Infiltrados en clase

Basada en la serie juvenil de los ochenta titulada originalmente 21 Jump Street (en nuestro país, Jóvenes Policías), con alguna que otra cara que luego sería mundialmente conocida como la de Johnny Depp, quizás el único actor que saltó a la fama cuando la serie. Una muy buena película, la mar de entretenida y que su metraje se pasa volando. Lo siento, sé que muchas veces me repito, pero es que es verdad, se me ha pasado volando, ya que me he reído, disfrutado con las peripecias y problemas que se montan los personajes encarnados por Jonah Hill (al que en el instituto era un pardillo, un perdedor que no consigue ni un ligue y con el pelo a lo Eminem) y Channing Tatum (ese chulito, al que tenía a todas las chicas que quisiera, sin problemas). En el instituto no se llevaban muy bien, pero las cosas cambiarán cuando los dos se metan a policías. Les envían a un sitio, el 21 de Jump Street, una unidad dirigida por un tipejo con muy malas pulgas. Su primera misión, infiltrarse en un instituto para encontrar al proveedor de una droga llamada "Mierda de Puta Madre", que ya ha matado a un chico. Eso sí, hay reglas que no deben infringir: no ligarse a profesores, no ligarse a alumnas, ni siquiera que les expulsen. Esto se va a poner muy interesante, caray que sí. Se nota el buen rollo que hay entre los dos actores protagonistas. Además de los tres cameos que se pueden ver en la película (ver spoiler), podemos ver como una profesora a Ellie Kemper (vista en la serie The Office y en la película La Boda de mi mejor amiga), y de alumnos al hermano de James Franco, Dave Franco, y a la que fue la hija de Toni Collette en la serie United States of Tara, Brie Larson.
No es una obra maestra, ¿y qué?, tampoco es de las de romperte el cerebro para entender la trama, o sea que acomódate bien en la butaca, en el sofá o dónde sea, personalmente creo es para pasarlo en grande.

Película muy recomendable si lo que quieres es reirte un buen rato. Arranca con una premisa del todo increíble, en la que un par de chavales, enemigos en el instituto, y que ahora trabajan juntos en el cuerpo de policía, deben infiltrarse en un instituto para dar con una nueva droga de diseño. Son elegidos para la misión por parecer jóvenes y gilipollas, "como todos los adolescentes". Poco a poco se irán infiltrando entre la gente y avanzando en su misión. Tiene varios puntazos, como Chaning Tatum descubriendo que el instituto ya no es lo que era, con sus razas culturales nuevas, los efectos de la droga en ellos mismos viendo a ese muñeco con forma de helado (con lo que mas a gusto me reí de toda la peli), o el cameo de Jonny Depp hablando sobre su personaje en la serie, con su antiguo compañero. Buenísimo. El caso es que "Infiltrados en clase" se basa en la serie "Nuevos policías", que dió a conocer a Jonnhy Depp. Depp la protagonizó porque creía que la serie no tendría ningún éxito, pero luego resultó tener 4 temporadas mas.

Ya antes de verla intuía que no me iba a gustar, porque no es mi género favorito precisamente. No obstante, pensé que al menos me entretendría, y por eso me dejé arrastrar hasta la sala... Y no, no me entretuvo para nada.
Nada hace gracia, nada es inteligente: ni los diálogos, ni el argumento, ni las interacciones... todo es fácil e imbécil. El humor de la película parece el de un niño maleducado de 9 años.
Previsible hasta cuando quería dárselas de imprevisible (véase las escenas de explosiones-no explosiones), esta
tontería hecha largometraje comienza siendo una comedia boba del montón, y por momentos se convierte en una peli de acción boba del montón. Parece querer tenerlo todo: acción, risas, romance, amistad... y se queda no teniendo más que la convicción de que es una película muy por debajo de la media dentro incluso de las de su estilo.

El propio Jonah Hill es uno de los guionistas de la película. Al escribirlo él, se nota cómo ha diseñado su personaje a su medida, marcando de esta forma el mismo perfil cómico que en otros trabajos suyos, como ‘Todo sobre mi desmadre’, siendo demasiados parecidos. Junto a él, sorprende gratamente la vis cómica del ‘musculitos’ Tatum, mucho mejor aquí que en ‘Todos los días de mi vida’.

Si bien los dos protagonistas tienen química entre ellos, apoyándose uno en el otro para casi todos los chistes de la película, se rodean de una serie de secundarios a cada cual más hilarante y estrafalario; pasando por la profesora enamorada del personaje de Tatum (con diálogos absurdos y ridículos), y acabando en un Robb Riggle (el policía de la pistola eléctrica de ‘Resacón en Las Vegas’) nada creíble en su papel, que salvo en su última escena, cada frase suya y su actuación entera dan pura vergüenza ajena.



La película se esfuerza en mezclar muchos géneros distintos, sin centrarse en ninguno en concreto; pasando de ‘peli de polis’, a película de acción, así como comedia gamberra con un tufillo amargo de sentimentalismo entre amigos totalmente prescindible en su última parte. Resultan novedosas y originales las escenas donde los directores se dejan llevar por su pasado en el sector de la animación, donde se mueven como pez en el agua, con escenas animadas muy divertidas.

En resumen, se trata de otro ejemplo de la clara influencia de Judd Apatow y su tropa en toda comedia que se ruede en Hollywood en los últimos años; donde el humor zafio y escatológico nunca parecen ser suficientes mientras se arranque una sonrisa al espectador… Y realmente lo consiguen, siendo divertida y dinámica en la mayor parte del metraje, arrancando carcajadas en la mayoría de sus gags.

Lo peor: Pierde chispa según avanza la película, con unos personajes secundarios bastante histriónicos, pero sin gracia. Pecan en el hecho de que por querer caricaturizar y parodiar otras películas, acaban parodiándose a sí mismos, alejándose de toda similitud con la realidad.

Lo mejor: La persecución final y su desenlace; y cuando los protagonistas se colocan con la mercancía alucinógena que deben incautar.

Sigo sin explicarme el éxito de esta película. Mi primera impresión al ver el tráiler fue la de que un estilo ya trasnochado (el de «compañeros policías muy distintos que al principio no se tragan pero luego sí») se estaba juntando con otro estilo que nunca ha pasado de superficial (el de «tengo treinta y tantos años, pero vuelvo de infiltrado al cole») para generar una comedia de acción medio seria (colocamos a uno de los cachas del momento) medio gamberra (para eso ponemos a un supersalido como Jonah Hill). E inevitablemente pensé que tal batiburrillo no encandilaría precisamente a la gente y que se iba a pegar en taquilla el batacazo que se merece cinematográficamente.

Pero no, de algún modo conectó con la gente y se convirtió en uno de los fenómenos de la temporada, merecedor de una segunda parte. No sé, debe de tener algo que no he sabido apreciar, pero de verdad que me ha parecido como esas galas de Jose Luis Moreno pasadas de moda que de vez en cuando emiten en alguna televisión pública por motivos que desconozco. Sí, vale, hay escenas de acción… pero no son más escenas gratuitas con tiros, explosiones y coches volando sin ningún valor argumental. También hay humor, con continuos juegos de palabras, dobles sentidos y los protagonistas metiéndose el uno con el otro… que no me sacaron ni una sonrisa. Hay, eso sí, mucho topicazo y mucho enredo para ocultar la simpleza del argumento. Pero lo que hay sobre todo es torpeza para desaprovechar el único gag decente, el protagonizado por Johnny Depp casi al final que habría sido un buen colofón a una mediocre película estropeándolo con un sketch final que se pasa de gamberro y cae en lo repulsivo.

En fin, tendré que ajustar mis sensores para sintonizar con los gustos de la gente, pero para mí que “Infiltrados en clase” no es gran cosa.