Monzón ('Celda 211') tomaría la prudente y sabia decisión de no prolongar su carrera interpretativa al tocar techo como dependiente de una tienda que grita encañonado por Jorge Sanz y Gabino Diego mientras el "inspector" Torrente probaba gratis los desodorantes. Fernando Trueba aparecía también el ratito justo para que le diese tiempo a repartir unas cuantas hostias.
Lo que el futuro le depararía, entre otros tantos, al "sobrino tonto" Antonio de la Torre o a un Javier Cámara que ya era famoso gracias a la televisión (con Andrés Pajares) es otra historia:
- Pero vamos a ver, ¿tú has foll#%, chaval??
- No, pero lo he visto en las películas.
- Sí, en las de Cantinflas".
Las maldades se las reparten los capos Espartaco Santoni y Manuel Manquiña, que sabe lo suyo de torturas porque ha visto muchas películas -te puedes fiar si lo dice Carlos Bardem, con no mucho más diálogo que Javier dejándose remolcar del suelo por Poli Díaz-.
Nunca fue tan cierto el tópico de reconocer que la primera era la mejor. No es la que mejor estaba rodada, pero a Segura le salió un artefacto tan soez y puerco como auténtico, empieza con temazo del Fary (¡acompañado del cubata instantáneo!) y además recuperaba al sensacional Tony Leblanc sacándolo de su retiro, aportando mendicidad neorrealista al conjunto (y lo del neorrealismo lo digo sin choteos)
Una mugrienta obra de arte.
Qué, ¿nos hacemos...?
Apunte personal: doy por sentado que desde que se dedica a la música (con probado talento, por cierto) Jimmy Barnatán mantiene una relación mucho menos perjudicial con los micros.
antonio lopez herraiz
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26 de mayo de 2005
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso que en toda la saga de Torrente podemos disfrutar de una película típica española con gracia y con un personaje, Jose Luís Torrente, único y muy divertido que nos deja míticas frases cómo: "(...)nos hacemos unas pajillas" o,"te gustan las pistolitas".
La primera película pienso que es la mejor de las dos que han salido aunque proximamente habrá que esperar para ver Torrente 3.
Jack_Bauer24
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