American Gigoló

Es un drama en el que un joven Gere nos muestra su talento como gigoló, aunque para mi no tanto como actor. La película cae en el aburrimiento y solo al principio logra interesarme. La trama es muy predecible.
Creo que la interpretación de Gere es muy Light.

El tema musical que se escucha al principio, todavía hoy es recordado: Call me de Blondie.

Ooo-oo-oo-oo-oo, he speaks the languages of love Ooo-oo-oo-oo-oo, amore, chiamami, chiamami Ooo-oo-oo-oo-oo, appelle-moi mon cherie, appelle-moi Anytime, anyplace, anywhere, any way Anytime, anyplace, anywhere, any day-ay…

Lo rescatable son algunas escenas sensuales. En las que la belleza de Lauren Hutton no desentona.

En un monólogo determinado de la película, el protagonista Julian hace tal alegato sobre la importancia de su trabajo, que bien podría considerarse eso de que le proporcione orgasmos a las mujeres del planeta (loable misión) como una labor humanitaria, un acto de caridad digno de nuestro agradecimiento. Si el encargado de ese esfuerzo es Richard Gere, sexy hasta las trancas, lo veo hasta comprensible.

Desde luego, la cosa dista mucho de ser caritativa, por mucha sensibilidad que ponga Julian Kay en sus encuentros con esas señoras que tan bien le pagan. De hecho, la historia es de lo más sucia y profundamente sexual, lo cual tiene muchísimo mérito si tenemos en cuenta que sólo aparece una escena de cama en toda la película; escena, sin embargo, no muy arriesgada y hasta hortera. Sea como sea, «American Gigoló» retrata con éxito a través de sutilizas, música, locales, atmósfera y conversaciones que te dejan patidifusa («me gusta el sabor de la sangre») lo que es ese ambiente y lo que hace Julian, una especie de yuppie del sexo en un mundo movido por el sexo con gente menos amable de lo que él creía.

La trama no se sabe por dónde va a ir hasta que aparece primero una tal Michelle, que te incita al romance, y luego un asesinato, que te lleva hacia la intriga. Ambas historias no parecen tener mucha relación, pero al final se verá que se complementan necesariamente, tal y como una espera. Admito que yo estaba angustiadísima por el devenir de los acontecimientos y me moría de sólo pensar que Gere pasara una noche en la cárcel. El desenlace es agónico y, más que dirigirse, se arrastra hacia una última escena cargada de emociones y sentido. Muy bonito, la verdad.

«American Gigoló» tiene hasta su moraleja conservadora y una evolución vital a base de palos de un personaje carismático encarnado por un Richard Gere pletórico, hecho aquí la fantasía sexual de un buen puñado de mujeres. La película gusta, es interesante, entretiene. No está nada mal.

!Qué bueno que fue el cine de los 80¡ Fantástica película sobre la redención de un gigoló que descubre el amor genuino después de haber proporcionado tanto placer a innumerables mujeres. No soy un fan precisamente de Richard Gere, pero este personaje le iba a la medida, y en cuanto a Lauren Hutton: a quién no le gustaría que le redimiera en el último momento una mujer bellísima, sensible y frágil como ella.
Desde el comienzo con la música de Moroder sonando a todo trapo te imaginas que el film promete, y la verdad es que no decepciona. Película recomendable para aquellos que quieran una buena historia con personajes creíbles y no de plástico, muy bien desarrollada, atada y culminada por Schrader.

Gracias a "American Gigoló", Ricard Gere saltó a la fama como uno de los galanes más cotizados de la década de los 80, 90 y si me apuras, la del 2000, hay que decir que merecidamente. En esta ocasión lo lucen y se luce interpretando a Julian, un gigolo de lujo, papel que le viene como anillo al dedo, para deleite de señoras y señoritas de todas las edades, incluida su acompañante en la gran pantalla, Michelle (Lauren Hutton) que pierde la cabeza con él. De hecho llega a exteriorizar el deseo de más de una espectadora con el revelador "Siempre quiero hacer el amor contigo". Aunque ya que estamos, no es tan joven como parece pues contaba ya con 31 años. Sea como fuere, estamos delante de una película que toca el espinoso tema de la prostitución, encima masculina. Muy fuerte el planteamiento, tanto que no sé si se ha vuelto a repetir. Claro que si la protagonista fuera una chica, pues no se hubieran atrevido a hacerla (SPOILER).

Con todo, "American Gigoló" es más que el pase de modelo al que se presta Richard Gere. De por medio hay un asesinato y una historia de amor que mantienen la incertidumbre hasta el final. Aunque también es verdad que la película es lo suficientemente lenta y con un ritmo tan pausado que uno puede tirarse una hora sin saber de qué va. Una vez entrado en el tema, a Paul Schrader le falta convicción, moviéndose entre un thriller bastante suave y un melodrama que pretende ser romántico con un final algo brusco y forzado (SPOILER). Para mí, la doble trama es un error. El director debería haberse centrado en la intriga prescindiendo de la historia con Michelle. Por este motivo la situación de Julian dista mucho de ser angustiosa, pues apenas esboza la parte puramente detectivesca, que debería ser el punto fuerte. A destacar en cambio la bonita canción de Blondie "Call Me", incluidos los arreglos musicales sobre el tema de Giorgio Moroder.

Alienta una buena película; hay muchas ideas interesantes, pero está muy mal hecha, horriblemente resuelta.
Se desliza lánguidamente, perezosamente, en tres planos: el laboral emputecido, el amoroso pringoso y el criminal fatal. Al final pretenden fusionarlo todo, y no.
Se quiere mostrar la corrupción esencial de Los Ángeles, su trasfondo, su "Hardcore: un mundo oculto", sus políticos indeseables, los ricos asesinos, las viejas insatisfechas, los chulos, los putos y otros animales. Y Gere, un cruce del solitario Travis de "Taxi Driver" con el paranoico Harry de "La conversación", hace de bisagra entre los dos extremos, clases o formas de vicio; la clase alta, adinerada y compradora, de almas, cuerpos y voluntades, y la clase media-baja que intenta trepar-sobrevivir a costa de lo que sea. Pero el personaje no está bien definido, ni bien construido ni bien escrito; desfallece, se desmaya, entre el típico héroe aburrido y el canalla interesante, entre galán patético y arribista de manual. Y hasta se aporta cierto fatalismo, cierto existencialismo "pulp" que sugiere un personaje de cine negro chusco, algo así como un Chandler- Marlowe (muy) venido a menos (de investigador a investigado), moviéndose torpemente en el cenagal de las joyas, los dólares y las infidelidades opulentas.
Y también está muy mal explicada la historia de amor. Mal dialogada y con escenas de cama completamente ridículas. Un romance pesado e inverosímil, de novelucha rosa, bastante penoso.
Y la parte policial, tampoco. Contada con desgana, de forma desvaída y cansina.
No hay ritmo ni tensión ni nada. Es una sucesión de escenas deshilachadas, mal juntadas, sin armonía ni fuste.
El resultado es sorprendentemente mediocre; de factura pobre. Lo dicho: buenas intenciones y magnífica premisa dejadas a la buena de Dios. Una obra moribunda, exangüe.