Para entrar a vivir - Películas para no dormir (TV)

Una pareja encuentra un papelito de publicidad en su buzón, de esos que te informan de un piso majísimo a un precio increíble, y claro, van a verlo porque como la mayoría de españolitos no tienen donde caerse muertos. Hasta ahí una historia que podía ser la tuya o la mía. Pero llegan al piso (que está en el culo del mundo, bueno, en el culo de Barcelona) y pese al ambiente postapocalíptico del barrio se deciden a bajar del coche y mirar el piso dichoso. Una ruina, porque aquello es una ruina, pero una ruina muy particular y llena de unos detalles que hace que los futuros inquilinos intenten irse por patas del edificio. Pero eso, se queda en un intento y... hasta ahí puedo contar ja ja ja

Es una película muy claustrofóbica y agobiante en la que la acción pasa tan rápido (de hecho la película dura sólo una hora), que apenas te da tiempo a digerir lo que les está pasando y no te sientes capaz de dar soluciones lógicas a una situación tan irreal y espeluznante como la que están obligados a vivir.

Hay que ver lo malos que son los bancos y las expropiaciones... y antes de ir a ver pisos... haced el favor demirar por la ventana a ver qué pinta hacen los demás vecinos vale??

Ah, se me olvidaba. Sí, la recomiendo

Balagueró es un tipo listo, sin duda. Comenzó haciendo una película bastante interesantilla y continuó por la línea comercial, encargándose de película de Operación Triunfo para luego tener pasta y seguir con su cine, el que le interesa, con obras tan destacables como "Frágiles". Y evidentemente no podía resistirse a la nueva oleada de "directores del género" y realizar su aportación a la serie de "Películas para no dormir".

Su obra es bastante absurda y algo tontorrona, todo lo contrario que la interesante "La habitación del niño". Pese a todo, puede verse y tiene algunos destellos bastante currados. El primero es el reparto, que están razonablemente bien -y de crack hasta el culo-, empezando por la Macarena esa que parece que se ha tragado un MP3 y está siempre en tensión y nerviosa, como si su organismo estuviese bailando, y continuando por Nuria González, quien por su físico y tal, hace un papel MUY decente. También está por ahí Adriá Collado, que mola un huevo.

La historia es bastante simple: una pareja va a ver un piso y la casera del mismo los secuestra. No diré más, es mejor verlo, aunque la resolución final es bastante cutre. Tiene escenas cuidadas, bastante gore de manual, algún personaje con dobles intenciones y un "final sorpresa", como es habitual. La fotografía es decente y la atmósfera está conseguida, e incluso se pasa rápido y es entretenida. Pero... dista mucho de ser reivindicable.

Así, en resumen, Balagueró levanta una película cuya base es original y que tiene algunas escenas dignas. Sin embargo hace agua no sólo en comparación con "Frágiles", sino con sus propias compañeras de la "serie". Eso sí, está por encima de la media de los "Masters of Horror" americanos.

Quizás la más apreciable de estas "Películas para no dormir", el mediometraje de Balagueró demuestra una vez más porque este director catalán es el producto más exportable de nuestro cine (y no Penélope Que Cruz): este filme podía haber sido perfectamente rodado en EEUU y no nos hubiera chocado nada. Tiene los mismos vicios de cámara, los mismos tópicos y acojona lo mismo.
Nos cuenta la historia de una pareja de novios que se van a las afueras de Barcelona a ver un piso que aparentemente es un chollazo. Una vez entran a verlo, estarán atrapados en los terroríficos planes de una desquiciada Nuria González (que se da el gustazo de sacar su vena histriónica). El desarrollo argumental es deliciosamente previsible -es difícil que una historia como esa derive por terrenos insospechados- y consigue provocar lo que busca: mal rollo, sustos por doquier y en general, el buen sabor de boca que te queda después de haber visto una película que cumple las expectativas depositadas en ella.

Lo que provoca verdadero horror es el Euribor (vaya pareado me ha salido), las hipotecas que terminaran de pagar tus hijos y abrir el catálogo de una inmobiliaria para fijarse en los precios.
Yo me iría a ese Silent Hill del extrarradio barcelonés y conviviría encantado con esa señora, la madre que la parió, su cortador de pizzas oxidado y los numerosos inquilinos en forma de maniquíes. Me da lo mismo. La cosa está tan mal… que ese piso de tres habitaciones, dos baños completos, cocina equipada, muy luminoso, ideal para parejas y “Para entrar a vivir” me supone un paraíso inmobiliario. Ya tengo cita.

Lo que no es un paraíso, esta vez cinematográfico, es la aportación de Jaume Balagueró a “Películas para no dormir”. Simplemente visible por ir directo al grano y la dirección habitual del director con montaje y movimiento de planos que provoca la epilepsia. La banda sonora mediocre.

Las aventuras de esa pareja en esa “tela de araña”, que avecina la cristalera de la azotea del edificio, forman parte de la ciencia ficción y camino a la tomadura de pelo. Como terminar de pagar una vivienda (para el 2046).
Pese a todo “Para entrar a vivir” es tan simple y efectiva y al mismo tiempo tan poco recomendable como meter la mano en un triturador de basuras y pulsar el botón.

Jaume Balagueró no ha vuelto a hacer nada como "Los sin nombre". Ni "Darkness", ni "Frágiles" tienen las malas (por ser película de terror) sensaciones que da su primera película. Por supuesto este film, tampoco está a la altura. Las actuaciones están desentonadas. Macarena Gómez no es una gran actriz; Adrià Collado es poco expresivo; y Núria González está un poco pasada de vueltas.

Jaume Balagueró abusa en exceso, tal y como lo hiciera en "Frágiles", del movimiento de cámara, aunque consigue una fotografía excelente. La película está llena de los tópicos del género pero provoca, por momentos, que te tapes bajo la manta. El film no está mal, a pesar de sus muchas torpezas.